Emiratos Árabes, China y Estados Unidos se preparan para la llegada de sus sondas al planeta rojo con el objetivo de encontrar restos de vida
El pasado mes de julio, tres misiones pusieron rumbo a Marte: ' Hope'», un proyecto de Emiratos Árabes con tecnología estadounidense; ' Tianwen-1', la primera incursión de China en el planeta rojo; y ' Mars 2020', en cuyo interior viaja el nuevo rover de la NASA, el ' Perseverance'. Que coincidieran en fecha no es fruto de la casualidad: en este momento se producía un evento astronómico que se da cada dos años y en el que la Tierra y Marte se colocan en una trayectoria muy próxima, por lo que se acortan considerablemente los tiempos de viaje. Ahora, siete meses más tarde, las tres sondas llegarán por fin a su destino en la que será una semana histórica en la exploración de Marte.
El pasado mes de julio, tres misiones pusieron rumbo a Marte: ' Hope'», un proyecto de Emiratos Árabes con tecnología estadounidense; ' Tianwen-1', la primera incursión de China en el planeta rojo; y ' Mars 2020', en cuyo interior viaja el nuevo rover de la NASA, el ' Perseverance'. Que coincidieran en fecha no es fruto de la casualidad: en este momento se producía un evento astronómico que se da cada dos años y en el que la Tierra y Marte se colocan en una trayectoria muy próxima, por lo que se acortan considerablemente los tiempos de viaje. Ahora, siete meses más tarde, las tres sondas llegarán por fin a su destino en la que será una semana histórica en la exploración de Marte.
La primera en llegar: Emiratos Árabes
La primera en llegar será la sonda 'Hope' –«esperanza», en inglés–, que aunque será la única de las tres que no pise suelo marciano, intentará revelar los mecanismos que se producen en nuestro vecino desde su cielo. Su objetivo es alcanzar la órbita alta marciana para poder monitorizar el clima durante todo un año. Pero conseguirlo no será fácil: 'Hope' se enfrenta este martes sobre las 17 horas (hora peninsular) a su maniobra «más crítica y compleja», según afirman sus responsables en Emiratos Árabes, ya que tiene un 50% de posibilidades de éxito. La nave debe reducir drásticamente su velocidad, de 121.000 kilómetros por hora a unos 18.000 km/h, para ser capturada por la gravedad marciana y tomar una «velocidad crucero» que le permitirá escudriñar el planeta rojo desde el espacio. Y España será el primer lugar de la Tierra que sabrá si su empresa ha llegado a buen puerto, ya que la sonda se comunicará directamente con nuestro planeta a través de las antenas que la NASA tiene en Robledo de Chavela (Madrid).
«Estamos muy emocionados como ingenieros y científicos, pero también bastante estresados, preocupados y asustados», declaró Omran Sharaf, director de proyectos de los Emiratos Árabes Unidos, quien además se ha mostrado «muy satisfecho» de que el proyecto se haya diseñado en el país, si bien mucha de la tecnología se ha desarrollado en colaboración con la Universidad de Colorado Boulder y otras instituciones estadounidenses. Además, su llegada a Marte coincide con el 50 aniversario de la fundación del país.
La primera en llegar será la sonda 'Hope' –«esperanza», en inglés–, que aunque será la única de las tres que no pise suelo marciano, intentará revelar los mecanismos que se producen en nuestro vecino desde su cielo. Su objetivo es alcanzar la órbita alta marciana para poder monitorizar el clima durante todo un año. Pero conseguirlo no será fácil: 'Hope' se enfrenta este martes sobre las 17 horas (hora peninsular) a su maniobra «más crítica y compleja», según afirman sus responsables en Emiratos Árabes, ya que tiene un 50% de posibilidades de éxito. La nave debe reducir drásticamente su velocidad, de 121.000 kilómetros por hora a unos 18.000 km/h, para ser capturada por la gravedad marciana y tomar una «velocidad crucero» que le permitirá escudriñar el planeta rojo desde el espacio. Y España será el primer lugar de la Tierra que sabrá si su empresa ha llegado a buen puerto, ya que la sonda se comunicará directamente con nuestro planeta a través de las antenas que la NASA tiene en Robledo de Chavela (Madrid).
«Estamos muy emocionados como ingenieros y científicos, pero también bastante estresados, preocupados y asustados», declaró Omran Sharaf, director de proyectos de los Emiratos Árabes Unidos, quien además se ha mostrado «muy satisfecho» de que el proyecto se haya diseñado en el país, si bien mucha de la tecnología se ha desarrollado en colaboración con la Universidad de Colorado Boulder y otras instituciones estadounidenses. Además, su llegada a Marte coincide con el 50 aniversario de la fundación del país.
La primera vez de China en el planeta rojo
Apenas 24 horas después la nave 'Tianwen-1' también alcanzará la órbita marciana. Se trata del primer proyecto de China en Marte y consta de un orbitador, un aterrizador y un pequeño rover (cuyo nombre se decidirá próximamente tras una votación popular en todo el país) cuyo objetivo principal es estudiar las características de la superficie y la posible distribución del hielo de agua en el subsuelo marciano. También lleva cámaras e instrumentos panorámicos y multiespectrales para analizar la composición de las rocas. Todo encaminado a hallar restos de vida, tanto presente como pasada, en el planeta rojo. Sin embargo, no será hasta mayo cuando tome tierra, en la llanura del hemisferio norte Utopia Planitia, un terreno poco elevado que además guarda una enorme reserva de agua helada en el subsuelo.
«La misión Tianwen-1 es el primer paso para que el país lleve a cabo de forma independiente la exploración interplanetaria», afirman desde la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA). «Orbitará, aterrizará y patrullará Marte», añaden en un comunicado difundido en su página web. De momento, la sonda ya ha enviado su primera imagen del planeta rojo, tomada durante la maniobra de aproximación final.
La intención de la publicación de la fotografía es demostrar la capacidad de la potente cámara de alta resolución a bordo de la Tianwen, que ha capturado la imagen a una distancia de 2,2 millones de kilómetros.
Apenas 24 horas después la nave 'Tianwen-1' también alcanzará la órbita marciana. Se trata del primer proyecto de China en Marte y consta de un orbitador, un aterrizador y un pequeño rover (cuyo nombre se decidirá próximamente tras una votación popular en todo el país) cuyo objetivo principal es estudiar las características de la superficie y la posible distribución del hielo de agua en el subsuelo marciano. También lleva cámaras e instrumentos panorámicos y multiespectrales para analizar la composición de las rocas. Todo encaminado a hallar restos de vida, tanto presente como pasada, en el planeta rojo. Sin embargo, no será hasta mayo cuando tome tierra, en la llanura del hemisferio norte Utopia Planitia, un terreno poco elevado que además guarda una enorme reserva de agua helada en el subsuelo.
«La misión Tianwen-1 es el primer paso para que el país lleve a cabo de forma independiente la exploración interplanetaria», afirman desde la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA). «Orbitará, aterrizará y patrullará Marte», añaden en un comunicado difundido en su página web. De momento, la sonda ya ha enviado su primera imagen del planeta rojo, tomada durante la maniobra de aproximación final.
La intención de la publicación de la fotografía es demostrar la capacidad de la potente cámara de alta resolución a bordo de la Tianwen, que ha capturado la imagen a una distancia de 2,2 millones de kilómetros.
La misión más esperada: el nuevo rover de la NASA
Pero sin duda, la llegada más espectacular de las tres será la de la misión 'Mars 2020', que aterrizará sobre suelo marciano el próximo jueves, 18 de febrero, sobre las 22 hora peninsular. La sonda, que ya se encuentra orbitando Marte, tendrá que reducir la velocidad de 20.000 kilómetros a la hora hasta casi frenar a 3,6 km/h (o, lo que es lo mismo, un metro por segundo) con ayuda de un paracaídas especial. Cuando la nave se encuentre a dos kilómetros de altitud, descenderá el rover 'Perseverance', anclado con unas cuerdas de resistente nailon. En el momento en que sus ruedas toquen el suelo marciano, se cortarán los anclajes y el resto de la nave se alejará volando para autodestruirse a una distancia segura.
El cráter Jézero, un delta formado por un antiguo río, es el lugar elegido para el aterrizaje. Pero no se trata de un sitio apacible: acantilados, pozos y campos de rocas podrían acabar con la misión en cualquier momento.
Además, por primera vez, las cámaras y los micrófonos a bordo grabarán la proeza o el fracaso, que veremos después en la Tierra. Y todo de forma autónoma, porque el desfase de las comunicaciones impiden que la cápsula, en cuyo interior se encuentra el sucesor del ' Curiosity', se comunique con la Tierra. De ahí que la operación se haya bautizado como «los siete minutos de terror». Aunque las probabilidades aquí están a favor de la NASA, ya que ha logrado ocho de sus nueve intentos de aterrizaje en Marte.
El Perseverance buscará signos de vida microscópica antigua, aunque también está llamada a ser la primera misión que rescate muestras del planeta vecino y las regrese a la Tierra en la década de 2030. «Decir que estamos entusiasmados sería un eufemismo enorme», afirma Lori Glaze, directora de ciencia planetaria de la NASA. Por su parte, el jefe de la misión científica de la NASA, Thomas Zurbuchen, lo considera «una de las cosas más difíciles jamás hechas por la humanidad y ciertamente en la ciencia espacial».
Pero sin duda, la llegada más espectacular de las tres será la de la misión 'Mars 2020', que aterrizará sobre suelo marciano el próximo jueves, 18 de febrero, sobre las 22 hora peninsular. La sonda, que ya se encuentra orbitando Marte, tendrá que reducir la velocidad de 20.000 kilómetros a la hora hasta casi frenar a 3,6 km/h (o, lo que es lo mismo, un metro por segundo) con ayuda de un paracaídas especial. Cuando la nave se encuentre a dos kilómetros de altitud, descenderá el rover 'Perseverance', anclado con unas cuerdas de resistente nailon. En el momento en que sus ruedas toquen el suelo marciano, se cortarán los anclajes y el resto de la nave se alejará volando para autodestruirse a una distancia segura.
El cráter Jézero, un delta formado por un antiguo río, es el lugar elegido para el aterrizaje. Pero no se trata de un sitio apacible: acantilados, pozos y campos de rocas podrían acabar con la misión en cualquier momento.
Además, por primera vez, las cámaras y los micrófonos a bordo grabarán la proeza o el fracaso, que veremos después en la Tierra. Y todo de forma autónoma, porque el desfase de las comunicaciones impiden que la cápsula, en cuyo interior se encuentra el sucesor del ' Curiosity', se comunique con la Tierra. De ahí que la operación se haya bautizado como «los siete minutos de terror». Aunque las probabilidades aquí están a favor de la NASA, ya que ha logrado ocho de sus nueve intentos de aterrizaje en Marte.
El Perseverance buscará signos de vida microscópica antigua, aunque también está llamada a ser la primera misión que rescate muestras del planeta vecino y las regrese a la Tierra en la década de 2030. «Decir que estamos entusiasmados sería un eufemismo enorme», afirma Lori Glaze, directora de ciencia planetaria de la NASA. Por su parte, el jefe de la misión científica de la NASA, Thomas Zurbuchen, lo considera «una de las cosas más difíciles jamás hechas por la humanidad y ciertamente en la ciencia espacial».
La exploración en Marte, en datos
Estados Unidos sigue siendo el único país que ha aterrizado con éxito en Marte, comenzando con las sondas 'Viking' en 1976. Además, dos equipos espaciales todavía están activos en la superficie: el rover Curiosity y la sonda estática InSight. Pero hay mucho más allí: los restos de misiones fallidas rusas y europeas descansan entre el polvo, igual que la 'Mars Polar Lander' de la NASA, que fracasó en su intento en 1999.
Y ponerse en órbita alrededor de Marte tampoco es una tarea sencilla: los sobrevuelos a Marte estaban de moda en la década de 1960, aunque la mayoría fracasaron, dejando una estela de basura espacial. No fue hasta 1964 con la 'Mariner 4' de la NASA cuando se obtuvo el primer éxito. Actualmente hay seis naves espaciales operando alrededor de Marte: tres de Estados Unidos, dos de Europa y una de la India. Los Emiratos Árabes Unidos será la séptima y última nación en llegar al planeta rojo. La exploración de Marte se encuentra, sin lugar a dudas, en un momento álgido.
Estados Unidos sigue siendo el único país que ha aterrizado con éxito en Marte, comenzando con las sondas 'Viking' en 1976. Además, dos equipos espaciales todavía están activos en la superficie: el rover Curiosity y la sonda estática InSight. Pero hay mucho más allí: los restos de misiones fallidas rusas y europeas descansan entre el polvo, igual que la 'Mars Polar Lander' de la NASA, que fracasó en su intento en 1999.
Y ponerse en órbita alrededor de Marte tampoco es una tarea sencilla: los sobrevuelos a Marte estaban de moda en la década de 1960, aunque la mayoría fracasaron, dejando una estela de basura espacial. No fue hasta 1964 con la 'Mariner 4' de la NASA cuando se obtuvo el primer éxito. Actualmente hay seis naves espaciales operando alrededor de Marte: tres de Estados Unidos, dos de Europa y una de la India. Los Emiratos Árabes Unidos será la séptima y última nación en llegar al planeta rojo. La exploración de Marte se encuentra, sin lugar a dudas, en un momento álgido.
Fuente ABC CIENCIA