Los astrónomos han descubierto una colosal e insólita medusa cósmica, situada a 340 millones de años luz de la Tierra: emite unas extrañas señales de radio que solo pueden detectar radiotelescopios de baja frecuencia.
Astrónomos del Centro Internacional de Investigación en Radioastronomía (ICRAR) en Perth (Australia) han detectado unas extrañas emisiones de radio a 340 millones de años luz de la Tierra que toman la forma de una gigantesca medusa cósmica, con cabeza y tentáculos incluidos.
La aparente medusa mide de ancho 1,2 millones de años luz (un año luz equivale a unos 9,5 billones de kilómetros) y se encuentra en un cúmulo de galaxias denominado Abell 2877, situado en la constelación de Fénix, en la que habitan 71 estrellas.
Lo más sorprendente de este hallazgo es que la medusa cósmica solo emite en las frecuencias de radio más bajas y que es indetectable a frecuencias más altas, por lo que solo se puede ver con radiotelescopios de baja frecuencia.
El sorprendente diseño de este espectro de ondas de radio, y el hecho de que esté en la constelación de Fénix, prácticamente invisible desde el hemisferio norte terrestre, impide que la mayoría de los radiotelescopios puedan observarla.
Los astrónomos han llamado a este fenómeno cósmico USS Jellyfish (medusa), refiriéndose las siglas USS a un protocolo universal de interfaz en serie, debido a su espectro de frecuencias.
Astrónomos del Centro Internacional de Investigación en Radioastronomía (ICRAR) en Perth (Australia) han detectado unas extrañas emisiones de radio a 340 millones de años luz de la Tierra que toman la forma de una gigantesca medusa cósmica, con cabeza y tentáculos incluidos.
La aparente medusa mide de ancho 1,2 millones de años luz (un año luz equivale a unos 9,5 billones de kilómetros) y se encuentra en un cúmulo de galaxias denominado Abell 2877, situado en la constelación de Fénix, en la que habitan 71 estrellas.
Lo más sorprendente de este hallazgo es que la medusa cósmica solo emite en las frecuencias de radio más bajas y que es indetectable a frecuencias más altas, por lo que solo se puede ver con radiotelescopios de baja frecuencia.
El sorprendente diseño de este espectro de ondas de radio, y el hecho de que esté en la constelación de Fénix, prácticamente invisible desde el hemisferio norte terrestre, impide que la mayoría de los radiotelescopios puedan observarla.
Los astrónomos han llamado a este fenómeno cósmico USS Jellyfish (medusa), refiriéndose las siglas USS a un protocolo universal de interfaz en serie, debido a su espectro de frecuencias.
Emisiones de plasma
La hipótesis de los astrónomos es que esta medusa cósmica se formó como consecuencia de las emisiones de plasma realizadas por un grupo de agujeros negros supermasivos hace unos dos mil millones de años.
Ese plasma se desvaneció y permaneció oculto e inactivo hasta que, recientemente, volvió a encenderse y a iluminar la enorme medusa, lo que ha permitido a los astrónomos contemplarla por primera vez.
Otra novedad es que USS Jellyfish no tiene parecido alguno con otras galaxiascon forma de medusa descubiertas con anterioridad.
En las últimas décadas, se han descubiertos diversas galaxias espirales con una silueta parecida a la de las medusas: surcan el cielo tal como lo hacen estos animales marinos, dotadas de largos tentáculos compuestos de gas y estrellas jóvenes.
Una investigación publicada en 2016 estableció que las galaxias medusa se formarían en colisiones de cúmulos de galaxias, pero USS Jellyfish presenta notables diferencias que la hacen única.
Mientras que las galaxias medusa conocidas hasta ahora atraviesan el gas caliente de un cúmulo que es el que crea sus tentáculos, USS Jellyfish no solo es mucho más grande, sino que aparentemente se formó por la interacción entre el gas intergaláctico y los electrones.
En este video, puedes ver y oír cómo las ondas de radio forman la enorme medusa cósmica.
La hipótesis de los astrónomos es que esta medusa cósmica se formó como consecuencia de las emisiones de plasma realizadas por un grupo de agujeros negros supermasivos hace unos dos mil millones de años.
Ese plasma se desvaneció y permaneció oculto e inactivo hasta que, recientemente, volvió a encenderse y a iluminar la enorme medusa, lo que ha permitido a los astrónomos contemplarla por primera vez.
Otra novedad es que USS Jellyfish no tiene parecido alguno con otras galaxiascon forma de medusa descubiertas con anterioridad.
En las últimas décadas, se han descubiertos diversas galaxias espirales con una silueta parecida a la de las medusas: surcan el cielo tal como lo hacen estos animales marinos, dotadas de largos tentáculos compuestos de gas y estrellas jóvenes.
Una investigación publicada en 2016 estableció que las galaxias medusa se formarían en colisiones de cúmulos de galaxias, pero USS Jellyfish presenta notables diferencias que la hacen única.
Mientras que las galaxias medusa conocidas hasta ahora atraviesan el gas caliente de un cúmulo que es el que crea sus tentáculos, USS Jellyfish no solo es mucho más grande, sino que aparentemente se formó por la interacción entre el gas intergaláctico y los electrones.
En este video, puedes ver y oír cómo las ondas de radio forman la enorme medusa cósmica.
Discos de gas caliente
El proceso, según las simulaciones realizadas en esta investigación, se inició cuando el grupo de agujeros negros supermasivos del que procede SAA Jellyfish formó discos de gas caliente a su alrededor, arrojando grandes chorros de material al cúmulo de galaxias que habitaban.
Esos grandes chorros contenían electrones que giraban alrededor de los campos magnéticos a una velocidad próxima a la de la luz, por lo que emitían ondas de radio.
Esos electrones, al principio vigorosos, fueron perdiendo energía y se desvanecieron, hasta que una suave onda de gas caliente se extendió por todo el cúmulo y reactivó los electrones y sus emisiones en las frecuencias más bajas.
Según explican los astrónomos en un comunicado, esta medusa de radio tiene una especie de récord mundial. «No se ha observado que ninguna otra emisión extragaláctica como esta que desaparezca tan rápidamente», señalan.
“Es una fuente invisible para la mayoría de los radiotelescopios que hemos estado usando durante los últimos 40 años”, dice Melanie Johnston-Hollitt, astrofísica de la Universidad Curtin en Perth, Australia.
El proceso, según las simulaciones realizadas en esta investigación, se inició cuando el grupo de agujeros negros supermasivos del que procede SAA Jellyfish formó discos de gas caliente a su alrededor, arrojando grandes chorros de material al cúmulo de galaxias que habitaban.
Esos grandes chorros contenían electrones que giraban alrededor de los campos magnéticos a una velocidad próxima a la de la luz, por lo que emitían ondas de radio.
Esos electrones, al principio vigorosos, fueron perdiendo energía y se desvanecieron, hasta que una suave onda de gas caliente se extendió por todo el cúmulo y reactivó los electrones y sus emisiones en las frecuencias más bajas.
Según explican los astrónomos en un comunicado, esta medusa de radio tiene una especie de récord mundial. «No se ha observado que ninguna otra emisión extragaláctica como esta que desaparezca tan rápidamente», señalan.
“Es una fuente invisible para la mayoría de los radiotelescopios que hemos estado usando durante los últimos 40 años”, dice Melanie Johnston-Hollitt, astrofísica de la Universidad Curtin en Perth, Australia.
Dos galaxias implicadas
Torrance Hodgson, otro de los autores de esta investigación, descubrió a USS Jellyfish mientras analizaba datos del Murchison Widefield Array, un complejo de radiotelescopios situado en Australia que detecta ondas de radio de baja frecuencia.
Estas ondas de radio tienen más de un metro de largo y corresponden a fotones (partículas de luz), con las energías más bajas.
Sorprendentemente, el USS Jellyfish es aproximadamente 30 veces más brillante a 87,5 megahercios, una frecuencia similar a la de una estación de radio FM, que a 185,5 MHz.
Los astrónomos consideran que dos galaxias del cúmulo Abell 2877, que contienen sendos agujeros negros supermasivos en su centro, están fuertemente implicadas en el nacimiento de USS Jellyfish, ya que su radiación coincide con la registrada en la medusa cósmica.
Torrance Hodgson, otro de los autores de esta investigación, descubrió a USS Jellyfish mientras analizaba datos del Murchison Widefield Array, un complejo de radiotelescopios situado en Australia que detecta ondas de radio de baja frecuencia.
Estas ondas de radio tienen más de un metro de largo y corresponden a fotones (partículas de luz), con las energías más bajas.
Sorprendentemente, el USS Jellyfish es aproximadamente 30 veces más brillante a 87,5 megahercios, una frecuencia similar a la de una estación de radio FM, que a 185,5 MHz.
Los astrónomos consideran que dos galaxias del cúmulo Abell 2877, que contienen sendos agujeros negros supermasivos en su centro, están fuertemente implicadas en el nacimiento de USS Jellyfish, ya que su radiación coincide con la registrada en la medusa cósmica.
Fuente TENDENCIAS 21