Ejercicio físico para reducir el riesgo de muerte por COVID-19

En un estudio reciente se ha examinado hasta qué punto la actividad física regular tiene un efecto protector ante el riesgo de muerte por COVID-19.

En esta investigación, llevada a cabo por un equipo internacional de científicos, dirigido por Sebastien Chastin, catedrático de la Universidad Caledonia de Glasgow en el Reino Unido, y en la que colabora David Jiménez Pavón, investigador de la Universidad de Cádiz (UCA) en España, demuestra que la actividad física regular disminuye el riesgo de morir por enfermedades infecciosas como la COVID-19 en un 37% y reduce la posibilidad de contraer el virus en un 31%. Este trabajo indica también que la actividad física puede aumentar la eficacia de las vacunas hasta en un 40%.

Los científicos han realizado una revisión sistemática a gran escala de un total de 16.698 estudios epidemiológicos de todo el mundo, publicados entre enero de 1980 y abril de 2020. Han intervenido inmunólogos y epidemiólogos de renombre mundial. Además de las instituciones ya citadas, han intervenido el University College de Londres (UCL) en el Reino Unido, la Universidad de Gante (UGent) en Bélgica, y NHS Lanarkshire (NHSL) en el Reino Unido.

La investigación confirma que 30 minutos de actividad cinco días a la semana, o 150 minutos a la semana, que a la persona le hagan perder ligeramente el aliento, como caminar, correr, montar en bicicleta y hacer ejercicios de fortalecimiento, pueden tener una gran influencia en la inmunidad a enfermedades infecciosas como la COVID-19. Así, concluyen que puede suponer “una disminución del 31% del riesgo de padecer enfermedades infecciosas como la COVID-19, una disminución del 37% del riesgo de muerte como consecuencia de enfermedades infecciosas como la COVID-19 y un aumento de la eficacia de la vacunación contra enfermedades víricas como la COVID-19”.

Desde este equipo multidisciplinar se recalca que la actividad física “refuerza la primera línea de defensa del sistema inmunitario humano y una mayor concentración de células inmunitarias”, como se recoge en el primer estudio del mundo sobre la relación entre el ejercicio físico y la inmunidad contra la COVID-19.

Además, los investigadores insisten en que “este trabajo es enormemente significativo y podría ayudar a reducir el número de personas que contraen la COVID-19 y mueren a causa de ella. Es la primera investigación que demuestra que la actividad física regular protege contra las enfermedades infecciosas”. Es más, “hemos descubierto que el ejercicio regular a una intensidad en la que falta el aliento aumenta la inmunidad a las enfermedades infecciosas en un 31% y aumenta el número de células inmunitarias en el cuerpo en la primera línea de defensa, que es la capa de anticuerpos de la mucosa. Estas células se encargan de identificar los agentes extraños en el cuerpo sin deprimir el resto del sistema inmunitario, por lo que es perfectamente seguro y te protege contra las enfermedades infecciosas”.

De igual forma, “también hemos comprobado que si se añade actividad física al programa de vacunación, aumenta la potencia de la misma. Recomendamos un programa de actividad física de 12 semanas antes de la vacunación, lo que podría dar lugar a una inmunización entre un 20% y un 40% más eficaz”, como señala el profesor de la UCA David Jiménez Pavón, uno de los autores del estudio. “Nuestros hallazgos ya han llegado al Gobierno escocés, a Public Health Scotland, a Public Health England, a los gobiernos sudafricano y belga, a la FIFA y a muchas otras organizaciones. Los responsables políticos deben hacer todo lo posible para luchar contra esta enfermedad. No se trata de una panacea, sino de otra herramienta barata que podemos utilizar para proteger al público”, asevera.

“La promoción de la actividad física y el acceso de todos a la búsqueda de actividad física son primordiales. Deben emprenderse campañas para informar al público del beneficio de la actividad física en la lucha contra la pandemia”, sentencian desde este grupo de investigación.

En definitiva, se aconseja a la ciudadanía que incluyan la actividad física en su rutina semanal para ayudarles a combatir el virus de la COVID-19, ya que “nuestras investigaciones demuestran que, si se es activo, realizar 150 minutos a la semana o 30 minutos cinco días a la semana protege contra el riesgo de enfermedades infecciosas. No es necesario ir a un gimnasio, ya que bailar en el salón, salir a correr o caminar es igual de eficaz. En este periodo de pandemia, estar al aire libre es mejor que estar en un gimnasio o en un entorno cerrado”.

El mensaje es que “hay que mantenerse activo: no solo es bueno para la salud mental y general, sino que ahora tenemos la prueba de que también es bueno para reforzar la inmunidad. Hay que mantenerlo, ya que se trata de hacer ejercicio con regularidad y sacar tiempo para incluirlo en el día: Muévete por tu Salud”, concluyen.

Además del profesor Sebastien Chastin y del investigador David Jiménez Pavón, han participado en este estudio la doctora Philippa Dall y el doctor Ukachukwu Abaraogu, especialistas en Actividad Física; las doctoras Elaine Duncan y Joanna McParland, psicólogas del Deporte y del Ejercicio; y la doctora Nicola Roberts, especialista en enfermedades respiratorias, todos ellos de la Universidad Caledonia de Glasgow. Asimismo, también han trabajado en este proyecto el catedrático de Fisiología del Ejercicio de la UGent, Jan Bourgois; y la experta en Inmunidad por Ejercicio Jasmien Dumortier, así como Mark Hamer, catedrático de Medicina del Deporte y del Ejercicio del Instituto del Deporte, el Ejercicio y la Salud (ISEH) de la UCL y la doctora Jennifer Darnborough, consultora de Salud Pública de NHS Lanarkshire.

El estudio se titula “Effects of Regular Physical Activity on the Immune System, Vaccination and Risk of Community-Acquired Infectious Disease in the General Population: Systematic Review and Meta-Analysis”. Y se ha publicado en la revista académica Sports Medicine. (Fuente: UCA)

Fuente NCYT



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