El colesterol HDL (el referido comúnmente como "colesterol bueno") recoge el exceso de colesterol en el torrente sanguíneo y lo lleva al hígado, donde puede ser degradado de forma segura.
A diferencia del colesterol LDL (popularmente conocido como "colesterol malo"), el cual puede formar acumulaciones capaces de bloquear los vasos sanguíneos, el colesterol HDL puede contribuir a prevenir enfermedades cardiacas. Una nueva investigación revela ahora un posible vínculo hasta ahora desconocido de este colesterol con el nivel de inflamación del hígado.
Un equipo que incluye, entre otros, a Gwendalyn J. Randolph y Emily Onufer, de la Universidad Washington en San Luis de Misuri, Estados Unidos, así como a Yong-Hyun Han, ahora en la Universidad Nacional de Kangwon en Corea del Sur, ha encontrado indicios bastante convincentes de que un tipo de colesterol bueno interviene en un mecanismo de protección del hígado que evita que este órgano sufra lesiones. Este tipo de colesterol HDL, concretamente el HDL3, parece proteger el hígado al bloquear las señales inflamatorias producidas por las bacterias intestinales comunes.
En experimentos con ratas, los investigadores constataron que, cuando el colesterol HDL3 es producido por el intestino, bloquea las señales bacterianas intestinales que causan la inflamación del hígado. Si no se bloquean, estas señales bacterianas viajan desde el intestino hasta el hígado, donde activan células inmunitarias que desencadenan un estado inflamatorio, que si persiste lo suficiente acaba provocando daños hepáticos.
Dicho de otro modo, el llamado colesterol bueno puede ser incluso mejor de lo que creemos.
El estudio se titula “Enterically derived high-density lipoprotein restrains liver injury via the portal vein”. Y se ha publicado en la revista académica Science.
A diferencia del colesterol LDL (popularmente conocido como "colesterol malo"), el cual puede formar acumulaciones capaces de bloquear los vasos sanguíneos, el colesterol HDL puede contribuir a prevenir enfermedades cardiacas. Una nueva investigación revela ahora un posible vínculo hasta ahora desconocido de este colesterol con el nivel de inflamación del hígado.
Un equipo que incluye, entre otros, a Gwendalyn J. Randolph y Emily Onufer, de la Universidad Washington en San Luis de Misuri, Estados Unidos, así como a Yong-Hyun Han, ahora en la Universidad Nacional de Kangwon en Corea del Sur, ha encontrado indicios bastante convincentes de que un tipo de colesterol bueno interviene en un mecanismo de protección del hígado que evita que este órgano sufra lesiones. Este tipo de colesterol HDL, concretamente el HDL3, parece proteger el hígado al bloquear las señales inflamatorias producidas por las bacterias intestinales comunes.
En experimentos con ratas, los investigadores constataron que, cuando el colesterol HDL3 es producido por el intestino, bloquea las señales bacterianas intestinales que causan la inflamación del hígado. Si no se bloquean, estas señales bacterianas viajan desde el intestino hasta el hígado, donde activan células inmunitarias que desencadenan un estado inflamatorio, que si persiste lo suficiente acaba provocando daños hepáticos.
Dicho de otro modo, el llamado colesterol bueno puede ser incluso mejor de lo que creemos.
El estudio se titula “Enterically derived high-density lipoprotein restrains liver injury via the portal vein”. Y se ha publicado en la revista académica Science.
Fuente NCYT