La atmósfera de Ganímedes contiene agua, potencial indicio de vida

La vida fuera de la Tierra podría ser una realidad en Ganímedes, luna de Júpiter. La presencia de vapor de agua es un fuerte indicio inicial, aunque debe confirmarse la presencia de otros elementos que hacen posible el desarrollo de organismos vivos.

Por primera vez, los astrónomos de la NASA han detectado vapor de agua en la atmósfera de Ganímedes, una de las cuatro lunas de Júpiter. La temperatura de la superficie de esta luna varía mucho a lo largo del día: alrededor del mediodía, cerca del ecuador, puede calentarse lo suficiente como para que la superficie helada libere pequeñas cantidades de moléculas de agua.

Y donde hay agua puede haber vida, aunque por sí misma no es suficiente: haría falta también carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre, los seis elementos constituyen el 98% de la materia viva de la Tierra. Ganímedes se encuentra a más de 600 millones de kilómetros de nuestro planeta.

Para concretar el descubrimiento, los científicos han entrelazado nuevas observaciones y datos previos aportados por el Telescopio Espacial Hubble. La evasión térmica de vapor de agua de la superficie helada de Ganímedes ha podido ser verificada luego de décadas de observaciones: los científicos han resumido su trabajo y expuesto sus conclusiones en un estudio recientemente publicado en la revista Nature Astronomy.

Ganímedes: el satélite gigante y sus misterios

¿Qué se sabía hasta el momento de esta luna de Júpiter? Por ejemplo, que Ganimedes es el satélite natural más grande del planeta gaseoso e incluso de todo el Sistema Solar. Al mismo tiempo, es el único que tiene campo magnético, un detalle para nada menor. Dicho campo magnético se habría originado a partir de movimientos de convección en el interior del núcleo de hierro fundido.

Su diámetro alcanza los 5.268 kilómetros, aunque representa menos de la mitad de su masa. Alrededor del 30% del satélite está compuesto por regiones repletas de cráteres de impacto, que fueron formadas hace aproximadamente 4.000 millones de años. Otras zonas con terrenos claros serían producto de la actividad tectónica provocada por el calentamiento de marea.

El calentamiento de marea se produce a través de los procesos de fricción de las mareas: la energía orbital y la rotacional se disipan en forma de calor, ya sea en la superficie del océano o en el interior de un planeta o satélite, como habría ocurrido en Ganímedes.

De acuerdo a una nota de prensa de la NASA, estudios previos han sugerido que Ganímedes contendría más agua que todos los océanos de la Tierra. Sin embargo, el frío extremo genera que el agua se congele en la superficie: el enorme océano de la luna de Júpiter se hallaría oculto a aproximadamente 160 kilómetros por debajo de la corteza del satélite. En consecuencia, el vapor de agua descubierto no estaría ligado con la evaporación de este océano.

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Hacia Júpiter y sus lunas

En tanto, el descubrimiento también posee una importancia central para la ESA, la agencia espacial europea. Según un comunicado, se espera que sobre 2022 esté en marcha la misión JUICE, destinada a realizar observaciones detalladas de Júpiter y tres de sus lunas más grandes. Ganímedes es un objetivo prioritario, en función de sus características y por la posibilidad de albergar vida.

La misión europea, que llegaría a Júpiter en 2029, buscará en Ganímedes la información necesaria para intentar comprender la evolución de los mundos helados en el universo, como así también más precisiones en cuanto a la posible presencia de alguna forma de vida. También se enfocará en las interacciones magnéticas y de plasma que ocurren entre Ganímedes, Júpiter y su entorno: los especialistas creen que son únicas y que podrían brindar datos de valor.




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