Nuevas evidencias arqueológicas plantean dudas sobre el origen remoto de la especie humana: sugieren que todo habría empezado en el Corredor Levantino y que el Homo sapiens tuvo antecesores de los que heredó sus sofisticadas herramientas.
Dos importantes descubrimientos arqueológicos aconsejan revisar desde el principio la historia de la especie humana.
Por un lado, el hallazgo en Israel de restos de homínidos que precedieron al Homo Sapiens. Por otro lado, el descubrimiento en China de un cráneo humano que pertenecería al pariente evolutivo más cercano a nosotros.
Ambos hallazgos, que datan de hace unos 140.000 años, añaden confusión sobre el laberinto evolutivo que precedió a la aparición del Homo sapiens, a medida que ha aumentado la lista de especies del género Homo que vivieron en el Pleistoceno medio y tardío.
Dos tipos de Homo
Con base a estos hallazgos, los investigadores creen que dos tipos de grupos Homo vivieron uno al lado del otro en el Corredor Levantino durante más de 100.000 años (hace 200-100.000 años), compartiendo conocimientos y herramientas: por un lado, el grupo de Nesher Ramla, que vivió en la región desde hace unos 400.000 años y, por otro lado, el Homo sapiens, que llegó más tarde, hace unos 200.000 años.
De las evidencias obtenidas se deduce que las sofisticadas herramientas encontradas en Nesher Ramla no solo no fueron desarrolladas por el Homo sapiens, sino que esta especie las asimiló de homínidos arcaicos.
En consecuencia, los investigadores plantean que el antiguo grupo humano «Nesher Ramla» es la población de origen de la mayoría de las poblaciones humanas que coexistieron en el Pleistoceno medio (entre 700.000 y 130.000 años), incluidos los neandertales de Europa, que evolucionaron y se aparearon con el Homo sapiens.
Tema relacionado: El neandertal también era pescador
Nueva perspectiva
Este descubrimiento desafía la creencia aceptada hasta ahora de que el hombre de Neandertal se originó en Europa, formando pequeños grupos que tuvieron que migrar hacia el sur debido a la expansión de los glaciares, llegando al Corredor Levantino hace unos 70.000 años.
El descubrimiento de Nesher Ramla plantea que los antepasados de los neandertales en Europa vivieron en el Corredor Levantino hace unos 400.000 años y, que desde esta región emigraron (en repetidas migraciones) al oeste a Europa y al este a Asia.
Los famosos neandertales de Europa occidental no serían entonces sino los restos de una población mucho mayor que vivía en el Corredor Levantino, y no al revés, explican los investigadores.
Cuestión genética
Aunque no se ha conservado ADN en el fósil de Ramla, los hallazgos podrían ofrecer una solución a una pregunta no resuelta en el rompecabezas de la historia de la humanidad: cómo los genes del Homo sapiens llegaron a la población neandertal que vivía en Europa, mucho antes de la llegada del Homo sapiens.
En estudios anteriores, los genetistas que estudiaban el ADN de los neandertales en Europa asumieron la existencia de una población similar, a la que llamaron la «población desaparecida» o «población X»: esos misteriosos neandertales se aparearon con la población de Homo sapiens hace al menos 100.000 años, cuyos descendientes habrían emigrado a Europa.
Los investigadores afirman que el homínido de «Nesher Ramla» representa esa población neandertal X que falta. También que algunos de los fósiles de Homo posteriores encontrados anteriormente en el actual Israel, como los desenterrados en las cuevas de Skhul y Qafzeh, no pertenecen al Homo sapiens arcaico (temprano), sino a grupos de linajes mixtos de Homo sapiens y Nesher Ramla.
Sorpresa también en China
El hallazgo de Nesher Ramla no ha sido la única sorpresa. Coincide en el tiempo con el anuncio de que investigadores chinos han establecido que un cráneo antiguo, descubierto en 1933, podría pertenecer a una especie humana completamente nueva, tal como informan en un artículo publicado ahora en la revista The Innovation.
Los autores de este descubrimiento consideran que se trata del pariente evolutivo más cercano a nosotros. Apodado con el nombre de «Hombre Dragón», representa a un grupo humano que vivió en el este de Asia hace al menos 146.000 años y que podría descender de los humanos que surgieron por primera vez en el Corredor Levantino.
Los investigadores chinos consideran que este antiguo cráneo está relacionado con otros fósiles humanos desconcertantes, de este mismo período de tiempo, encontrados en diferentes sitios de Asia.
Y sugieren que todos esos fósiles pertenecen a un grupo de homínidos que está estrechamente relacionado con el Homo sapiens, quizás incluso más que los neandertales.
Volver a empezar
La revista Nature destaca al respecto que los fósiles encontrados en China e Israel se suman las filas de homínidos que se mezclaron repetidamente con los primeros humanos modernos.
Añade que ambos hallazgos han provocado un debate entre los científicos, añadiendo que la visión de la evolución humana durante el último medio millón de años se ha vuelto cada vez más complicada, debido al descubrimiento de nuevas especies: el Homo floresiensis, los Denisovanos siberianos, el Homo naledi o el Homo luzonensis, que coexistieron con el Homo sapiens.
Y concluye que, a la vista de todas estas evidencias y contradicciones, la historia antigua del homo sapiens debe ser revisada desde el principio, teniendo en cuenta que el Corredor Levantino se perfila, desde el origen del ser humano, como el punto de la difusión cultural y genética de lo que luego sería nuestra especie.
Dos importantes descubrimientos arqueológicos aconsejan revisar desde el principio la historia de la especie humana.
Por un lado, el hallazgo en Israel de restos de homínidos que precedieron al Homo Sapiens. Por otro lado, el descubrimiento en China de un cráneo humano que pertenecería al pariente evolutivo más cercano a nosotros.
Ambos hallazgos, que datan de hace unos 140.000 años, añaden confusión sobre el laberinto evolutivo que precedió a la aparición del Homo sapiens, a medida que ha aumentado la lista de especies del género Homo que vivieron en el Pleistoceno medio y tardío.
Sorpresa en Israel
La primera sorpresa ha sido establecida por Investigadores de la Universidad Hebrea y la Universidad de Tel Aviv: han identificado un nuevo tipo de humano antiguo en el yacimiento «Nesher Ramla» que vivió en el Corredor Levantinohasta hace unos 130.000 años.
En su interior, los científicos han descubierto restos de animales, como caballos, burros y toros salvajes, herramientas de piedra muy avanzadas y huesos humanos, entre los que se encontraban los del nuevo humano antiguo.
Según explican los investigadores en un comunicado, la morfología del tipo humano revelado por estos huesos comparte características, tanto con los neandertales (especialmente en los dientes y la mandíbula) como con humanos mayores como el Homo erectus (especialmente el cráneo).
Al mismo tiempo, es muy diferente del humano moderno: la estructura del cráneo es completamente distinta, no tiene barbilla y los dientes son muy grandes.
La primera sorpresa ha sido establecida por Investigadores de la Universidad Hebrea y la Universidad de Tel Aviv: han identificado un nuevo tipo de humano antiguo en el yacimiento «Nesher Ramla» que vivió en el Corredor Levantinohasta hace unos 130.000 años.
En su interior, los científicos han descubierto restos de animales, como caballos, burros y toros salvajes, herramientas de piedra muy avanzadas y huesos humanos, entre los que se encontraban los del nuevo humano antiguo.
Según explican los investigadores en un comunicado, la morfología del tipo humano revelado por estos huesos comparte características, tanto con los neandertales (especialmente en los dientes y la mandíbula) como con humanos mayores como el Homo erectus (especialmente el cráneo).
Al mismo tiempo, es muy diferente del humano moderno: la estructura del cráneo es completamente distinta, no tiene barbilla y los dientes son muy grandes.
Dos tipos de Homo
Con base a estos hallazgos, los investigadores creen que dos tipos de grupos Homo vivieron uno al lado del otro en el Corredor Levantino durante más de 100.000 años (hace 200-100.000 años), compartiendo conocimientos y herramientas: por un lado, el grupo de Nesher Ramla, que vivió en la región desde hace unos 400.000 años y, por otro lado, el Homo sapiens, que llegó más tarde, hace unos 200.000 años.
De las evidencias obtenidas se deduce que las sofisticadas herramientas encontradas en Nesher Ramla no solo no fueron desarrolladas por el Homo sapiens, sino que esta especie las asimiló de homínidos arcaicos.
En consecuencia, los investigadores plantean que el antiguo grupo humano «Nesher Ramla» es la población de origen de la mayoría de las poblaciones humanas que coexistieron en el Pleistoceno medio (entre 700.000 y 130.000 años), incluidos los neandertales de Europa, que evolucionaron y se aparearon con el Homo sapiens.
Tema relacionado: El neandertal también era pescador
Nueva perspectiva
Este descubrimiento desafía la creencia aceptada hasta ahora de que el hombre de Neandertal se originó en Europa, formando pequeños grupos que tuvieron que migrar hacia el sur debido a la expansión de los glaciares, llegando al Corredor Levantino hace unos 70.000 años.
El descubrimiento de Nesher Ramla plantea que los antepasados de los neandertales en Europa vivieron en el Corredor Levantino hace unos 400.000 años y, que desde esta región emigraron (en repetidas migraciones) al oeste a Europa y al este a Asia.
Los famosos neandertales de Europa occidental no serían entonces sino los restos de una población mucho mayor que vivía en el Corredor Levantino, y no al revés, explican los investigadores.
Cuestión genética
Aunque no se ha conservado ADN en el fósil de Ramla, los hallazgos podrían ofrecer una solución a una pregunta no resuelta en el rompecabezas de la historia de la humanidad: cómo los genes del Homo sapiens llegaron a la población neandertal que vivía en Europa, mucho antes de la llegada del Homo sapiens.
En estudios anteriores, los genetistas que estudiaban el ADN de los neandertales en Europa asumieron la existencia de una población similar, a la que llamaron la «población desaparecida» o «población X»: esos misteriosos neandertales se aparearon con la población de Homo sapiens hace al menos 100.000 años, cuyos descendientes habrían emigrado a Europa.
Los investigadores afirman que el homínido de «Nesher Ramla» representa esa población neandertal X que falta. También que algunos de los fósiles de Homo posteriores encontrados anteriormente en el actual Israel, como los desenterrados en las cuevas de Skhul y Qafzeh, no pertenecen al Homo sapiens arcaico (temprano), sino a grupos de linajes mixtos de Homo sapiens y Nesher Ramla.
Sorpresa también en China
El hallazgo de Nesher Ramla no ha sido la única sorpresa. Coincide en el tiempo con el anuncio de que investigadores chinos han establecido que un cráneo antiguo, descubierto en 1933, podría pertenecer a una especie humana completamente nueva, tal como informan en un artículo publicado ahora en la revista The Innovation.
Los autores de este descubrimiento consideran que se trata del pariente evolutivo más cercano a nosotros. Apodado con el nombre de «Hombre Dragón», representa a un grupo humano que vivió en el este de Asia hace al menos 146.000 años y que podría descender de los humanos que surgieron por primera vez en el Corredor Levantino.
Los investigadores chinos consideran que este antiguo cráneo está relacionado con otros fósiles humanos desconcertantes, de este mismo período de tiempo, encontrados en diferentes sitios de Asia.
Y sugieren que todos esos fósiles pertenecen a un grupo de homínidos que está estrechamente relacionado con el Homo sapiens, quizás incluso más que los neandertales.
Volver a empezar
La revista Nature destaca al respecto que los fósiles encontrados en China e Israel se suman las filas de homínidos que se mezclaron repetidamente con los primeros humanos modernos.
Añade que ambos hallazgos han provocado un debate entre los científicos, añadiendo que la visión de la evolución humana durante el último medio millón de años se ha vuelto cada vez más complicada, debido al descubrimiento de nuevas especies: el Homo floresiensis, los Denisovanos siberianos, el Homo naledi o el Homo luzonensis, que coexistieron con el Homo sapiens.
Y concluye que, a la vista de todas estas evidencias y contradicciones, la historia antigua del homo sapiens debe ser revisada desde el principio, teniendo en cuenta que el Corredor Levantino se perfila, desde el origen del ser humano, como el punto de la difusión cultural y genética de lo que luego sería nuestra especie.
Fuente TENDENCIAS 21