El sistema nervioso del cuerpo humano cuenta con el cerebro como núcleo principal. Sin embargo, hay una parte del cuerpo, a veces llamada coloquialmente como “el segundo cerebro”, cuya concentración de células del sistema nervioso ha atraído la atención de la comunidad científica. Un nuevo estudio desvela algunos aspectos de hasta dónde llega la autonomía de este “segundo cerebro” y aporta nuevos datos que podrían ayudar a combatir algunas enfermedades que hoy son difíciles de tratar o incurables.
El equipo de Brian Gulbransen, de la Universidad Estatal de Michigan en Estados Unidos, ha hecho un descubrimiento sorprendente sobre el sistema nervioso entérico del intestino humano que, ya de por sí, está lleno de hechos sorprendentes.
El sistema nervioso entérico es extraordinariamente independiente: Los intestinos podrían llevar a cabo muchas de sus funciones habituales aunque se los desconectara del sistema nervioso central. Y la cantidad de células especializadas del sistema nervioso, es decir, las neuronas y las células gliales, que viven en el intestino de una persona es aproximadamente equivalente a la cantidad presente en el cerebro de un gato.
Las neuronas son la clase más conocida de célula del sistema nervioso, ya que son las que conducen las señales eléctricas del sistema nervioso. Las células gliales, en cambio, no son eléctricamente activas, lo que ha dificultado a los investigadores descifrar la función de estas células. Una de las principales teorías era que las células gliales proporcionan un apoyo pasivo a las neuronas.
Gulbransen y sus colegas han demostrado ahora que las células gliales desempeñan un papel mucho más activo en el sistema nervioso entérico. Las células gliales actúan de forma muy precisa para influir en las señales que transportan los circuitos neuronales. Este descubrimiento abrir un camino hacia nuevos tratamientos para enfermedades intestinales que afectan al 15% de la población en Estados Unidos y otras naciones.
En esta micrografía se observa una red de células gliales, en cierto modo las puertas lógicas del sistema nervioso del intestino. Las células (los orbes oscuros envueltos en gris) se han coloreado en función de cómo responden a una señal química. (Imagen: Proceedings of the National Academy of Sciences / Gulbransen Lab)
"Si consideramos a este 'segundo cerebro' como un ordenador, las células gliales son los chips que trabajan en la periferia", explica Gulbransen. "Son una parte activa de la red de señalización, pero no como las neuronas. Las células gliales modulan o modifican la señal".
En lenguaje informático, las glías serían las puertas lógicas. O, en una metáfora musical, las células gliales no generan las notas que se tocan en una guitarra eléctrica, sino que son los pedales y amplificadores que modulan el volumen y otros parámetros de esas notas.
En cualquier caso, las células gliales son un elemento más importante de lo que se creía para garantizar que todo funcione bien en el sistema nervioso.
Los resultados del nuevo estudio brindan una imagen más completa, aunque también más complicada, del funcionamiento del sistema nervioso entérico. Esto también crea nuevas oportunidades para encontrar tratamientos contra dolencias intestinales difíciles de tratar o incurables.
A principios de este año, el equipo de Gulbransen descubrió que las células gliales podrían ser la clave para abrir nuevas vías de tratamiento para el síndrome del intestino irritable, una dolorosa enfermedad que actualmente no tiene cura y que afecta a entre el 10% y el 15% de la población. Las células gliales también podrían estar implicadas en otras enfermedades, como los trastornos de la motilidad intestinal, entre ellos el estreñimiento.
El nuevo estudio se titula “Circuit-specific enteric glia regulate intestinal motor neurocircuits”. Y se ha publicado en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). (Fuente: NCYT de Amazings)
El equipo de Brian Gulbransen, de la Universidad Estatal de Michigan en Estados Unidos, ha hecho un descubrimiento sorprendente sobre el sistema nervioso entérico del intestino humano que, ya de por sí, está lleno de hechos sorprendentes.
El sistema nervioso entérico es extraordinariamente independiente: Los intestinos podrían llevar a cabo muchas de sus funciones habituales aunque se los desconectara del sistema nervioso central. Y la cantidad de células especializadas del sistema nervioso, es decir, las neuronas y las células gliales, que viven en el intestino de una persona es aproximadamente equivalente a la cantidad presente en el cerebro de un gato.
Las neuronas son la clase más conocida de célula del sistema nervioso, ya que son las que conducen las señales eléctricas del sistema nervioso. Las células gliales, en cambio, no son eléctricamente activas, lo que ha dificultado a los investigadores descifrar la función de estas células. Una de las principales teorías era que las células gliales proporcionan un apoyo pasivo a las neuronas.
Gulbransen y sus colegas han demostrado ahora que las células gliales desempeñan un papel mucho más activo en el sistema nervioso entérico. Las células gliales actúan de forma muy precisa para influir en las señales que transportan los circuitos neuronales. Este descubrimiento abrir un camino hacia nuevos tratamientos para enfermedades intestinales que afectan al 15% de la población en Estados Unidos y otras naciones.
En esta micrografía se observa una red de células gliales, en cierto modo las puertas lógicas del sistema nervioso del intestino. Las células (los orbes oscuros envueltos en gris) se han coloreado en función de cómo responden a una señal química. (Imagen: Proceedings of the National Academy of Sciences / Gulbransen Lab)
"Si consideramos a este 'segundo cerebro' como un ordenador, las células gliales son los chips que trabajan en la periferia", explica Gulbransen. "Son una parte activa de la red de señalización, pero no como las neuronas. Las células gliales modulan o modifican la señal".
En lenguaje informático, las glías serían las puertas lógicas. O, en una metáfora musical, las células gliales no generan las notas que se tocan en una guitarra eléctrica, sino que son los pedales y amplificadores que modulan el volumen y otros parámetros de esas notas.
En cualquier caso, las células gliales son un elemento más importante de lo que se creía para garantizar que todo funcione bien en el sistema nervioso.
Los resultados del nuevo estudio brindan una imagen más completa, aunque también más complicada, del funcionamiento del sistema nervioso entérico. Esto también crea nuevas oportunidades para encontrar tratamientos contra dolencias intestinales difíciles de tratar o incurables.
A principios de este año, el equipo de Gulbransen descubrió que las células gliales podrían ser la clave para abrir nuevas vías de tratamiento para el síndrome del intestino irritable, una dolorosa enfermedad que actualmente no tiene cura y que afecta a entre el 10% y el 15% de la población. Las células gliales también podrían estar implicadas en otras enfermedades, como los trastornos de la motilidad intestinal, entre ellos el estreñimiento.
El nuevo estudio se titula “Circuit-specific enteric glia regulate intestinal motor neurocircuits”. Y se ha publicado en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). (Fuente: NCYT de Amazings)
Fuente NCYT