Vivimos en un universo oscilatorio que se expande indefinidamente por efectos cuánticos que actúan sobre la gravedad: provocan la curvatura del espacio-tiempo y la rotación acelerada del agujero negro que lo engendró, que es a la vez la puerta a otros mundos. Una nueva teoría revoluciona la Física.
El universo podría haber surgido en el interior de un agujero negro que es la puerta a otro universo mucho mayor, plantea el físico polaco Nikodem Poplawskien un artículo publicado en la revista Journal of Experimental and Theoretical Physics.
Según el prestigioso digital Sparrho, Poplawaski es uno de los candidatos a desempeñar en la Física actual un papel equivalente al que representó Albert Einstein el siglo pasado: su teoría de que cada agujero negro es una puerta a otro universo fue considerada por la revista Science como uno de los principales descubrimientos de 2010.
Su investigación se centra en cómo la gravedad puede resolver problemas fundamentales de la cosmología, como el origen del Big Bang, de la inflación del universo o de la materia oscura, que presiona constantemente para la expansión del galaxias y cúmulos.
Su respuesta a estas cuestiones, magistralmente explicadas hace nueve años en InsideScience, se basa en dos aspectos fundamentales del universo: el giro o rotación que domina a las partículas cuánticas, y en la torsión, entendida como la capacidad de estas partículas de hacer girar un objeto.
Efectos cuánticos
Para elaborar su teoría, Poplawski se apoya en los efectos de la mecánica cuántica sobre la gravedad (todavía hipotéticos), que considera conducen a una imagen alternativa del universo.
Esos efectos incorporan a la cosmología una propiedad cuántica conocida como espín, que determina el momento angular de una partícula, es decir, la potencia del movimiento de rotación que ostenta.
Poplawski señala que los espines de las partículas que constituyen el universo interactúan con el espacio-tiempo y le otorgan una propiedad llamada «torsión».
En el marco de su teoría, eso significa que los espines son los que provocan, por un lado, la curvatura del espacio-tiempo, y por otro lado, los que generan también la rotación del universo en su conjunto, una hipótesis establecida cada vez con mayor consistencia.
Tema relacionado: El universo también estaría rotando sobre sí mismo
Agujeros negros giratorios
Añade Poplawski que el mecanismo de torsión surgido de la interacción de los espines está presente también en el interior de los agujeros negros, surgidos del colapso de estrellas muy masivas.
La torsión que desencadenan los espines en el interior de un agujero negro no solo impide que colapse por su propia gravedad, sino que lo hace girar a una velocidad cercana a la de la luz y que produzca un nuevo universo en su interior, según su teoría.
Si eso es cierto, la primera materia que se formó en nuestro universo procedía de otro lugar (y no de la nada). También sería cierto que nuestro propio universo está latiendo en el interior de un agujero negro, que a su vez forma parte de otro universo más antiguo, señala Poplawski.
También plantea que nuestro universo incluso estaría situado dentro de un agujero de gusano (un atajo a través del espacio-tiempo) localizado entre un agujero negro (que todo lo devora por su campo gravitatorio) y un agujero blanco (que deja escapar energía). Es decir, nuestro universo estaría situado entre la luz y la oscuridad.
Profundas implicaciones
Esta teoría alternativa del universo tendría profundas implicaciones, por ejemplo, que la flecha del tiempo, que en nuestro universo va del pasado al futuro pasando por el presente, es una herencia del universo que nos engendró en el interior de un agujero negro, perteneciente a ese otro universo mayor.
Según Poplawski, la torsión podría ser también la fuente de la energía oscura y explicar el desequilibrio que existe en el universo entre materia y antimateria.
Concluye con una visión no menos sorprendente: dado que todas las estrellas y, por lo tanto, los agujeros negros giran, nuestro universo habría heredado el eje de rotación del agujero negro progenitor como una «dirección preferida». Es decir, como una opción física, entre otras.
La idea de que nuestro universo está completamente contenido dentro de un agujero negro proporciona respuestas a estos problemas y muchos más, destaca Poplawski.
Mucha materia
Aunque ha escrito numerosos artículos sobre esta teoría, que ha tenido gran repercusión científica (esta comunidad la considera muy especulativa) y mediática, en el último artículo Poplawski explica que la producción de partículas cuánticas, con sus correspondientes espines, durante la expansión del universo, puede generar un período finito de inflación y producir enormes cantidades de materia.
El universo resultante de este proceso sería oscilatorio, con cada ciclo de mayor tamaño que el ciclo anterior, hasta que alcanza el tamaño cosmológico y se expande indefinidamente.
En este contexto, concluye, nuestro universo podría haberse originado en el interior de un agujero negro del que todavía no nos hemos dado cuenta. ¿Será también ese agujero negro el final de nuestro universo, como sugiere Penrose?
El universo podría haber surgido en el interior de un agujero negro que es la puerta a otro universo mucho mayor, plantea el físico polaco Nikodem Poplawskien un artículo publicado en la revista Journal of Experimental and Theoretical Physics.
Según el prestigioso digital Sparrho, Poplawaski es uno de los candidatos a desempeñar en la Física actual un papel equivalente al que representó Albert Einstein el siglo pasado: su teoría de que cada agujero negro es una puerta a otro universo fue considerada por la revista Science como uno de los principales descubrimientos de 2010.
Su investigación se centra en cómo la gravedad puede resolver problemas fundamentales de la cosmología, como el origen del Big Bang, de la inflación del universo o de la materia oscura, que presiona constantemente para la expansión del galaxias y cúmulos.
Su respuesta a estas cuestiones, magistralmente explicadas hace nueve años en InsideScience, se basa en dos aspectos fundamentales del universo: el giro o rotación que domina a las partículas cuánticas, y en la torsión, entendida como la capacidad de estas partículas de hacer girar un objeto.
Efectos cuánticos
Para elaborar su teoría, Poplawski se apoya en los efectos de la mecánica cuántica sobre la gravedad (todavía hipotéticos), que considera conducen a una imagen alternativa del universo.
Esos efectos incorporan a la cosmología una propiedad cuántica conocida como espín, que determina el momento angular de una partícula, es decir, la potencia del movimiento de rotación que ostenta.
Poplawski señala que los espines de las partículas que constituyen el universo interactúan con el espacio-tiempo y le otorgan una propiedad llamada «torsión».
En el marco de su teoría, eso significa que los espines son los que provocan, por un lado, la curvatura del espacio-tiempo, y por otro lado, los que generan también la rotación del universo en su conjunto, una hipótesis establecida cada vez con mayor consistencia.
Tema relacionado: El universo también estaría rotando sobre sí mismo
Agujeros negros giratorios
Añade Poplawski que el mecanismo de torsión surgido de la interacción de los espines está presente también en el interior de los agujeros negros, surgidos del colapso de estrellas muy masivas.
La torsión que desencadenan los espines en el interior de un agujero negro no solo impide que colapse por su propia gravedad, sino que lo hace girar a una velocidad cercana a la de la luz y que produzca un nuevo universo en su interior, según su teoría.
Si eso es cierto, la primera materia que se formó en nuestro universo procedía de otro lugar (y no de la nada). También sería cierto que nuestro propio universo está latiendo en el interior de un agujero negro, que a su vez forma parte de otro universo más antiguo, señala Poplawski.
También plantea que nuestro universo incluso estaría situado dentro de un agujero de gusano (un atajo a través del espacio-tiempo) localizado entre un agujero negro (que todo lo devora por su campo gravitatorio) y un agujero blanco (que deja escapar energía). Es decir, nuestro universo estaría situado entre la luz y la oscuridad.
Profundas implicaciones
Esta teoría alternativa del universo tendría profundas implicaciones, por ejemplo, que la flecha del tiempo, que en nuestro universo va del pasado al futuro pasando por el presente, es una herencia del universo que nos engendró en el interior de un agujero negro, perteneciente a ese otro universo mayor.
Según Poplawski, la torsión podría ser también la fuente de la energía oscura y explicar el desequilibrio que existe en el universo entre materia y antimateria.
Concluye con una visión no menos sorprendente: dado que todas las estrellas y, por lo tanto, los agujeros negros giran, nuestro universo habría heredado el eje de rotación del agujero negro progenitor como una «dirección preferida». Es decir, como una opción física, entre otras.
La idea de que nuestro universo está completamente contenido dentro de un agujero negro proporciona respuestas a estos problemas y muchos más, destaca Poplawski.
Mucha materia
Aunque ha escrito numerosos artículos sobre esta teoría, que ha tenido gran repercusión científica (esta comunidad la considera muy especulativa) y mediática, en el último artículo Poplawski explica que la producción de partículas cuánticas, con sus correspondientes espines, durante la expansión del universo, puede generar un período finito de inflación y producir enormes cantidades de materia.
El universo resultante de este proceso sería oscilatorio, con cada ciclo de mayor tamaño que el ciclo anterior, hasta que alcanza el tamaño cosmológico y se expande indefinidamente.
En este contexto, concluye, nuestro universo podría haberse originado en el interior de un agujero negro del que todavía no nos hemos dado cuenta. ¿Será también ese agujero negro el final de nuestro universo, como sugiere Penrose?
Fuente TENDENCIAS 21