Se originarían por la desintegración de planetas cuando son atraídos por la gravedad de sus estrellasEl desgarramiento de planetas lejanos, atraídos por la gravedad de sus respectivas estrellas, crea un grito de ondas de radio que percibimos como FRB. Las dejamos de recibir cuando los restos planetarios se alejan siguiendo sus órbitas.
La fragmentación de planetas que se acercan extremadamente a sus estrellas podría ser la causa de misteriosas explosiones cósmicas de ondas de radio o FRB, según una nueva investigación.
Descubiertas casualmente por primera vez en 2007, estas ráfagas de radio liberan en un milisegundo tanta energía como la que el Sol irradia durante tres días.
Unas son periódicas, otras caóticas y otras se retrasan inexplicablemente en llegar a la Tierra, aunque la fuerza de la señal que llega a nuestro planeta es mil veces menor que la que llegaría a la Luna desde un teléfono móvil situado en la Tierra.
Sobre su origen, hay varias hipótesis: una teoría señala que las FRB son similares a las explosiones de rayos gamma, las más poderosas del universo. Otra teoría las relaciona con púlsares de radio, que son estrellas de neutrones en rotación que emiten pulsos de radio brillantes y coherentes.
Nueva propuesta
El debate sobre el origen de las misteriosas FRB continúa abierto en la comunidad científica, y ahora una nueva investigación plantea que los planetas que se desmoronan pueden explicar algunas de las FRB.
La nueva investigación, dirigida por el astrónomo de la Universidad de Nanjing, Yong-Feng Huang, considera que las FRB pueden ser el resultado de la violenta interacción entre estrellas de neutrones y los planetas que las orbitan.
El relato de lo que ocurre en estos supuestos casos es dramático: cuando esos planetas se acercan a las estrellas de neutrones que orbitan, comienzan a fracturarse en trozos y emiten una explosión similar a un grito de ondas de radio cósmicas.
Los restos de ese planeta desgarrado interactúan entonces con la radiación y el viento estelar emanados de la estrella de neutrones que marcaba su órbita, provocando fuertes emisiones de radio que serían las misteriosas FRB.
Fuerza de marea
Todo ocurre así porque, cuando el planeta gira muy cerca de su estrella, la gravedad estelar atrae más al planeta que cuando el planeta está en su punto orbital más lejano, alargándolo y distorsionándolo.
Esta "fuerza de marea", explica Huang a la revista ScienceNews, arrancará algunos pequeños trozos del planeta. Cada trozo, según los cálculos de los astrónomos, tiene solo unos pocos kilómetros de ancho y tal vez una millonésima parte de la masa del planeta.
Esos restos del planeta desintegrado atraviesan entonces el viento de radiación y partículas emitido por la estrella de neutrones, provocando fuertes emisiones de radio: desde la Tierra, se percibirían como señales FRB.
Eso significa que cada estallido en una señal FRB repetida podría ser causado por uno de estos restos planetarios que interactúan con el viento de la estrella de neutrones durante cada paso cercano del planeta, dice Huang.
Comprobado
Después de esa interacción, lo que queda de los restos del planeta desintegrado se desplazan en órbita alrededor de la estrella, pero lejos de la perspectiva de la Tierra, por lo que la señal FRB desaparece de nuestra percepción.
Para reforzar su hipótesis, estos astrónomos han comprobado que esas fuertes emisiones de radio podrían explicar dos episodios bien conocidos de FRB: uno descubierto en 2016 (121102), que se repite cada 160 días (el más estudiado hasta ahora), y otro, descubierto en 2018 (180916), que se repite cada 16,35 días.
El primero de esos estallidos está vinculado a una pequeña galaxia enana situada a más de 3.000 millones de años luz, y el segundo surgió dentro de una galaxia similar a la Vía láctea que está a 457 millones de años luz del Sistema Solar, según estimaciones.
El equipo descubrió que el escenario del planeta fragmentado podría explicar con qué frecuencia ocurrieron esos dos estallidos y lo brillantes que fueron, destaca Huang.
El misterio continúa
Estudios anteriores han concluido que podrían existir hasta 120.000 FRB llegando a nuestro planeta cada día con la posibilidad de ser detectadas, pero que no hay fenómenos o mecanismos conocidos que permitan definir con exactitud la naturaleza de las señales cósmicas de radio.
Esto indica que las FRB responden a procesos distintos y que, por lo tanto, todavía es imposible determinar su origen o causa.
La fragmentación de planetas que se acercan extremadamente a sus estrellas podría ser la causa de misteriosas explosiones cósmicas de ondas de radio o FRB, según una nueva investigación.
Descubiertas casualmente por primera vez en 2007, estas ráfagas de radio liberan en un milisegundo tanta energía como la que el Sol irradia durante tres días.
Unas son periódicas, otras caóticas y otras se retrasan inexplicablemente en llegar a la Tierra, aunque la fuerza de la señal que llega a nuestro planeta es mil veces menor que la que llegaría a la Luna desde un teléfono móvil situado en la Tierra.
Sobre su origen, hay varias hipótesis: una teoría señala que las FRB son similares a las explosiones de rayos gamma, las más poderosas del universo. Otra teoría las relaciona con púlsares de radio, que son estrellas de neutrones en rotación que emiten pulsos de radio brillantes y coherentes.
Nueva propuesta
El debate sobre el origen de las misteriosas FRB continúa abierto en la comunidad científica, y ahora una nueva investigación plantea que los planetas que se desmoronan pueden explicar algunas de las FRB.
La nueva investigación, dirigida por el astrónomo de la Universidad de Nanjing, Yong-Feng Huang, considera que las FRB pueden ser el resultado de la violenta interacción entre estrellas de neutrones y los planetas que las orbitan.
El relato de lo que ocurre en estos supuestos casos es dramático: cuando esos planetas se acercan a las estrellas de neutrones que orbitan, comienzan a fracturarse en trozos y emiten una explosión similar a un grito de ondas de radio cósmicas.
Los restos de ese planeta desgarrado interactúan entonces con la radiación y el viento estelar emanados de la estrella de neutrones que marcaba su órbita, provocando fuertes emisiones de radio que serían las misteriosas FRB.
Fuerza de marea
Todo ocurre así porque, cuando el planeta gira muy cerca de su estrella, la gravedad estelar atrae más al planeta que cuando el planeta está en su punto orbital más lejano, alargándolo y distorsionándolo.
Esta "fuerza de marea", explica Huang a la revista ScienceNews, arrancará algunos pequeños trozos del planeta. Cada trozo, según los cálculos de los astrónomos, tiene solo unos pocos kilómetros de ancho y tal vez una millonésima parte de la masa del planeta.
Esos restos del planeta desintegrado atraviesan entonces el viento de radiación y partículas emitido por la estrella de neutrones, provocando fuertes emisiones de radio: desde la Tierra, se percibirían como señales FRB.
Eso significa que cada estallido en una señal FRB repetida podría ser causado por uno de estos restos planetarios que interactúan con el viento de la estrella de neutrones durante cada paso cercano del planeta, dice Huang.
Comprobado
Después de esa interacción, lo que queda de los restos del planeta desintegrado se desplazan en órbita alrededor de la estrella, pero lejos de la perspectiva de la Tierra, por lo que la señal FRB desaparece de nuestra percepción.
Para reforzar su hipótesis, estos astrónomos han comprobado que esas fuertes emisiones de radio podrían explicar dos episodios bien conocidos de FRB: uno descubierto en 2016 (121102), que se repite cada 160 días (el más estudiado hasta ahora), y otro, descubierto en 2018 (180916), que se repite cada 16,35 días.
El primero de esos estallidos está vinculado a una pequeña galaxia enana situada a más de 3.000 millones de años luz, y el segundo surgió dentro de una galaxia similar a la Vía láctea que está a 457 millones de años luz del Sistema Solar, según estimaciones.
El equipo descubrió que el escenario del planeta fragmentado podría explicar con qué frecuencia ocurrieron esos dos estallidos y lo brillantes que fueron, destaca Huang.
El misterio continúa
Estudios anteriores han concluido que podrían existir hasta 120.000 FRB llegando a nuestro planeta cada día con la posibilidad de ser detectadas, pero que no hay fenómenos o mecanismos conocidos que permitan definir con exactitud la naturaleza de las señales cósmicas de radio.
Esto indica que las FRB responden a procesos distintos y que, por lo tanto, todavía es imposible determinar su origen o causa.
Fuente LEVANTE