La Tierra atravesará las estelas de escombros dejadas por el cometa SW3 en 1995, 1892 y 1897
Los astrónomos esperan una potente tormenta de meteoros a finales de mayo, que promete ser un espectáculo inolvidable: la Tierra atravesará tres nubes de escombros creadas por el ancestral cometa SW3 en 1995, 1892 y 1897.
La Tierra atravesará la última noche mayo una nube de escombros creada por el cometa Schwassmann–Wachmann 3 (SW3), también conocido como 73P/Schwassmann-Wachmann (73P), cuando comenzó su fragmentación en 1995, así como otras estelas previas del mismo cometa.
Este tránsito, que solo ocurre cada 16 años, ha disparado el interés de astrónomos y aficionados, porque según las predicciones se podría observar un extraño estallido que superaría los mil meteoros por hora, aunque también es posible que no se pueda ver nada.
En cualquier caso, si ocurriera finalmente, el espectáculo no sería completamente visible desde Europa porque se habrá hecho de día en esa parte del mundo, salvo por ejemplo en Canarias.
El espectáculo puede producirse porque, cuando un cometa viaja cerca del Sol, deja a su paso corrientes de escombros en polvo que se desprenden durante su trayectoria.
Lluvia de meteoritos
Si en ese momento un planeta, en este caso la Tierra, se interpone en su camino, se produce una lluvia de meteoritos, que se manifiesta en forma de rayos silenciosos que surcan los cielos.
Las Perseidas y las Gemínidas son dos grandes lluvias anuales de meteoritos, que se originan, respectivamente, la primera por el cometa 109P/Swift-Tuttle, y la segunda por el cometa 3200 Phaethon.
Este año, el paso de SW3 puede ponerse más interesante que en anteriores ocasiones, porque este cometa establece una corriente conocida como los meteoros Tau Herculid.
En el pasado, esta corriente no ha dejado muchos espectáculos, pero en esta ocasión ocurre algo diferente: nuestro planeta cruzará tres corrientes de escombros desprendidos de SW3: los dejados por el cometa en 1995, y también los dejados en 1892 y 1897.
El cometa Schwassmann–Wachmann pasa por el campo de visión de la Nebulosa del Anillo el 7 de mayo de 2006. Maynard Pittendreigh. Creative Commons.
Visible a simple vista
La corriente más significativa que atravesará la Tierra fue creada por el cometa en 1995, cuando se volvió unas 600 veces más brillante.
Pasó de ser una mancha tenue en el pasado, a ser visible a simple vista durante su paso por nuestras cercanías: se había roto en al menos cuatro pedazos grandes, llenando de escombros su propio paso orbital.
Cuando nos visitó de nuevo en 2006, alrededor del 12 de mayo, a una distancia de aproximadamente 11,9 millones de kilómetros, ya estaba dividido en casi 70 piezas, y desde entonces ha continuado fragmentándose todavía más.
En 1930, cuando pasó todavía más cerca de la Tierra, desprendió lluvias de hasta 100 meteoros por minuto.
12 kilómetros por segundo
Este año, los fragmentos de SW3 pasarán todavía más cerca de nuestro planeta y, por lo tanto, podrían producir una hermosa lluvia de estrellas fugaces, aunque que el espectáculo se produzca va a depender de la velocidad que alcancen los escombros.
"Si los escombros de SW3 se movieran a más de 354 kilómetros por hora, podríamos ver una bonita lluvia de meteoritos. Sin embargo, si los escombros tuvieran una velocidad de eyección más lenta, entonces nada llegará a la Tierra y no habrá ningún meteorito que ver de ese cometa", explica Bill Cooke, jefe de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides de la NASA.
Si finalmente llegan a nosotros este año, los escombros de SW3 golpearán la atmósfera de la Tierra muy lentamente, a solo 12 kilómetros por segundo (43.000 km/h), por lo que su luminosidad será reducida, a no ser que sean partículas de más de un centímetro, capaces de producir bólidos. Además, como el episodio coincide con la Luna nueva, habrá poca luz y será más fácil observar el espectáculo, aunque sea tenue.
31 de mayo
La lluvia Tau Herculid alcanzará su punto máximo en la noche del 30 de mayo y en la mañana del 31 de mayo. La Tierra podría atravesar la cortina de esos escombros en torno a las 5 horas TUC (Tiempo Universal Coordinado) del 31 de mayo (las 7,00h del próximo martes en Madrid).
En ese momento, el punto radiante, del que veríamos surgir los meteoros producidos por ese particular huso de partículas, se encontraría en el cenit en Centroamérica, a unos 10º de altura en el archipiélago canario y prácticamente en el horizonte visto desde la península ibérica, informa al respecto Investigación y Ciencia.
Los astrónomos esperan una potente tormenta de meteoros a finales de mayo, que promete ser un espectáculo inolvidable: la Tierra atravesará tres nubes de escombros creadas por el ancestral cometa SW3 en 1995, 1892 y 1897.
La Tierra atravesará la última noche mayo una nube de escombros creada por el cometa Schwassmann–Wachmann 3 (SW3), también conocido como 73P/Schwassmann-Wachmann (73P), cuando comenzó su fragmentación en 1995, así como otras estelas previas del mismo cometa.
Este tránsito, que solo ocurre cada 16 años, ha disparado el interés de astrónomos y aficionados, porque según las predicciones se podría observar un extraño estallido que superaría los mil meteoros por hora, aunque también es posible que no se pueda ver nada.
En cualquier caso, si ocurriera finalmente, el espectáculo no sería completamente visible desde Europa porque se habrá hecho de día en esa parte del mundo, salvo por ejemplo en Canarias.
El espectáculo puede producirse porque, cuando un cometa viaja cerca del Sol, deja a su paso corrientes de escombros en polvo que se desprenden durante su trayectoria.
Lluvia de meteoritos
Si en ese momento un planeta, en este caso la Tierra, se interpone en su camino, se produce una lluvia de meteoritos, que se manifiesta en forma de rayos silenciosos que surcan los cielos.
Las Perseidas y las Gemínidas son dos grandes lluvias anuales de meteoritos, que se originan, respectivamente, la primera por el cometa 109P/Swift-Tuttle, y la segunda por el cometa 3200 Phaethon.
Este año, el paso de SW3 puede ponerse más interesante que en anteriores ocasiones, porque este cometa establece una corriente conocida como los meteoros Tau Herculid.
En el pasado, esta corriente no ha dejado muchos espectáculos, pero en esta ocasión ocurre algo diferente: nuestro planeta cruzará tres corrientes de escombros desprendidos de SW3: los dejados por el cometa en 1995, y también los dejados en 1892 y 1897.
El cometa Schwassmann–Wachmann pasa por el campo de visión de la Nebulosa del Anillo el 7 de mayo de 2006. Maynard Pittendreigh. Creative Commons.
Visible a simple vista
La corriente más significativa que atravesará la Tierra fue creada por el cometa en 1995, cuando se volvió unas 600 veces más brillante.
Pasó de ser una mancha tenue en el pasado, a ser visible a simple vista durante su paso por nuestras cercanías: se había roto en al menos cuatro pedazos grandes, llenando de escombros su propio paso orbital.
Cuando nos visitó de nuevo en 2006, alrededor del 12 de mayo, a una distancia de aproximadamente 11,9 millones de kilómetros, ya estaba dividido en casi 70 piezas, y desde entonces ha continuado fragmentándose todavía más.
En 1930, cuando pasó todavía más cerca de la Tierra, desprendió lluvias de hasta 100 meteoros por minuto.
12 kilómetros por segundo
Este año, los fragmentos de SW3 pasarán todavía más cerca de nuestro planeta y, por lo tanto, podrían producir una hermosa lluvia de estrellas fugaces, aunque que el espectáculo se produzca va a depender de la velocidad que alcancen los escombros.
"Si los escombros de SW3 se movieran a más de 354 kilómetros por hora, podríamos ver una bonita lluvia de meteoritos. Sin embargo, si los escombros tuvieran una velocidad de eyección más lenta, entonces nada llegará a la Tierra y no habrá ningún meteorito que ver de ese cometa", explica Bill Cooke, jefe de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides de la NASA.
Si finalmente llegan a nosotros este año, los escombros de SW3 golpearán la atmósfera de la Tierra muy lentamente, a solo 12 kilómetros por segundo (43.000 km/h), por lo que su luminosidad será reducida, a no ser que sean partículas de más de un centímetro, capaces de producir bólidos. Además, como el episodio coincide con la Luna nueva, habrá poca luz y será más fácil observar el espectáculo, aunque sea tenue.
31 de mayo
La lluvia Tau Herculid alcanzará su punto máximo en la noche del 30 de mayo y en la mañana del 31 de mayo. La Tierra podría atravesar la cortina de esos escombros en torno a las 5 horas TUC (Tiempo Universal Coordinado) del 31 de mayo (las 7,00h del próximo martes en Madrid).
En ese momento, el punto radiante, del que veríamos surgir los meteoros producidos por ese particular huso de partículas, se encontraría en el cenit en Centroamérica, a unos 10º de altura en el archipiélago canario y prácticamente en el horizonte visto desde la península ibérica, informa al respecto Investigación y Ciencia.
Fuente LEVANTE