Se llaman nebulosas planetarias pero nada tienen que ver con los planetas. En realidad, son las capas más superficiales de una estrella de baja masa –es decir, de hasta ocho veces el tamaño del Sol– que se está apagando, y que al ser eyectadas al espacio se van acumulando en estructuras de diferentes formas alrededor del cuerpo central. Precisamente por ese aspecto es que sus descubridores, a finales del siglo XVIII, las emparentaron con gigantes como Saturno o Júpiter, y de ahí el nombre.
Estas nebulosas, en general, son anillos o burbujas pero, debido a las características del material circundante o al carácter binario del astro progenitor, pueden ser también elipsoidales, bipolares o hasta cuadrupolares.
Estas nebulosas, en general, son anillos o burbujas pero, debido a las características del material circundante o al carácter binario del astro progenitor, pueden ser también elipsoidales, bipolares o hasta cuadrupolares.
Fuente COSMOS