Descubren un nuevo objeto interestelar de origen desconocido

Según una nueva investigación de la Universidad de Harvard, podría haberse originado en explosiones de supernova.

El controvertido físico teórico Abraham "Avi" Loeb que ostenta la cátedra Frank B. Baird Jr. de Ciencia en la Universidad de Harvard, publica junto a su estudiante y colega, Amir Siraj, una nueva investigación acerca del descubrimiento del segundo meteorito interestelar que, afirma, podría ser la prueba de la existencia de otras civilizaciones.

A la caza del extraterrestre

El primer meteoro interestelar, bautizado como CNEOS 2014-01-08 (IM1) fue descubierto en 2019 fue confirmado con un nivel de confianza del 99,999% por una carta del Comando Espacial de Estados Unidos a la NASA. También conocido como CNEOS1 2014-01-08, el objeto tenía un diámetro estimado de 0,45 metros, una masa de 460 kg y una velocidad previa al impacto de 60 km por segundo.

“IM1, detectado por los sensores del Departamento de Defensa de EE. UU. (DoD) a través de la luz que emitía mientras se quemaba en la atmósfera terrestre frente a la costa de Papúa Nueva Guinea en 2014, se determinó que era un objeto interestelar en 2019, una conclusión confirmada por un análisis independiente realizado por el Departamento de Defensa en 2022”, explicaron los investigadores de la Universidad de Harvard. “El objeto es anterior al objeto interestelar 'Oumuamua en 3,8 años, y al objeto interestelar 2I/Borisov en 5,6 años”.

Ahora, parecen haber identificado a IM2, en el catálogo de Bolas de Fuego CNEOS de la NASA o CNEOS 2017-03-09, reconocido en los datos del catálogo de bolas de fuego de CNEOS. El objeto fue detectado el 9 de marzo de 2017, a una altitud de 23 km sobre el océano Atlántico cerca de Portugal. Tenía aproximadamente un metro de tamaño, era 10 veces más masivo que IM1, y se movía a una velocidad de 40 km por segundo.

Más duros que los meteoritos de hierro

“IM1 e IM2 ocupan el puesto 1 y 3 en términos de resistencia del material de las 273 bolas de fuego en el catálogo de CNEOS. Esto implica que los meteoros interestelares provienen de una población con una fuerza material característicamente más alta que los meteoros que se originan dentro del sistema solar”, comentan los expertos respecto a la resistencia del material de IM1 e IM2 con la de otros objetos CNEOS.

“Además, encontramos que si los dos objetos son representativos de una población de fondo en trayectorias aleatorias, sus detecciones combinadas implican que aproximadamente el 40% de todos los elementos refractarios están encerrados en objetos interestelares de escala de un metro. Una abundancia tan alta aparentemente desafía el origen de un sistema planetario. Suponemos que IM1 e IM2 están compuestos por elementos refractarios,aunque la resistencia de sus materiales implica que eran principalmente de composición metálica”, apuntan.

Según concluyen en su estudio, como se sabe que las supernovas producen 'balas' ricas en hierro, podría tratarse del posible origen tanto de IM1 como de IM2.

Loeb señala que es crucial determinar la composición y estructura de los restos de estos meteoros interestelares, por lo que ha anunciado sendas expediciones para ambos fragmentos: la primera cerca de Papúa Nueva Guinea y la segunda cerca de Portugal.




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