Melvin M. Vopson, investigador británico, plantearía la forma de demostrar que una supercomputadora controla una realidad simulada.
La idea de que vivimos en una realidad simulada, controlada por una especie de mente superior, no es nueva. En más de una ocasión se ha teorizado que vivimos en un multiverso infinito de Universos y lo que ocurre en ellos es una simulación por computadora. Sí, parece la trama de la serie de películas Matrix o de oscuras novelas de ciencia ficción. Pero hay personas que creen que ello puede ser una realidad comprobable.
En 1989, el legendario físico John Archibald Wheeler sugirió que el Universo es fundamentalmente matemático y que puede considerarse que emerge de la información. Acuñó el famoso aforismo “it from bit”.
Años después, en 2003, el filósofo Nick Bostrom, de la Universidad de Oxford, formuló su hipótesis de la simulación, la cual sostiene que es muy probable que vivamos en una realidad controlada por una mente maestra.
Bostrom sostiene en su teoría que existe una o más civilizaciones tan avanzadas capaces de crear simulaciones indistinguibles de la realidad, donde los participantes no serían conscientes de que están en una simulación. Y nosotros seríamos esos personajes de la simulación.
Una gigantesca computadora cuántica
Y las teorías en torno a lo anterior continúan. Una de las últimas es la del físico Seth Lloyd, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.), quien sugiere que todo el Universo podría ser una gigantesca computadora cuántica.
Lloyd dice que nuestra realidad física podría ser una realidad virtual simulada en lugar de un mundo objetivo que existe independientemente del observador. El físico estadounidense se ha dedicado a hacer analogías entre nuestro mundo objetivo y la manera en que trabajaban las computadoras. De esa forma le ha dado soporte a la idea de que vivimos en una especie de realidad gobernada por una mente que no logramos identificar ni describir.
Cualquier mundo de realidad virtual se basará en el procesamiento de la información. En última instancia, todo está digitalizado o pixelado hasta un tamaño mínimo que no puede subdividirse más: los bits.
Del mismo modo, las partículas elementales, que constituyen toda la materia visible del Universo, son las unidades más pequeñas de materia. En pocas palabras, Lloyd afirma que nuestro mundo está pixelado.
Las leyes de la física que rigen el Universo también se parecen a las líneas de código de una computadora que seguiría una simulación en la ejecución del programa. Por otro lado, las ecuaciones matemáticas, los números y los patrones geométricos están presentes en todas partes: el mundo es matemático la mayoría de las ocasiones.
Otra curiosidad de la física que apoya la hipótesis de la realidad simulada de Lloyd es el límite de velocidad máxima en nuestro Universo: la velocidad de la luz. En una realidad virtual, este límite correspondería al límite de velocidad del procesador.
La mecánica cuántica y la física de la información
Quizás la mecánica cuántica sea la prueba que más apoya la hipótesis de la simulación. La mecánica cuántica sugiere que la naturaleza no es “real”, ya que las partículas en estados determinados, como lugares específicos, no parecen existir a menos que se las observe o mida realmente. Del mismo modo, la realidad virtual necesita un observador o un programador para que las cosas sucedan.
Las ideas de Lloyd van de la mano con lo que teoriza la llamada física de la información, la cual sugiere que el espacio-tiempo y la materia no son fenómenos fundamentales. En su lugar, la realidad física se compone fundamentalmente de bits de información, de los que surge nuestra experiencia del espacio-tiempo.
¿Pero cómo demostrar que en efecto la realidad está supeditada a una gran cantidad de información proporcionada por una computadora?
Melvin M. Vopson, investigador de la Universidad de Portsmouth, afirma que la información es otra forma de materia en el Universo. Incluso ha calculado el contenido de información esperado por partícula elemental. Vopson propone que para demostrar que las teorías de Lloyd son reales se puede borrar la información contenida en el interior de las partículas elementales dejando que éstas y sus antipartículas se aniquilen en un destello de energía, emitiendo “fotones”, o partículas de luz.
La propuesta de Vopson
“He predicho el rango exacto de frecuencias esperadas de los fotones resultantes basándome en la física de la información. El experimento es altamente realizable con nuestras herramientas actuales, y hemos lanzado un sitio de crowdfunding para lograrlo.
También hay otros enfoques. El difunto físico John Barrowha argumentado que una simulación acumularía pequeños errores computacionales que el programador tendría que arreglar para que siguiera funcionando.
Sugirió que podríamos experimentar esa corrección como resultados experimentales contradictorios que aparecen de repente, como el cambio de las constantes de la naturaleza. Así que la vigilancia de los valores de estas constantes es otra opción.
La naturaleza de nuestra realidad es uno de los mayores misterios que existen. Cuanto más nos tomemos en serio la hipótesis de la simulación, más posibilidades tendremos de demostrarla o refutarla algún día”.
La idea de que vivimos en una realidad simulada, controlada por una especie de mente superior, no es nueva. En más de una ocasión se ha teorizado que vivimos en un multiverso infinito de Universos y lo que ocurre en ellos es una simulación por computadora. Sí, parece la trama de la serie de películas Matrix o de oscuras novelas de ciencia ficción. Pero hay personas que creen que ello puede ser una realidad comprobable.
En 1989, el legendario físico John Archibald Wheeler sugirió que el Universo es fundamentalmente matemático y que puede considerarse que emerge de la información. Acuñó el famoso aforismo “it from bit”.
Años después, en 2003, el filósofo Nick Bostrom, de la Universidad de Oxford, formuló su hipótesis de la simulación, la cual sostiene que es muy probable que vivamos en una realidad controlada por una mente maestra.
Bostrom sostiene en su teoría que existe una o más civilizaciones tan avanzadas capaces de crear simulaciones indistinguibles de la realidad, donde los participantes no serían conscientes de que están en una simulación. Y nosotros seríamos esos personajes de la simulación.
Una gigantesca computadora cuántica
Y las teorías en torno a lo anterior continúan. Una de las últimas es la del físico Seth Lloyd, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.), quien sugiere que todo el Universo podría ser una gigantesca computadora cuántica.
Lloyd dice que nuestra realidad física podría ser una realidad virtual simulada en lugar de un mundo objetivo que existe independientemente del observador. El físico estadounidense se ha dedicado a hacer analogías entre nuestro mundo objetivo y la manera en que trabajaban las computadoras. De esa forma le ha dado soporte a la idea de que vivimos en una especie de realidad gobernada por una mente que no logramos identificar ni describir.
Cualquier mundo de realidad virtual se basará en el procesamiento de la información. En última instancia, todo está digitalizado o pixelado hasta un tamaño mínimo que no puede subdividirse más: los bits.
Del mismo modo, las partículas elementales, que constituyen toda la materia visible del Universo, son las unidades más pequeñas de materia. En pocas palabras, Lloyd afirma que nuestro mundo está pixelado.
Las leyes de la física que rigen el Universo también se parecen a las líneas de código de una computadora que seguiría una simulación en la ejecución del programa. Por otro lado, las ecuaciones matemáticas, los números y los patrones geométricos están presentes en todas partes: el mundo es matemático la mayoría de las ocasiones.
Otra curiosidad de la física que apoya la hipótesis de la realidad simulada de Lloyd es el límite de velocidad máxima en nuestro Universo: la velocidad de la luz. En una realidad virtual, este límite correspondería al límite de velocidad del procesador.
La mecánica cuántica y la física de la información
Quizás la mecánica cuántica sea la prueba que más apoya la hipótesis de la simulación. La mecánica cuántica sugiere que la naturaleza no es “real”, ya que las partículas en estados determinados, como lugares específicos, no parecen existir a menos que se las observe o mida realmente. Del mismo modo, la realidad virtual necesita un observador o un programador para que las cosas sucedan.
Las ideas de Lloyd van de la mano con lo que teoriza la llamada física de la información, la cual sugiere que el espacio-tiempo y la materia no son fenómenos fundamentales. En su lugar, la realidad física se compone fundamentalmente de bits de información, de los que surge nuestra experiencia del espacio-tiempo.
¿Pero cómo demostrar que en efecto la realidad está supeditada a una gran cantidad de información proporcionada por una computadora?
Melvin M. Vopson, investigador de la Universidad de Portsmouth, afirma que la información es otra forma de materia en el Universo. Incluso ha calculado el contenido de información esperado por partícula elemental. Vopson propone que para demostrar que las teorías de Lloyd son reales se puede borrar la información contenida en el interior de las partículas elementales dejando que éstas y sus antipartículas se aniquilen en un destello de energía, emitiendo “fotones”, o partículas de luz.
La propuesta de Vopson
“He predicho el rango exacto de frecuencias esperadas de los fotones resultantes basándome en la física de la información. El experimento es altamente realizable con nuestras herramientas actuales, y hemos lanzado un sitio de crowdfunding para lograrlo.
También hay otros enfoques. El difunto físico John Barrowha argumentado que una simulación acumularía pequeños errores computacionales que el programador tendría que arreglar para que siguiera funcionando.
Sugirió que podríamos experimentar esa corrección como resultados experimentales contradictorios que aparecen de repente, como el cambio de las constantes de la naturaleza. Así que la vigilancia de los valores de estas constantes es otra opción.
La naturaleza de nuestra realidad es uno de los mayores misterios que existen. Cuanto más nos tomemos en serio la hipótesis de la simulación, más posibilidades tendremos de demostrarla o refutarla algún día”.
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