Seremos jorobados y menos inteligentes, nuestras manos serán garras y tendremos tres párpados
El uso intensivo de la tecnología va a cambiar la apariencia del ser humano cuando lleguemos al año 3000: seremos jorobados, nuestras manos serán garras, cada ojo tendrá tres párpados y el cerebro será más pequeño y menos inteligente.
Dentro de 1.000 años, la evolución y las consecuencias de la tecnología cambiarán radicalmente la apariencia del ser humano, según una nueva investigación.
Después de 900 años de uso de diversos dispositivos (teléfonos inteligentes, ordenadores portátiles y otros tipos de equipos), las manos se convertirán en garras, el cuello se volverá más corto y grueso, cada ojo tendrá tres párpados y el cerebro se reducirá de tamaño con una inevitable disminución del coeficiente intelectual.
Este cambio será la lógica consecuencia de los efectos que tendrá la tecnología en nuestras vidas, especialmente en las regiones más industrializadas, detalla la revista de la empresa Toll Free Forwarding, un proveedor internacional de telecomunicaciones con sede en Los Ángeles.
Pasar horas con un dispositivo electrónico, como los PC, smartphones y tabletas, afecta a la condición psicofísica de las personas y favorece la afirmación evolutiva de rasgos más acentuados que otros, señala la citada revista.
Tres párpados y garras
Pero también es la mano en garra la que representa un elemento de novedad, consecuencia de la "garra de texto", por la forma en que se agarra y se utiliza un teléfono para escribir un mensaje, señala también esta investigación.
Para Nikola Djordjevic, de Med Alert Help, se trata de una condición conocida como “síndrome del túnel cubital” un trastorno que, junto con el codo de 90°, puede darse por el uso intensivo del smartphone.
“Este síndrome es el resultado de la presión o estiramiento del nervio cubital que pasa por un surco en la parte interna del codo. Esto provoca entumecimiento o sensación de hormigueo en los dedos anular y meñique, dolor en el antebrazo y debilidad en las manos. Doblar el codo durante mucho tiempo puede estirar el nervio detrás del codo y ejercer presión sobre él.”, explica Djordjevic.
Cuello tecnológico
Mindy también tiene el llamado "cuello tecnológico", que es más corto y ancho de lo normal.
Es la consecuencia de la mirada constante de arriba abajo mientras usamos un PC o teléfono, lo que cansa y provoca dolor en los músculos del cuello. Estos músculos se ven obligados a trabajar permanentemente para mantener la cabeza en alto.
Mindy también tiene un cráneo más grueso que el nuestro para protegerse de la radiación de radiofrecuencia de los teléfonos.
Como consecuencia, el cráneo también podría albergar un cerebro más pequeño porque las comodidades y el conocimiento derivados de la tecnología ya no empujan al cerebro a "funcionar" como lo hace actualmente. Se ha comprobado que la tecnología puede cambiar el tamaño de nuestros cerebros.
Tres párpados
Por último, para sobrevivir y para el trabajo de la memoria, la presencia de tres párpados también es consecuencia de la exposición de los ojos a la luz azul de las pantallas.
Los humanos pueden desarrollar un párpado interno más grande para evitar la exposición a la luz excesiva, o el cristalino del ojo puede desarrollarse evolutivamente de modo que bloquee la luz azul entrante, pero no otras luces de alta longitud de onda como el verde, el amarillo o el rojo, señala la citada revista.
El parpadeo lateral de Mindy, proveniente de otro párpado interno que nos protege de la exposición excesiva a la luz de los dispositivos tecnológicos, es el cambio evolutivo final para nuestro humano futurista con efectos tecnológicos.
Por último, está el efecto a largo plazo sobre la salud mental: la tecnología bien podría dejarla más abierta a problemas como la ansiedad y el estrés, además de que podría propiciar también que seamos más bajos en el futuro, debido a que la supervivencia ya no depende de ser la persona más grande y fuerte de la especie.
El uso intensivo de la tecnología va a cambiar la apariencia del ser humano cuando lleguemos al año 3000: seremos jorobados, nuestras manos serán garras, cada ojo tendrá tres párpados y el cerebro será más pequeño y menos inteligente.
Dentro de 1.000 años, la evolución y las consecuencias de la tecnología cambiarán radicalmente la apariencia del ser humano, según una nueva investigación.
Después de 900 años de uso de diversos dispositivos (teléfonos inteligentes, ordenadores portátiles y otros tipos de equipos), las manos se convertirán en garras, el cuello se volverá más corto y grueso, cada ojo tendrá tres párpados y el cerebro se reducirá de tamaño con una inevitable disminución del coeficiente intelectual.
Este cambio será la lógica consecuencia de los efectos que tendrá la tecnología en nuestras vidas, especialmente en las regiones más industrializadas, detalla la revista de la empresa Toll Free Forwarding, un proveedor internacional de telecomunicaciones con sede en Los Ángeles.
Pasar horas con un dispositivo electrónico, como los PC, smartphones y tabletas, afecta a la condición psicofísica de las personas y favorece la afirmación evolutiva de rasgos más acentuados que otros, señala la citada revista.
Posturas y gestos
La postura y los gestos repetitivos, por ejemplo, son solo algunos de los aspectos más condicionados por el uso de estos dispositivos.
Tras estudiar varias investigaciones dedicadas a las consecuencias psicofísicas de la tecnología cotidiana y consultar con varios científicos, los investigadores de Toll Free Forwarding crearon el prototipo de un humano del año 3000 gracias a la colaboración de un gráfico 3D.
La aparición del Sapiens que seremos dentro de tres mil años muestra una apariencia radicalmente transformada por el uso continuo de dispositivos, según esta investigación. El resultado es “Mindy”, una chica hipotética muy alejada de los estándares estéticos que tenemos hoy.
Detalle del prototipo informático de la futura especie humana. Toll Free Forwarding.
La postura y los gestos repetitivos, por ejemplo, son solo algunos de los aspectos más condicionados por el uso de estos dispositivos.
Tras estudiar varias investigaciones dedicadas a las consecuencias psicofísicas de la tecnología cotidiana y consultar con varios científicos, los investigadores de Toll Free Forwarding crearon el prototipo de un humano del año 3000 gracias a la colaboración de un gráfico 3D.
La aparición del Sapiens que seremos dentro de tres mil años muestra una apariencia radicalmente transformada por el uso continuo de dispositivos, según esta investigación. El resultado es “Mindy”, una chica hipotética muy alejada de los estándares estéticos que tenemos hoy.
Detalle del prototipo informático de la futura especie humana. Toll Free Forwarding.
Jorobados tecnológicos
La joroba representa uno de los detalles que más saltan a la vista en Mindy y constituye una de las consecuencias más destacadas de las malas posturas que asumimos todos los días, tanto frente a la pantalla de un PC, como cuando pasamos horas en las redes sociales en nuestro teléfono inteligente.
“Pasar horas mirando el smartphone provoca cansancio en el cuello al desequilibrar la columna. La consecuencia es que los músculos del cuello se ven obligados a ejercer más esfuerzo para sostener el cráneo. Sentado frente un ordenador durante horas empuja el torso hacia adelante en relación con las caderas, y ya no está alineado”, explica Caleb Backe, de Maple Holistics, citado por la mencionada revista. Por lo tanto, es normal que dentro de tres mil años tengamos una ligera joroba bajo la presión de la selección de este rasgo.
La joroba representa uno de los detalles que más saltan a la vista en Mindy y constituye una de las consecuencias más destacadas de las malas posturas que asumimos todos los días, tanto frente a la pantalla de un PC, como cuando pasamos horas en las redes sociales en nuestro teléfono inteligente.
“Pasar horas mirando el smartphone provoca cansancio en el cuello al desequilibrar la columna. La consecuencia es que los músculos del cuello se ven obligados a ejercer más esfuerzo para sostener el cráneo. Sentado frente un ordenador durante horas empuja el torso hacia adelante en relación con las caderas, y ya no está alineado”, explica Caleb Backe, de Maple Holistics, citado por la mencionada revista. Por lo tanto, es normal que dentro de tres mil años tengamos una ligera joroba bajo la presión de la selección de este rasgo.
Tres párpados y garras
Pero también es la mano en garra la que representa un elemento de novedad, consecuencia de la "garra de texto", por la forma en que se agarra y se utiliza un teléfono para escribir un mensaje, señala también esta investigación.
Para Nikola Djordjevic, de Med Alert Help, se trata de una condición conocida como “síndrome del túnel cubital” un trastorno que, junto con el codo de 90°, puede darse por el uso intensivo del smartphone.
“Este síndrome es el resultado de la presión o estiramiento del nervio cubital que pasa por un surco en la parte interna del codo. Esto provoca entumecimiento o sensación de hormigueo en los dedos anular y meñique, dolor en el antebrazo y debilidad en las manos. Doblar el codo durante mucho tiempo puede estirar el nervio detrás del codo y ejercer presión sobre él.”, explica Djordjevic.
Cuello tecnológico
Mindy también tiene el llamado "cuello tecnológico", que es más corto y ancho de lo normal.
Es la consecuencia de la mirada constante de arriba abajo mientras usamos un PC o teléfono, lo que cansa y provoca dolor en los músculos del cuello. Estos músculos se ven obligados a trabajar permanentemente para mantener la cabeza en alto.
Mindy también tiene un cráneo más grueso que el nuestro para protegerse de la radiación de radiofrecuencia de los teléfonos.
Como consecuencia, el cráneo también podría albergar un cerebro más pequeño porque las comodidades y el conocimiento derivados de la tecnología ya no empujan al cerebro a "funcionar" como lo hace actualmente. Se ha comprobado que la tecnología puede cambiar el tamaño de nuestros cerebros.
Tres párpados
Por último, para sobrevivir y para el trabajo de la memoria, la presencia de tres párpados también es consecuencia de la exposición de los ojos a la luz azul de las pantallas.
Los humanos pueden desarrollar un párpado interno más grande para evitar la exposición a la luz excesiva, o el cristalino del ojo puede desarrollarse evolutivamente de modo que bloquee la luz azul entrante, pero no otras luces de alta longitud de onda como el verde, el amarillo o el rojo, señala la citada revista.
El parpadeo lateral de Mindy, proveniente de otro párpado interno que nos protege de la exposición excesiva a la luz de los dispositivos tecnológicos, es el cambio evolutivo final para nuestro humano futurista con efectos tecnológicos.
Por último, está el efecto a largo plazo sobre la salud mental: la tecnología bien podría dejarla más abierta a problemas como la ansiedad y el estrés, además de que podría propiciar también que seamos más bajos en el futuro, debido a que la supervivencia ya no depende de ser la persona más grande y fuerte de la especie.
Fuente LEVANTE