La galaxia de Andrómeda, también conocida como M31, es una majestuosa espiral comparable en tamaño a nuestra Vía Láctea.
En su estructura es bastante similar a nuestra propia galaxia. Muestra brazos espirales, un abombado disco central y tiene unos 220 mil años luz de diámetro. A pesar de estar a 2,5 millones de años luz de nosotros puede ser observada sin necesidad de grandes aparatos e incluso a simple vista en lugares con poca contaminación lumínica.
Según algunos datos históricos, la primera referencia que se tiene de la Galaxia Andrómeda proviene del año 964 y fue realizada por el astrónomo persa conocido como Azophi, cuando en su libo de las Estrellas Fijas, hizo una descripción detallada de una pequeña nube que se localizaba en la Constelación de Andrómeda. La primera observación con un telescopio que se hizo a la galaxia se dio en el año 1612 y la realizó Simon Marius. Durante el año de 1864, William Huggins tomó su tiempo para observar el espectro y logró visualizar que se parecía a un objeto hecho a base de estrellas, por lo que llegó a la conclusión que el M31 estaba formado en su totalidad por estrellas. A pesar de esta declaración, continuó considerándose como una nebulosa por muchos años más. Recién el 23 de noviembre de 1924 Edwin Hubble anunciaba que Andrómeda no era una nebulosa, sino una galaxia.
Se encuentra ubicada en la constelación de Andrómeda. Para poder localizarla con mayor facilidad, debemos encontrar el cuadrado de Pegaso, y de ahí será más fácil su ubicación. Se puede observar desde la tierra con un aspecto de óvalo alargado, pequeña y con periferias muy difusas, al mismo tiempo provista de mucha luz.
Fuente COSMOS