El barrio no tiene nombre específico, pero está en las regiones frontales del lado derecho del cerebro: allí viven las neuronas de la inteligencia fluida
Los científicos han descubierto la zona del cerebro donde reside la inteligencia fluida, que usamos cuando resolvemos problemas inesperados y desconocidos. Es la zona del cerebro que predice el éxito educativo y profesional de una persona, así como su movilidad social, su salud y su longevidad.
La inteligencia se define generalmente como la capacidad de entender las cosas y de resolver problemas y, cuando queremos medirla, lo hacemos comprobando el desarrollo que la memoria, el razonamiento y la capacidad verbal tienen en una persona.
Uno de los psicólogos más famosos del siglo pasado, Raymond Cattell, categorizó la inteligencia de dos maneras: la inteligencia fluida y la inteligencia cristalizada. La primera hace referencia a los conocimientos innatos que usamos cada día para resolver problemas, y la segunda a los conocimientos que vamos adquiriendo a lo largo de la vida. Ambas inteligencias tienen distintas cualidades, pero están estrechamente relacionadas.
La inteligencia fluida, según Cattell, es la que nos permie resolver problemas inesperados y desconocidos y está formada por el razonamiento lógico y por la capacidad de identificar, relacionar, resolver y extrapolar conceptos. Está determinada genéticamente, es decir, viene de paquete, y se deteriora con la edad a partir de los 20 años.
Inteligencia y cerebro
Sin embargo, un estudio realizado en la Universidad Goethe en Alemania y publicado entonces en la revista Scientific Reports, descubrió que la inteligencia está relacionada también con las conexiones cerebrales, y que estas conexiones dominan a la hora de manifestar la inteligencia de una persona.
Siguiendo esta orientación, la investigación británica ha profundizado significativamente en la inteligencia fluida e identificado la zona del cerebro que empleamos cuando resolvemos problemas inesperados y desconocidos.
Es la zona del cerebro que predice el éxito educativo y profesional de una persona, así como su movilidad social, su salud y su longevidad.
Esa zona cerebral se relaciona asimismo con otras habilidades cognitivas como la memoria, y en la actualidad se piensa que regula procesos mentales complejos, como los que necesitamos para la abstracción, el juicio o la atención.
Barrio cerebral
Ahora sabemos en qué barrio del cerebro viven las neuronas que nos generan todas estas capacidades cognitivas y nos permiten desempeñarnos como seres humanos inteligentes.
El barrio no tiene nombre específico, pero está en las regiones frontales del lado derecho del cerebro: los autores de esta investigación han comprobado que esas regiones están implicadas en funciones propias de la inteligencia fluida, como la solución de problemas y el razonamiento.
Lo han comprobado apoyándose en 227 pacientes que habían tenido un tumor o un derrame que había afectado a partes específicas del cerebro.
Y en vez de analizar imágenes neuronales tomadas en directo de la actividad cerebral, optaron por aplicar a los pacientes unas sofisticadas pruebas diseñadas específicamente para medir la inteligencia fluida.
Esto permitió a los investigadores cartografiar las diferentes partes del cerebro y determinar qué pacientes obtuvieron peores resultados en la tarea de inteligencia fluida, según sus respectivas lesiones.
Rendimiento y lesiones
Los investigadores observaron que el rendimiento deficiente de la inteligencia fluida se limitaba en gran medida a los pacientes con lesiones frontales derechas, sin que tuviera relación con otro conjunto de regiones distribuidas por todo el cerebro.
También apreciaron que, junto con los tumores cerebrales y los accidentes cerebrovasculares, dicho daño a menudo se encuentra en pacientes que padecen también una variedad de afecciones neurológicas, incluidas las lesiones cerebrales traumáticas y la demencia.
Y aunque estos resultados no pueden considerarse todavía definitivos, los autores consideran que su investigación proporciona información crucial sobre la base neuronal de la inteligencia fluida.
“Nuestros hallazgos indican que un conjunto de regiones frontales predominantemente derechas, en lugar de una red distribuida más ampliamente, es fundamental para las funciones de alto nivel involucradas en la inteligencia fluida”, concluyen los investigadores en su artículo.
La inteligencia se define generalmente como la capacidad de entender las cosas y de resolver problemas y, cuando queremos medirla, lo hacemos comprobando el desarrollo que la memoria, el razonamiento y la capacidad verbal tienen en una persona.
Uno de los psicólogos más famosos del siglo pasado, Raymond Cattell, categorizó la inteligencia de dos maneras: la inteligencia fluida y la inteligencia cristalizada. La primera hace referencia a los conocimientos innatos que usamos cada día para resolver problemas, y la segunda a los conocimientos que vamos adquiriendo a lo largo de la vida. Ambas inteligencias tienen distintas cualidades, pero están estrechamente relacionadas.
La inteligencia fluida, según Cattell, es la que nos permie resolver problemas inesperados y desconocidos y está formada por el razonamiento lógico y por la capacidad de identificar, relacionar, resolver y extrapolar conceptos. Está determinada genéticamente, es decir, viene de paquete, y se deteriora con la edad a partir de los 20 años.
Científicos, matemáticos, ingenieros
Para ser científico, matemático o ingeniero, se necesita una buena dosis de inteligencia fluida, ya que resulta imprescindible para resolver problemas técnicos.
Sin embargo, a pesar de su importancia para el comportamiento humano, la inteligencia fluida sigue siendo controvertida: no sabemos si está formada por un conjunto de habilidades cognitivas o si es una única y compleja capacidad humana.
Su relación con el cerebro es objeto también de debate entre los científicos, aunque una nueva investigación, desarrollada por investigadores del Instituto de Neurología Queen Square de la UCL y del Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía de la UCLH, y publicada en la revista Brain, ha conseguido localizar dónde reside la inteligencia fluida dentro del cerebro.
Hasta 2017 se creía que el grado de inteligencia de una persona se atribuía únicamente a diferencias observadas en diferentes partes del cerebro.
Para ser científico, matemático o ingeniero, se necesita una buena dosis de inteligencia fluida, ya que resulta imprescindible para resolver problemas técnicos.
Sin embargo, a pesar de su importancia para el comportamiento humano, la inteligencia fluida sigue siendo controvertida: no sabemos si está formada por un conjunto de habilidades cognitivas o si es una única y compleja capacidad humana.
Su relación con el cerebro es objeto también de debate entre los científicos, aunque una nueva investigación, desarrollada por investigadores del Instituto de Neurología Queen Square de la UCL y del Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía de la UCLH, y publicada en la revista Brain, ha conseguido localizar dónde reside la inteligencia fluida dentro del cerebro.
Hasta 2017 se creía que el grado de inteligencia de una persona se atribuía únicamente a diferencias observadas en diferentes partes del cerebro.
Inteligencia y cerebro
Sin embargo, un estudio realizado en la Universidad Goethe en Alemania y publicado entonces en la revista Scientific Reports, descubrió que la inteligencia está relacionada también con las conexiones cerebrales, y que estas conexiones dominan a la hora de manifestar la inteligencia de una persona.
Siguiendo esta orientación, la investigación británica ha profundizado significativamente en la inteligencia fluida e identificado la zona del cerebro que empleamos cuando resolvemos problemas inesperados y desconocidos.
Es la zona del cerebro que predice el éxito educativo y profesional de una persona, así como su movilidad social, su salud y su longevidad.
Esa zona cerebral se relaciona asimismo con otras habilidades cognitivas como la memoria, y en la actualidad se piensa que regula procesos mentales complejos, como los que necesitamos para la abstracción, el juicio o la atención.
Barrio cerebral
Ahora sabemos en qué barrio del cerebro viven las neuronas que nos generan todas estas capacidades cognitivas y nos permiten desempeñarnos como seres humanos inteligentes.
El barrio no tiene nombre específico, pero está en las regiones frontales del lado derecho del cerebro: los autores de esta investigación han comprobado que esas regiones están implicadas en funciones propias de la inteligencia fluida, como la solución de problemas y el razonamiento.
Lo han comprobado apoyándose en 227 pacientes que habían tenido un tumor o un derrame que había afectado a partes específicas del cerebro.
Y en vez de analizar imágenes neuronales tomadas en directo de la actividad cerebral, optaron por aplicar a los pacientes unas sofisticadas pruebas diseñadas específicamente para medir la inteligencia fluida.
Esto permitió a los investigadores cartografiar las diferentes partes del cerebro y determinar qué pacientes obtuvieron peores resultados en la tarea de inteligencia fluida, según sus respectivas lesiones.
Rendimiento y lesiones
Los investigadores observaron que el rendimiento deficiente de la inteligencia fluida se limitaba en gran medida a los pacientes con lesiones frontales derechas, sin que tuviera relación con otro conjunto de regiones distribuidas por todo el cerebro.
También apreciaron que, junto con los tumores cerebrales y los accidentes cerebrovasculares, dicho daño a menudo se encuentra en pacientes que padecen también una variedad de afecciones neurológicas, incluidas las lesiones cerebrales traumáticas y la demencia.
Y aunque estos resultados no pueden considerarse todavía definitivos, los autores consideran que su investigación proporciona información crucial sobre la base neuronal de la inteligencia fluida.
“Nuestros hallazgos indican que un conjunto de regiones frontales predominantemente derechas, en lugar de una red distribuida más ampliamente, es fundamental para las funciones de alto nivel involucradas en la inteligencia fluida”, concluyen los investigadores en su artículo.
Fuente LEVANTE