La Tierra alcanza hoy su máxima velocidad: 110.700 kilómetros por hora

Nuestro planeta se sitúa este miércoles en el perihelio o menor distancia al Sol

Fue Johannes Kepler quien con sus leyes nos enseñó a predecir cómo los planetas giran en torno a sus estrellas. Gracias a él hoy sabemos que la velocidad de traslación de la Tierra (la órbita de nuestro planeta en torno al Sol) varía según estamos más o menos cerca del astro rey. Porque nuestro planeta gira alrededor del Sol describiendo una órbita elíptica de 930 millones de kilómetros, a una velocidad media de 107.280 kilómetros por hora, lo que supone recorrer la distancia en 365 días y casi 6 horas, de ahí que cada cuatro años se cuente uno bisiesto.

Pero, de acuerdo precisamente con la segunda ley de Kepler, esa velocidad de traslación varía, aumentando hasta los 110.700 kilómetros por hora de máximo en el perihelio -su punto más cercano al Sol-, situación que ocurrirá este miércoles 4 de enero exactamente a las 17 hora española. Acelerará concretamente 3.420 kilómetros por hora sobre la velocidad media estando a algo más de 147 millones de kilómetros de nuestra estrella.

Ocurre lo contrario durante el afelio, cuando la Tierra se coloca a la mayor distancia del Sol (unos 5 millones de kilómetros más), momento que ocurrirá el próximo 6 de julio y en el que nuestro planeta viajará a 103.536 kilómetros por hora, más de 7.000 kilómetros por hora de diferencia.

Por qué hace más frío si estamos más cerca del Sol

Sin embargo, si estamos más cerca del Sol... ¿Por qué motivo hace tanto frío? Aquí, la respuesta viene dada por la inclinación del eje de rotación de la Tierra (el giro sobre sí misma), que determina las estaciones. No debemos olvidar que, aunque en el hemisferio norte estemos en invierno, en el sur es verano. Debido a la inclinación del eje, nuestro planeta se ilumina de manera diferente en cada hemisferio según en la misma época del año: en un lugar de la órbita el polo norte está inclinado hacia el Sol (y en el hemisferio norte la luz del Sol incide más perpendicularmente, además de que las noches duran menos) y 6 meses después está apuntando hacia el otro lado.

Al estar un poco más cerca del Sol, recibimos un poco más de luz y también de calor. En concreto la Tierra recibe un 6,8% más insolación en perihelio (cuando estamos más cerca) que en afelio (cuando estamos más lejos). Así que los inviernos aquí, en el hemisferio norte, son un poco menos fríos de lo que serían si la órbita de la Tierra fuese circular y estuviésemos siempre a la misma distancia del Sol. Ocurre algo equivalente en verano: no son tan calurosos (en el hemisferio norte) como deberían si la órbita fuese circular. En el hemisferio sur ocurre lo contrario: los veranos son más calurosos y los inviernos algo más fríos.

También podríamos apreciar que estamos más cerca del Sol comparando el tamaño aparente de la estrella: al estar más cerca, se ve un poco más grande. Sin embargo, es un fenómeno casi imperceptible a la vista.

Coincidiendo con las cuadrántidas

Este fenómeno coincidirá con la lluvia de estrellas de las Cuadrántidas, una de las lluvias de meteoros más intensas del año y que alcanzará su cénit estos días. En la madrugada, se espera que podamos ver de media un meteoro cada cuatro minutos, algunos de ellos muy brillantes si nos encontramos en un lugar sin contaminación lumínica y con horizontes despejados.

Debido a que el radiante -punto del cielo donde parecen 'nacer' los meteoros- se encuentra localizado cerca de la Osa Mayor -concretamente en la constelación del Boyero, que ocupa parte de la desaparecida Quadrans Muralis, de ahí su nombre- apenas se podrán ver Cuadrántidas desde el hemisferio Sur.

Fuente ABC



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