Los 300 cuerpos que yacen en el fondo del Lago de los Esqueletos proceden de un misterioso origen que intriga a la historia y a la ciencia.
Cada año, el pequeño lago congelado Roopkund, situado en la cordillera del Himalaya a más de 4.900 metros sobre el nivel del mar, se derrite. El lago parece inofensivo y luce hermoso. Sin embargo, lo que revela cuando el hielo desaparece es capaz de helar la sangre de cualquiera: un conjunto de 300 cuerpos humanos. Por ello es que el Roopkund es mejor conocido como el Lago de los Esqueletos.
Intentos por descifrar el misterio
La zona es conocida entre los lugareños como el “lago del misterio” y es un lugar de paso de la peregrinación Nanda Devi Raj Jat.
Después de años de especulaciones e investigaciones poco esclarecedoras, el lago fue objeto de un nuevo estudio en 2004 para analizar muchos de los cráneos que se encontraron en él. En el estudio se encontraron unos extraños impactos que los investigadores relacionaron con el granizo, lo que hizo que se extendiera la idea de que aquella gente murió debido al frío.
Éste también habría ayudado a conservar los cuerpos, a juzgar por el hallazgo de una momia casi intacta en el misterioso Lago de los Esqueletos.
Para sorpresa de los investigadores, el estudio de ADN reveló que los huesos pertenecían a personas de dos tribus diferentes, pero que estaban emparentadas, lo cual solo le dio más enigma al asunto.
Sin embargo, hay más. Investigaciones posteriores descubrieron, además de los cráneos, trozos de carne, uñas y pelo, así como artefactos de madera, puntas de lanza de hierro, zapatillas de cuero y joyas.
Científicos de la Universidad de Oxford realizaron la datación por radiocarbonode los restos y determinaron que databan de alrededor del año 850 de nuestra era. Al no haber indicios de un asentamiento cercano, se cree que los individuos estaban de viaje cuando murieron.
Además de este estudio hay otro que destaca por unos hallazgos igual de sorprendentes.
Muertos con 10 siglos de diferencia
El genetista norteamericano David Reich, de la Universidad de Harvard, y Niraj Rai, del Instituto de Paleociencias Birbal Sahni, en Lucknow (India), realizaron varios análisis en los que separaron a aquellos individuos en tres grupos.
De manera sorpresiva se dieron cuenta de que muchos de los cuerpos que allí yacían murieron con 10 siglos de diferencia. Según revela el estudio (que se publicó en agosto de 2019 en la revista Nature Communications), ninguno de ellos murió a causa de ninguna catástrofe. Todo indica que estos individuos procedían de regiones separadas por miles de kilómetros.
El primer grupo de individuos (23 personas) tenía ascendencia relacionada con poblaciones actuales de la India que derivan de muchos grupos diferentes y vivieron hacia el año 800 d.C.
El segundo grupo de personas, compuesto por 14 individuos, falleció en el siglo XIX, y la genética indica que sus parientes más cercanos viven hoy en el Mediterráneo oriental, concretamente en Grecia y Creta.
Por último, en el tercer grupo, sólo había un individuo con ascendencia del sudeste asiático, que también vivió en el siglo XIX.
Peregrinajes mortales
Los expertos se inclinan por la teoría de que aquellos individuos sucumbieron en su respectivo tiempo durante diferentes peregrinajes.
“La práctica de peregrinajes a lagos así, o incluso a valles o picos montañosos de la región, ha sido frecuente desde hace siglos, así que consideramos que es el modo más probable en el que los restos acabaron depositados allí”.
Sin embargo, a pesar de haber una gran cantidad de lagos similares al Roopkund, con un gran significado religioso, no se conoce otro que contenga restos humanos esparcidos a su alrededor.
La leyenda del Lago de los Esqueletos
Existe una leyenda local que intenta explicar el origen y la identidad de los restos. La misma cuenta que Raja Jasdhaval, rey de Kanauj, viajaba con su esposa embarazada, Rani Balampa. Se dirigían al santuario de Nanda Devi, con motivo del Nanda Devi Raj Jat, que se celebra cada 12 años, en compañía de algunos sirvientes, un grupo de baile y otras personas.
Una deidad enfurecida les lanzó unas bolas de hierro desde el cielo. Los investigadores sugieren que esas “bolas de hierro” podrían ser piedras de granizo extremadamente grandes que se abatieron sobre los viajeros.
Sin lugar alguno donde refugiarse, el grupo pereció cerca de Roopkund. Pese a que el relato siempre se ha visto como una leyenda, podría haber pruebas que la corroboren. Por ejemplo, se descubrieron “sombrillas que podrían haber sido utilizadas durante una procesión” esparcidas entre los restos humanos, y algunos de los cráneos presentan fracturas sin cicatrizar, que podrían haber sido causadas por el granizo.
Cada año, el pequeño lago congelado Roopkund, situado en la cordillera del Himalaya a más de 4.900 metros sobre el nivel del mar, se derrite. El lago parece inofensivo y luce hermoso. Sin embargo, lo que revela cuando el hielo desaparece es capaz de helar la sangre de cualquiera: un conjunto de 300 cuerpos humanos. Por ello es que el Roopkund es mejor conocido como el Lago de los Esqueletos.
Un gran misterio
El misterio del Lago de los Esqueletos ha cautivado a la comunidad científica a través de los años. Hasta hace poco se pensaba que esos individuos fueron víctimas de una sola catástrofe natural. Sin embargo, estudios recientes revelaron que los esqueletos pertenecen a personas de grupos genéticamente distintos y separados por mil años de diferencia.
El Roopkund se sitúa en el fondo de un pequeño valle del Himalaya, en el distrito de Chamoli, Uttaranchal, en la India. El lago es muy poco profundo: apenas unos 2 metros. Para llegar hasta él, hay que realizar una caminata casi épica que atrae a los excursionistas, quienes se ven tentados por la hazaña física, las vistas que el recorrido ofrece y el misterio del lugar.
Los primeros informes sobre los restos óseos datan del siglo XIX, pero fueron redescubiertos por Nanda Devi H K Madhwal, guarda indio de la reserva de caza, en 1942. Este hombre encontró algunos de los esqueletos en el fondo del lago cuando estaba helado. En verano el lago se derritió y reveló más esqueletos en el lago y en los alrededores.
El guarda se preguntó quiénes eran aquellas personas que perecieron por causas extrañas. ¿Un grupo de soldados?, ¿viajeros atrapados por una tormenta?, ¿unos peregrinos que no supieron encontrar el camino de regreso?
El misterio del Lago de los Esqueletos ha cautivado a la comunidad científica a través de los años. Hasta hace poco se pensaba que esos individuos fueron víctimas de una sola catástrofe natural. Sin embargo, estudios recientes revelaron que los esqueletos pertenecen a personas de grupos genéticamente distintos y separados por mil años de diferencia.
El Roopkund se sitúa en el fondo de un pequeño valle del Himalaya, en el distrito de Chamoli, Uttaranchal, en la India. El lago es muy poco profundo: apenas unos 2 metros. Para llegar hasta él, hay que realizar una caminata casi épica que atrae a los excursionistas, quienes se ven tentados por la hazaña física, las vistas que el recorrido ofrece y el misterio del lugar.
Los primeros informes sobre los restos óseos datan del siglo XIX, pero fueron redescubiertos por Nanda Devi H K Madhwal, guarda indio de la reserva de caza, en 1942. Este hombre encontró algunos de los esqueletos en el fondo del lago cuando estaba helado. En verano el lago se derritió y reveló más esqueletos en el lago y en los alrededores.
El guarda se preguntó quiénes eran aquellas personas que perecieron por causas extrañas. ¿Un grupo de soldados?, ¿viajeros atrapados por una tormenta?, ¿unos peregrinos que no supieron encontrar el camino de regreso?
Intentos por descifrar el misterio
La zona es conocida entre los lugareños como el “lago del misterio” y es un lugar de paso de la peregrinación Nanda Devi Raj Jat.
Después de años de especulaciones e investigaciones poco esclarecedoras, el lago fue objeto de un nuevo estudio en 2004 para analizar muchos de los cráneos que se encontraron en él. En el estudio se encontraron unos extraños impactos que los investigadores relacionaron con el granizo, lo que hizo que se extendiera la idea de que aquella gente murió debido al frío.
Éste también habría ayudado a conservar los cuerpos, a juzgar por el hallazgo de una momia casi intacta en el misterioso Lago de los Esqueletos.
Para sorpresa de los investigadores, el estudio de ADN reveló que los huesos pertenecían a personas de dos tribus diferentes, pero que estaban emparentadas, lo cual solo le dio más enigma al asunto.
Sin embargo, hay más. Investigaciones posteriores descubrieron, además de los cráneos, trozos de carne, uñas y pelo, así como artefactos de madera, puntas de lanza de hierro, zapatillas de cuero y joyas.
Científicos de la Universidad de Oxford realizaron la datación por radiocarbonode los restos y determinaron que databan de alrededor del año 850 de nuestra era. Al no haber indicios de un asentamiento cercano, se cree que los individuos estaban de viaje cuando murieron.
Además de este estudio hay otro que destaca por unos hallazgos igual de sorprendentes.
Muertos con 10 siglos de diferencia
El genetista norteamericano David Reich, de la Universidad de Harvard, y Niraj Rai, del Instituto de Paleociencias Birbal Sahni, en Lucknow (India), realizaron varios análisis en los que separaron a aquellos individuos en tres grupos.
De manera sorpresiva se dieron cuenta de que muchos de los cuerpos que allí yacían murieron con 10 siglos de diferencia. Según revela el estudio (que se publicó en agosto de 2019 en la revista Nature Communications), ninguno de ellos murió a causa de ninguna catástrofe. Todo indica que estos individuos procedían de regiones separadas por miles de kilómetros.
El primer grupo de individuos (23 personas) tenía ascendencia relacionada con poblaciones actuales de la India que derivan de muchos grupos diferentes y vivieron hacia el año 800 d.C.
El segundo grupo de personas, compuesto por 14 individuos, falleció en el siglo XIX, y la genética indica que sus parientes más cercanos viven hoy en el Mediterráneo oriental, concretamente en Grecia y Creta.
Por último, en el tercer grupo, sólo había un individuo con ascendencia del sudeste asiático, que también vivió en el siglo XIX.
Peregrinajes mortales
Los expertos se inclinan por la teoría de que aquellos individuos sucumbieron en su respectivo tiempo durante diferentes peregrinajes.
“La práctica de peregrinajes a lagos así, o incluso a valles o picos montañosos de la región, ha sido frecuente desde hace siglos, así que consideramos que es el modo más probable en el que los restos acabaron depositados allí”.
Sin embargo, a pesar de haber una gran cantidad de lagos similares al Roopkund, con un gran significado religioso, no se conoce otro que contenga restos humanos esparcidos a su alrededor.
La leyenda del Lago de los Esqueletos
Existe una leyenda local que intenta explicar el origen y la identidad de los restos. La misma cuenta que Raja Jasdhaval, rey de Kanauj, viajaba con su esposa embarazada, Rani Balampa. Se dirigían al santuario de Nanda Devi, con motivo del Nanda Devi Raj Jat, que se celebra cada 12 años, en compañía de algunos sirvientes, un grupo de baile y otras personas.
Una deidad enfurecida les lanzó unas bolas de hierro desde el cielo. Los investigadores sugieren que esas “bolas de hierro” podrían ser piedras de granizo extremadamente grandes que se abatieron sobre los viajeros.
Sin lugar alguno donde refugiarse, el grupo pereció cerca de Roopkund. Pese a que el relato siempre se ha visto como una leyenda, podría haber pruebas que la corroboren. Por ejemplo, se descubrieron “sombrillas que podrían haber sido utilizadas durante una procesión” esparcidas entre los restos humanos, y algunos de los cráneos presentan fracturas sin cicatrizar, que podrían haber sido causadas por el granizo.
Fuente MUY INTERESANTE