Un nuevo estudio confirma que el cuerpo y la mente están estrechamente conectados en varias regiones del cerebro.
¿Cómo enlaza nuestro cerebro las acciones con los pensamientos? Hay un vínculo real entre el cuerpo y la mente. Los científicos de la Universidad de Washington han descubierto que nuestros movimientos pueden estar controlados por dos redes distintas en nuestro cerebro, en lugar de solo una (la corteza motora).
'Men sana in corpore sano'
Esta cita latina que nació en Roma (una mente sana en un cuerpo sano, traducido del latín), es más que una mera abstracción. La investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis muestra que partes del área del cerebro que controlan el movimiento están conectadas a redes involucradas en el pensamiento y la planificación, y en el control de funciones corporales involuntarias como la presión arterial y los latidos del corazón.
No es una conclusión aleatoria. Es vital, ya que confirma que el cuerpo y la mente están sincronizados en la estructura misma del cerebro.
El nuevo mapa del cerebro revela que, además de tener regiones dedicadas a partes específicas del cuerpo, tres áreas recién descubiertas controlan acciones integradoras de todo el cuerpo. Y las representaciones de dónde caen partes específicas del cuerpo en este mapa están organizadas de manera diferente a lo que se pensaba anteriormente.
Estudios de fMRI
Para llegar a esta conclusión, los investigadores mapearon el cerebro de unas 50.000 personas mediante resonancia magnética buscando indagar en las áreas del cerebro que controlan el movimiento. Ahí fue cuando descubrieron que estimular una tira estrecha de tejido en la mitad del cerebro hacía que partes específicas del cuerpo se contrayesen. Así, las distintas partes de esta red muestran una gran conexión entre sí y están activas durante muchos tipos de movimientos, sobre todo cuando se piensa en ejecutar el movimiento, antes de hacerlo.
"Todas estas conexiones tienen sentido si piensas para qué sirve realmente el cerebro", explica Nico Dosenbach, profesor asociado de neurología y coautor del estudio. "El cerebro está para comportarse con éxito en el entorno para que puedas lograr tus objetivos sin lastimarte o matarte. Mueves tu cuerpo por una razón. Por supuesto, las áreas motoras deben estar conectadas con la función ejecutiva y el control de los procesos corporales básicos, como la presión arterial y el dolor. El dolor es el feedback más poderoso, ¿verdad? Haces algo, te duele y piensas: 'No lo volveré a hacer'".
Un patrón muy claro
El equipo verificó que esta organización era consistente en una amplia franja de personas. También aparecieron patrones similares en conjuntos de datos existentes de monos macacos, niños y poblaciones clínicas.
Esta nueva red podría ayudar a explicar situaciones desconcertantes como el hecho de que cuando algunas personas sienten ansiedad, necesitan pasearse de un lado a otro, o incluso a un nivel médico más interno, el hecho de por qué estimular el nervio vago, que regula la digestión y el ritmo cardiaco, es capaz de aliviar la depresión.
"Las personas que meditan dicen que al calmar su cuerpo con, digamos, ejercicios de respiración, también calman su mente", aclara Evan M. Gordon, profesor asistente de radiología en el Instituto de Radiología Mallinckrodt de la Escuela de Medicina y coautor del estudio. “Ese tipo de prácticas pueden ser realmente útiles para las personas con ansiedad, por ejemplo, pero hasta ahora no ha habido mucha evidencia científica de cómo funciona. Pero ahora hemos encontrado una conexión. Hemos encontrado el lugar donde la parte altamente activa y orientada a objetivos de tu mente se conecta con las partes del cerebro que controlan la respiración y la frecuencia cardíaca. Si calmas a uno, absolutamente debería tener efectos de retroalimentación en el otro”.
Los investigadores planean ver ahora si estas regiones interefectoras juegan un papel clave en ciertos tipos de dolor; esperan que sus hallazgos impulsen una investigación más profunda de lo que hacen áreas específicas del cerebro porque tal y como dicen los científicos, aún queda mucho por explorar.
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