Los fenómenos solares inusuales o extraños se vuelven cada vez más comunes cerca del máximo solar: varios de ellos han ocurrido en los últimos meses
El Sol ingresaría antes de lo previsto y con más fuerza en su ciclo de mayor actividad: el llamado máximo solar, que se corresponde con el pico de intensidad del Sol dentro de los ciclos solares de 11 años, podría concretarse sobre fines de este año, cuando en realidad se estimaba para 2025. Los expertos también creen que pueden esperarse tormentas solares más intensas de las predichas con anterioridad, poniendo en jaque los sistemas de comunicación de la Tierra.
En un principio, los científicos predijeron que el ciclo solar actual alcanzaría su punto máximo en 2025. Sin embargo, una gran cantidad de manchas solares, tormentas solares y fenómenos solares anómalos sugieren que el máximo solar podría llegar a fines de este año, modificando notoriamente los pronósticos. Aunque las probabilidades son mínimas, existe la posibilidad de que este cambio derive en una supertormenta solar única en un siglo, similar al Evento Carrington ocurrido en 1859.
Según un artículo publicado en Live Science, la gran pregunta a responder es si la Tierra se encuentra realmente preparada para afrontar un evento de este tipo, que podría causar enormes pérdidas económicas y paralizar la actividad cotidiana de nuestro planeta, al afectar los sistemas de satélites, las comunicaciones globales, la “salud” de Internet y hasta las redes eléctricas.
Ciclos solares y fenómenos inusuales
Aproximadamente cada 11 años, el Sol pasa de un punto reducido de actividad, conocido como mínimo solar, a un pico de mayor intensidad denominado máximo solar. Los astrónomos han notado este patrón desde el Ciclo Solar 1, que tuvo lugar entre 1755 y 1766. Actualmente atravesamos el Ciclo Solar 25, que se inició formalmente en diciembre de 2019, según la NASA.
El máximo solar es un momento potencialmente peligroso para la Tierra, que es bombardeada por tormentas solares que pueden interrumpir las comunicaciones, dañar la infraestructura energética y derribar satélites ubicados en la órbita de nuestro planeta. Una gran cantidad de fenómenos solares extraños sugieren a los científicos que el máximo solar podría llegar sobre fines de 2023 y no en 2025, como indicaban los pronósticos iniciales. ¿Qué es lo que ha ocurrido para que los especialistas lleguen a esta conclusión?
Por ejemplo, este 9 de marzo una cascada de plasma de 96.560 kilómetros se elevó y luego volvió a caer hacia el Sol, mientras que el 2 de febrero un enorme vórtice polar o “anillo de fuego” giró alrededor del polo norte del Sol durante más de 8 horas. Por si esto fuera poco, también en marzo de este año un "tornado solar" rugió durante tres días y superó en su magnitud 14 Tierras apiladas una encima de la otra.
El Sol ingresaría antes de lo previsto y con más fuerza en su ciclo de mayor actividad: el llamado máximo solar, que se corresponde con el pico de intensidad del Sol dentro de los ciclos solares de 11 años, podría concretarse sobre fines de este año, cuando en realidad se estimaba para 2025. Los expertos también creen que pueden esperarse tormentas solares más intensas de las predichas con anterioridad, poniendo en jaque los sistemas de comunicación de la Tierra.
En un principio, los científicos predijeron que el ciclo solar actual alcanzaría su punto máximo en 2025. Sin embargo, una gran cantidad de manchas solares, tormentas solares y fenómenos solares anómalos sugieren que el máximo solar podría llegar a fines de este año, modificando notoriamente los pronósticos. Aunque las probabilidades son mínimas, existe la posibilidad de que este cambio derive en una supertormenta solar única en un siglo, similar al Evento Carrington ocurrido en 1859.
Según un artículo publicado en Live Science, la gran pregunta a responder es si la Tierra se encuentra realmente preparada para afrontar un evento de este tipo, que podría causar enormes pérdidas económicas y paralizar la actividad cotidiana de nuestro planeta, al afectar los sistemas de satélites, las comunicaciones globales, la “salud” de Internet y hasta las redes eléctricas.
Ciclos solares y fenómenos inusuales
Aproximadamente cada 11 años, el Sol pasa de un punto reducido de actividad, conocido como mínimo solar, a un pico de mayor intensidad denominado máximo solar. Los astrónomos han notado este patrón desde el Ciclo Solar 1, que tuvo lugar entre 1755 y 1766. Actualmente atravesamos el Ciclo Solar 25, que se inició formalmente en diciembre de 2019, según la NASA.
El máximo solar es un momento potencialmente peligroso para la Tierra, que es bombardeada por tormentas solares que pueden interrumpir las comunicaciones, dañar la infraestructura energética y derribar satélites ubicados en la órbita de nuestro planeta. Una gran cantidad de fenómenos solares extraños sugieren a los científicos que el máximo solar podría llegar sobre fines de 2023 y no en 2025, como indicaban los pronósticos iniciales. ¿Qué es lo que ha ocurrido para que los especialistas lleguen a esta conclusión?
Por ejemplo, este 9 de marzo una cascada de plasma de 96.560 kilómetros se elevó y luego volvió a caer hacia el Sol, mientras que el 2 de febrero un enorme vórtice polar o “anillo de fuego” giró alrededor del polo norte del Sol durante más de 8 horas. Por si esto fuera poco, también en marzo de este año un "tornado solar" rugió durante tres días y superó en su magnitud 14 Tierras apiladas una encima de la otra.
Más rápido y más furioso
En el mismo sentido, en diciembre de 2022 el astro rey alcanzó su pico de manchas solares en ocho años. Es así que en enero de 2023, los científicos observaron más del doble de las manchas solares que había predicho la NASA según las estimaciones planteadas para este ciclo solar: 143 observadas frente a 63 estimadas. La tendencia no disminuyó, ya que las cifras se mantuvieron casi tan altas durante los meses siguientes. En total, la cifra de manchas solares observadas superó el número previsto durante 27 meses consecutivos.
Toda esta evidencia sugiere que el máximo solar va a llegar antes y con más fuerza de la esperada. Y no se trata de opiniones aisladas: un grupo de investigación dirigido por Scott McIntosh, físico solar y subdirector del Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Colorado, Estados Unidos, ha predicho en un estudio científico publicado en la revista Frontiers in Astronomy and Space Sciences que el máximo solar podría alcanzar su punto de mayor intensidad a finales de este año. Además, la NASA valoró y aceptó sus conclusiones.
Aunque los seres humanos podemos hacer poco para protegernos del impacto directo de una tormenta solar de grandes dimensiones, sí podemos prepararnos para esta eventualidad alterando las trayectorias de los satélites o identificando la infraestructura vulnerable, entre otras posibles medidas. Para avanzar en este aspecto, los científicos concluyeron que se necesitan pronósticos meteorológicos solares más precisos y decisiones políticas más contundentes. ¿Llegarán a tiempo?
En el mismo sentido, en diciembre de 2022 el astro rey alcanzó su pico de manchas solares en ocho años. Es así que en enero de 2023, los científicos observaron más del doble de las manchas solares que había predicho la NASA según las estimaciones planteadas para este ciclo solar: 143 observadas frente a 63 estimadas. La tendencia no disminuyó, ya que las cifras se mantuvieron casi tan altas durante los meses siguientes. En total, la cifra de manchas solares observadas superó el número previsto durante 27 meses consecutivos.
Toda esta evidencia sugiere que el máximo solar va a llegar antes y con más fuerza de la esperada. Y no se trata de opiniones aisladas: un grupo de investigación dirigido por Scott McIntosh, físico solar y subdirector del Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Colorado, Estados Unidos, ha predicho en un estudio científico publicado en la revista Frontiers in Astronomy and Space Sciences que el máximo solar podría alcanzar su punto de mayor intensidad a finales de este año. Además, la NASA valoró y aceptó sus conclusiones.
Aunque los seres humanos podemos hacer poco para protegernos del impacto directo de una tormenta solar de grandes dimensiones, sí podemos prepararnos para esta eventualidad alterando las trayectorias de los satélites o identificando la infraestructura vulnerable, entre otras posibles medidas. Para avanzar en este aspecto, los científicos concluyeron que se necesitan pronósticos meteorológicos solares más precisos y decisiones políticas más contundentes. ¿Llegarán a tiempo?
Fuente LEVANTE