Un estudio de la NASA amplía la búsqueda de vida más allá de nuestro sistema solar al indicar varios mundos que podrían tener océanos de agua líquida, un ingrediente esencial para la vida, bajo sus capas de hielo.
Los horizontes de nuestra búsqueda de vida extraterrestre acaban de verse ampliados. Un nuevo estudio publicado en la revista Astrophysical Journal ha encontrado que 17 exoplanetas, mundos ubicados fuera de nuestro sistema solar, podrían albergar océanos de agua líquida debajo de sus superficies heladas. No solo eso. Uno tan cercano a nosotros como Próxima b, que se encuentra a apenas 4,24 años luz de distancia de la Tierra, también podría tener un océano subsuperficial habitable. Este descubrimiento tiene profundas implicaciones para nuestra comprensión de las posibilidades de vida más allá de la Tierra, ya que estos planetas podrían ser buenos candidatos para la búsqueda de vida extraterrestre.
Los horizontes de nuestra búsqueda de vida extraterrestre acaban de verse ampliados. Un nuevo estudio publicado en la revista Astrophysical Journal ha encontrado que 17 exoplanetas, mundos ubicados fuera de nuestro sistema solar, podrían albergar océanos de agua líquida debajo de sus superficies heladas. No solo eso. Uno tan cercano a nosotros como Próxima b, que se encuentra a apenas 4,24 años luz de distancia de la Tierra, también podría tener un océano subsuperficial habitable. Este descubrimiento tiene profundas implicaciones para nuestra comprensión de las posibilidades de vida más allá de la Tierra, ya que estos planetas podrían ser buenos candidatos para la búsqueda de vida extraterrestre.
Un hallazgo importante
Los investigadores han estimado las tasas totales de calentamiento interno y las profundidades de posibles océanos subterráneos de estos exoplanetas de baja masa con temperaturas y/o densidades superficiales que son consistentes con superficies heladas y agua sustancial, convirtiéndolos en lugares que podrían albergar entornos habitables debajo de sus superficies heladas.
"Nuestros análisis predicen que estos 17 mundos pueden tener superficies cubiertas de hielo pero reciben suficiente calentamiento interno debido a la desintegración de elementos radiactivos y fuerzas de marea de sus estrellas anfitrionas para mantener los océanos internos", explioa Lynnae Quick del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Cinturón verde, Maryland y autora principal de la investigación. "Gracias a la cantidad de calentamiento interno que experimentan, todos los planetas de nuestro estudio también podrían presentar erupciones criovolcánicas en forma de columnas similares a géiseres".
Los investigadores han estimado las tasas totales de calentamiento interno y las profundidades de posibles océanos subterráneos de estos exoplanetas de baja masa con temperaturas y/o densidades superficiales que son consistentes con superficies heladas y agua sustancial, convirtiéndolos en lugares que podrían albergar entornos habitables debajo de sus superficies heladas.
"Nuestros análisis predicen que estos 17 mundos pueden tener superficies cubiertas de hielo pero reciben suficiente calentamiento interno debido a la desintegración de elementos radiactivos y fuerzas de marea de sus estrellas anfitrionas para mantener los océanos internos", explioa Lynnae Quick del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Cinturón verde, Maryland y autora principal de la investigación. "Gracias a la cantidad de calentamiento interno que experimentan, todos los planetas de nuestro estudio también podrían presentar erupciones criovolcánicas en forma de columnas similares a géiseres".
Dos candidatos cercanos
Tradicionalmente, la búsqueda de vida extraterrestre se ha centrado (y se centra) en exoplanetas que residen en la “zona habitable” de sus estrellas. Esta zona está definida por la distancia en la que puede existir agua líquida en la superficie de un planeta; si está muy cerca, el agua hervirá; si está muy lejos, se congelará. Sin embargo, este estudio sugiere que también podría existir vida en planetas fuera de esta zona habitable si poseen océanos bajo cortezas de hielo que son calentadas internamente.
Así, en ocasiones, el agua de estos océanos podría hacer erupción a través de la corteza de hielo en forma de géiseres. El equipo científico calculó la cantidad de actividad de géiseres en estos exoplanetas, la primera vez que se realizan estas estimaciones, e identificaron dos exoplanetas lo suficientemente cerca como para poder observar con telescopios signos de estas erupciones: Próxima Centauri b y LHS 1140 b.
"Dado que nuestros modelos predicen que los océanos podrían encontrarse relativamente cerca de las superficies de Próxima Centauri b y LHS 1140 b, y su tasa de actividad de géiseres podría exceder la de Europa entre cientos y miles de veces, es más probable que los telescopios detecten actividad geológica en estos planetas", aclaró Quick.
Aunque se desconoce la composición exacta de los planetas, las estimaciones iniciales de las temperaturas superficiales de estudios anteriores indican que son mucho más fríos que la Tierra, lo que sugiere que sus superficies podrían estar cubiertas de hielo.
Para calcular las estimaciones de la temperatura de la superficie de cada exoplaneta, utilizaron como modelos el brillo superficial conocido y otras propiedades de las lunas Europa y Encélado. Calcularon el calentamiento interno total analizando la forma de sus órbitas para determinar la generación de calor de marea y añadieron el calor esperado de la actividad radiactiva. Estos cálculos de temperatura de la superficie y calentamiento total determinaron el espesor de las capas de hielo en cada mundo.
Según sus cifras, los científicos predicen que las temperaturas de la superficie son más frías que las estimaciones anteriores en hasta 33 grados Celsius. El espesor estimado de la capa de hielo osciló entre aproximadamente 58 metros para Próxima b y 1,6 km para LHS 1140b; a 38,6 km para MOA-2007-BLG-192Lb, en comparación con el promedio estimado de Europa de 29 km.
A medida que exoplanetas como Proxima Centauri b y LHS 1140 b pasan frente a sus estrellas, los telescopios podrían observar que el vapor de agua disminuye o bloquea la luz de las estrellas. Las observaciones de seguimiento de estos mundos probablemente incluirán que los astrónomos capturen los espectros de emisión de la luz que viaja a través de las atmósferas de estos planetas para profundizar en si podría existir vida en las profundidades de estos oscuros y fríos planetas. Sin duda, un nuevo desafío sobre nuestra comprensión de donde puede existir vida en el universo. Estamos solos, ¿o quizá no?
La investigación fue financiada por el Programa Mundos Habitables de la NASA, el Programa de Astrobiología de la Universidad de Washington y el Laboratorio Planetario Virtual, miembro del grupo de coordinación Nexus de la NASA para la Ciencia de Sistemas Exoplanetas.
Tradicionalmente, la búsqueda de vida extraterrestre se ha centrado (y se centra) en exoplanetas que residen en la “zona habitable” de sus estrellas. Esta zona está definida por la distancia en la que puede existir agua líquida en la superficie de un planeta; si está muy cerca, el agua hervirá; si está muy lejos, se congelará. Sin embargo, este estudio sugiere que también podría existir vida en planetas fuera de esta zona habitable si poseen océanos bajo cortezas de hielo que son calentadas internamente.
Así, en ocasiones, el agua de estos océanos podría hacer erupción a través de la corteza de hielo en forma de géiseres. El equipo científico calculó la cantidad de actividad de géiseres en estos exoplanetas, la primera vez que se realizan estas estimaciones, e identificaron dos exoplanetas lo suficientemente cerca como para poder observar con telescopios signos de estas erupciones: Próxima Centauri b y LHS 1140 b.
"Dado que nuestros modelos predicen que los océanos podrían encontrarse relativamente cerca de las superficies de Próxima Centauri b y LHS 1140 b, y su tasa de actividad de géiseres podría exceder la de Europa entre cientos y miles de veces, es más probable que los telescopios detecten actividad geológica en estos planetas", aclaró Quick.
Aunque se desconoce la composición exacta de los planetas, las estimaciones iniciales de las temperaturas superficiales de estudios anteriores indican que son mucho más fríos que la Tierra, lo que sugiere que sus superficies podrían estar cubiertas de hielo.
Para calcular las estimaciones de la temperatura de la superficie de cada exoplaneta, utilizaron como modelos el brillo superficial conocido y otras propiedades de las lunas Europa y Encélado. Calcularon el calentamiento interno total analizando la forma de sus órbitas para determinar la generación de calor de marea y añadieron el calor esperado de la actividad radiactiva. Estos cálculos de temperatura de la superficie y calentamiento total determinaron el espesor de las capas de hielo en cada mundo.
Según sus cifras, los científicos predicen que las temperaturas de la superficie son más frías que las estimaciones anteriores en hasta 33 grados Celsius. El espesor estimado de la capa de hielo osciló entre aproximadamente 58 metros para Próxima b y 1,6 km para LHS 1140b; a 38,6 km para MOA-2007-BLG-192Lb, en comparación con el promedio estimado de Europa de 29 km.
A medida que exoplanetas como Proxima Centauri b y LHS 1140 b pasan frente a sus estrellas, los telescopios podrían observar que el vapor de agua disminuye o bloquea la luz de las estrellas. Las observaciones de seguimiento de estos mundos probablemente incluirán que los astrónomos capturen los espectros de emisión de la luz que viaja a través de las atmósferas de estos planetas para profundizar en si podría existir vida en las profundidades de estos oscuros y fríos planetas. Sin duda, un nuevo desafío sobre nuestra comprensión de donde puede existir vida en el universo. Estamos solos, ¿o quizá no?
La investigación fue financiada por el Programa Mundos Habitables de la NASA, el Programa de Astrobiología de la Universidad de Washington y el Laboratorio Planetario Virtual, miembro del grupo de coordinación Nexus de la NASA para la Ciencia de Sistemas Exoplanetas.
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