Hoy no nos vamos a enfocar tanto en la parte técnica de este eje intestino cerebro, sino que vamos a tratar de llevarnos conceptos claros del por qué de las cosas, más allá de los términos técnicos que uno puede googlearlos.
Vamos a ver entonces la conexión que existe entre el eje intestino y el cerebro. También conocidos hoy por la ciencia, como los dos cerebros. De hecho, la importancia que tiene el intestino es tan fuerte que, cuando nosotros comenzamos nuestra existencia física, primero fuimos un aparato digestivo y después tuvimos cerebro.
Las primeras neuronas se encuentran en el intestino para después encontrarse en el cerebro. Si uno tuviera que buscar cantidad de neuronas por órgano, obviamente primero es el cerebro conocido y el número dos es el otro cerebro: el intestino.
Entonces, vamos a ver cómo funcionamos para comprender esto.
El eje de conexión cerebro intestino se conecta a través de cuatro rutas de comunicación bidireccionales:
1. Nervio vago y neuronas espinales aferentes
2. Mediadores Inmunes (citoquinas)
3. Hormonas intestinales
4. Moléculas derivadas de la microbiota intestinal
Así funciona perfectamente todo nuestro circuito. Por eso, podemos decir que hay una conexión perfecta entre nuestro sistema digestivo y nuestro sistema cerebral.
El intestino es también conocido como el sistema nervioso entérico y sus neuronas (el intestino tiene aproximadamente 100 millones de neuronas) se encuentran desde el esófago hasta el ano. Existen orgánicamente dos tipos de plexo.
· Plexo mientérico en donde están las motoneuronas; que intervienen en las capas circular y longitudinal del músculo liso y controlan la motoridad del tracto digestivo
· Plexo submucoso en donde su función principal es la regulación de funciones de digestión y absorción a nivel de la mucosa y de los vasos sanguíneos, de acuerdo a la estimulación producida por los nutrientes.
Más allá que también hay una división simpática, que tiene que ver con nervios específicos y una división parasimpática donde está el nervio vago. Por eso a veces situaciones intestinales generan una respuesta vagal y a la gente le baja la presión y se desmaya.
Del lado hormonal, el intestino con más de 20 hormonas formadas en células endócrinas de la mucosa intestinal, es uno de los mayores órganos endócrinos del cuerpo humano. Porque las hormonas intestinales están involucradas en la coordinación de la digestión: el hambre, la saciedad, la regulación de la homeóstasis metabólica, que significa el equilibrio metabólico.
Las hormonas principales, más allá de la ya conocidas: insulina y glucagón, tenemos la grelina, la leptina, hormona que en su mayoría trabaja sobre los adipocitos y en la grasa marrón. La gastrina que estimula la secreción del ácido láctico y así tenemos un montón de hormonas que actúan de una manera increíble y funcionamos de una manera perfecta.
Es ahí que el tema de la alimentación es muy importante porque va a hacer que este microbioma esté en equilibrio.
Esta parte fue un poquito pesada, pero necesaria para comprender como funciona el eje cerebro intestino.
Si uno ve la colonia que vive en el intestino, el microbioma, está compuesto por 100 billones de bacterias. O sea, tenemos más bacterias que células. Se calcula que tenemos hasta 100 veces más bacterias que células.
Por eso cuando jugamos con esto y decimos: ¿quién soy yo organismo? La verdad, un conjunto de bacterias que te van llevando. Porque esas bacterias van a impactar en tu emocional. Esas bacterias, manejan tu sistema emocional. Más allá del sistema inmunitario que también lo hace fuertemente.
El 95% de serotonina, la hormona de la serenidad, de la paz, se produce en el intestino. Y participa en todos los intercambios que hay entre el cerebro y el intestino a través del nervio vago.
Por lo tanto, la microbiota toma decisiones en donde vos podés tener ansiedad, estrés, depresión y se ha descubierto que acorde a como está tu microbiota, podés tener trastornos de ansiedad y hasta ataques de pánico.
Ustedes fíjense que yo hablé de enfermedades y voy a nombrar una que hoy se considera una enfermedad: la obesidad, también la diabetes y a la celiaquía se las relaciona con la microbiota. Y desde lo psicológico hasta la depresión. Una mirada distinta en un mundo distinto.
Uno de los mecanismos de interacción entre el cerebro y los intestinos, son los metabolitos de triptófano, que esa sustancia se convierte en serotonina como neurotransmisor. Y dijimos, la serotonina es la hormona de la paz, la tranquilidad y la felicidad.
Por eso, a veces en lo que es este nuevo mundo, se habla de la psico biota. Psico de psiquismo. O sea, ya no es algo raro hablar de esto.
Lo que se llama hoy en el mundo de la medicina una inflamación sistémica, se ha observado que arranca desde un desequilibrio de la microbiótica intestinal para generar una inflamación intestinal y después una inflamación sistémica. Y se ha descubierto que hasta está relacionado con la depresión de las personas.
Pero hoy no. Porque se habla de ese microbioma en mal funcionamiento. Inclusive más, se analiza hasta lo que se llama el intestino permeable. El intestino permeable aumenta la permeabilidad y disminuye la función de barrera intestinal. Esa barrera previene que los microbios y otros agentes inflamatorios se vuelvan a través del epitelio, de todos los epitelios. Pero hay un montón de bacterias que, justamente fortalecen esa barrera y esa respuesta de inflamación hace tener una respuesta en mi sistema inmune no positiva.
Para dar una idea, varias bacterias del ácido láctico se van a asociar con emociones positivas y más elevadas. Se ha probado con 300 bebés esa funcionalidad, experimentan mayor felicidad, placer. Y los bebés con bacterias positivas de ese ácido, tienen una vida hasta más extrovertida y en equilibrio.
Lo importante es la mayor diversidad de bacterias. También lo contrario, que es el miedo, la tensión, emocionalidad negativa tiene que ver con esa variación de microbiota. Y por lo tanto después, enfermedades y una personalidad distinta.
¿De qué manera yo puedo tener una microbiota correcta?
La realidad, es con una buena alimentación porque con una buena alimentación yo voy a tener probióticos y prebióticos.
La diferencia fundamental entre ambos es que el probiótico son microorganismos vivos que van a generar un extraordinario beneficio para la salud. Pero están vivos, el yogurt es un ejemplo. Ahora, un prebiótico son sustancias que le llaman no dirigibles, que en realidad lo que va a hacer es estimular los microorganismos autóctonos. Una cosa es, te mando microorganismos y otra cosa es, te mando para que estimule lo que es. Esta es la diferencia.
Los probióticos son por ejemplo: los yogures. Habrán conocido el famoso lactobacillus, que lo habrán escuchado hasta en las propagandas. Y hay un montón de otros tipos de bacilos que existen dentro de lo que es la leche. Eso es un probiótico muy conocido. Lo mejor que te puede pasar es comer yogurt porque justamente te habilita todo eso.
¿Qué sería un prebiótico?
Eso es más específico, es más del trabajo de lo que son los métodos químicos, enzimáticos, fructosa, todo lo que son los glicosacaridos, activan lo que es nuestra microbiota.
Un prebiótico natural podría ser la miel, las hortalizas, las aceitunas, las alcachofas, los espárragos, la cebolla, el trigo, la avena.
Por eso, muchas veces se juega con justamente llevarte a que, entre la combinación de probióticos y prebióticos, tengas una salud correcta. Inclusive hay suplementos que se venden en capsulas, no los recomiendo porque no es necesario hacer que gane dinero el laboratorio. Es ahí que la alimentación de lo que son las hortalizas, las verduras, las frutas, frutos con cascara, van a ver como van a activar todo ese lugar. Todo ese microbioma se activa y es muy importante hacerlo.
Uno diría los probióticos únicamente los puedo encontrar en la leche? No, los puedo encontrar en los fermentados, las levaduras, todo lo que es bacteria viva. Cuando uno tiene una buena absorción, cuando uno tiene una buena salud inmunitaria, van a bajar el nivel de colesterol, el nivel de glucosa, bajan un montón de cosas que nuestro cuerpo físico no necesita.
Los microrganismos vivos buenos que ingerimos son extraordinarios. Porque van a mejorar tu absorción de nutrientes, te va a mejorar la metabolización de esos nutrientes, te van a distribuir mejor los carbohidratos, las vitaminas van a estar de una manera increíble. Ahí que a veces, cuando no hay una buena y correcta alimentación, tenés que suplementar con vitaminas.
Quiero fortalecer esta exposición tratando de comprender un poquitito, cuántos son los mecanismos por los cuales la microbiota puede alterar el sistema nervioso central. Por ej.: cuando aparece una alteración de la permeabilidad intestinal, que es lo que hablamos recién. Y ahí volvemos el ida y vuelta, ciertas infecciones o factores estresantes pueden alterar la barrera intestinal. O sea, una infección te altera la barrera intestinal. O factores estresantes, también te alteran esa barrera.
Entonces ¿qué es lo que pasa?
Aparece como digo yo, de un lado o del otro, enfermedades gastrointestinales. Pero también pueden aparecer enfermedades psiquiátricas y la más común es la depresión, el bajón o lo que también se llama síndrome de la fatiga crónica. No solo están cansados, sino aparte están bajoneados.
¿Cómo se trabaja esta permeabilidad intestinal?
Se trabaja con probióticos, eso si con ciertos químicos por ej.: se le da lactobacillus salivarius, que puede revertir la permeabilidad. ¿Hay otros? Sí.
Esa alteración de la microbiota, puede regular la barrera intestinal y yo te puedo hacer una alteración de la microbiota para mejorar esa barrera. Entonces te reduzco la inflamación y estimulo la respuesta inmune. Por lo tanto, a veces si vos tenés una microbiota que no está en equilibrio, yo te la puedo alterar para tu bien. O sea, te cambio la microbiota porque la tuya no viene bien y te cambio tu sistema inmunitario; y te cambio hasta tu manera de sentir las cosas. Ves al mundo más positivo.
La microbiota puede alterar la concentración de un precursor para el metabolismo de lo que hablé recién, que es el triptófano. Es ahí que utilizando los pro y los prebióticos, uno puede regular eso.
Se ha estudiado un montón todo esto. Se ha estudiado en ratones y han cambiado “la personalidad”. Cambiaron la microbiota intestinal y cambiaron el comportamiento social de los ratones y volvieron a comportarse de una manera más social, manejando los micro bióticos y los prebióticos.
Entonces, acá también va algo interesante que abre un gran debate. Las sociedades son lo que son de acuerdo a lo que comen. ¡Fuerte! ¿no?
Por eso, la alimentación es clave. Y ahí entenderán qué terrible es la mala alimentación.
La mala alimentación no tiene que ver con consumir carne o no consumir carne, hace que la sociedad sea lo que es. Y acá no entro en el análisis que es vegetariano, carnívoro, tiene que ver con la calidad de la alimentación y el equilibrio. Porque si vos me decís que hay una persona que se alimenta de lunes a lunes solamente con carne; no está en equilibrio. No estaría bien. Todo es un equilibrio.
Por lo tanto, la microbiota como importante a trabajar es para no vivir siempre en estrés.
Se observa que activan la microbiota, elementos químicos como la adrenalina y el cortisol, que viene de ciertas glándulas. Pero los activadores son la microbiota. Esto genera alto estrés, por lo tanto, fuertemente sin conocer en profundidad cada elemento químico, que esa no era la idea de este curso. Es muy importante la comida saludable.
De hecho, para que uno vea lo fuerte. Cuando se ve dentro de la microbiota una disminución de una bacteria que se llama bacteroidetes o bacteroidota, se observa en la personalidad pacientes depresivos. O sea, la relación es muy fuerte. Sigo insistiendo la profundización de la microbiota, lleva a enfermedades neurodegenerativas por responsabilidad de nuestro intestino.
La realidad que, si uno tuviera que comparar, por eso digo el segundo cerebro, la cantidad de neuronas que no tiene que ver con la cantidad de bacterias. Dije de neuronas dentro de nuestro intestino, que no es lo mismo que la cantidad de bacterias.
La cantidad de neuronas dentro de nuestro intestino seria de 100 o 200 millones de ellas. Si uno tuviera que comparar la cantidad de neuronas que hay en mi cerebro, podría armar con esa cantidad el cerebro de un gato o un perro. O sea, que no es poca cosa lo que tengo en el intestino.
Hoy por hoy, con el tema del COVID se ha descubierto que hubo un cambio dentro de la microbiota. Entonces, hay gente que ha tenido coronavirus cuyo nivel de concentración no es el mismo. Porque la microbiota quedó distinta después del COVID, ahí un agente externo cambió toda la microbiota, que no es poca cosa.
Entonces voy a tratar de mostrarles un esquema del funcionamiento de la microbiota para poder hacer un resumen de lo visto:
Taller: "Eje intestino cerebro, su relación con las emociones y la salud"
Sábado 11 de Junio 2022
A cargo del Profesor Claudio Marzan.
Vamos a ver entonces la conexión que existe entre el eje intestino y el cerebro. También conocidos hoy por la ciencia, como los dos cerebros. De hecho, la importancia que tiene el intestino es tan fuerte que, cuando nosotros comenzamos nuestra existencia física, primero fuimos un aparato digestivo y después tuvimos cerebro.
Las primeras neuronas se encuentran en el intestino para después encontrarse en el cerebro. Si uno tuviera que buscar cantidad de neuronas por órgano, obviamente primero es el cerebro conocido y el número dos es el otro cerebro: el intestino.
Entonces, vamos a ver cómo funcionamos para comprender esto.
El eje de conexión cerebro intestino se conecta a través de cuatro rutas de comunicación bidireccionales:
1. Nervio vago y neuronas espinales aferentes
2. Mediadores Inmunes (citoquinas)
3. Hormonas intestinales
4. Moléculas derivadas de la microbiota intestinal
Así funciona perfectamente todo nuestro circuito. Por eso, podemos decir que hay una conexión perfecta entre nuestro sistema digestivo y nuestro sistema cerebral.
El intestino es también conocido como el sistema nervioso entérico y sus neuronas (el intestino tiene aproximadamente 100 millones de neuronas) se encuentran desde el esófago hasta el ano. Existen orgánicamente dos tipos de plexo.
· Plexo mientérico en donde están las motoneuronas; que intervienen en las capas circular y longitudinal del músculo liso y controlan la motoridad del tracto digestivo
· Plexo submucoso en donde su función principal es la regulación de funciones de digestión y absorción a nivel de la mucosa y de los vasos sanguíneos, de acuerdo a la estimulación producida por los nutrientes.
Más allá que también hay una división simpática, que tiene que ver con nervios específicos y una división parasimpática donde está el nervio vago. Por eso a veces situaciones intestinales generan una respuesta vagal y a la gente le baja la presión y se desmaya.
Del lado hormonal, el intestino con más de 20 hormonas formadas en células endócrinas de la mucosa intestinal, es uno de los mayores órganos endócrinos del cuerpo humano. Porque las hormonas intestinales están involucradas en la coordinación de la digestión: el hambre, la saciedad, la regulación de la homeóstasis metabólica, que significa el equilibrio metabólico.
Las hormonas principales, más allá de la ya conocidas: insulina y glucagón, tenemos la grelina, la leptina, hormona que en su mayoría trabaja sobre los adipocitos y en la grasa marrón. La gastrina que estimula la secreción del ácido láctico y así tenemos un montón de hormonas que actúan de una manera increíble y funcionamos de una manera perfecta.
Es ahí que el tema de la alimentación es muy importante porque va a hacer que este microbioma esté en equilibrio.
Esta parte fue un poquito pesada, pero necesaria para comprender como funciona el eje cerebro intestino.
Si uno ve la colonia que vive en el intestino, el microbioma, está compuesto por 100 billones de bacterias. O sea, tenemos más bacterias que células. Se calcula que tenemos hasta 100 veces más bacterias que células.
Por eso cuando jugamos con esto y decimos: ¿quién soy yo organismo? La verdad, un conjunto de bacterias que te van llevando. Porque esas bacterias van a impactar en tu emocional. Esas bacterias, manejan tu sistema emocional. Más allá del sistema inmunitario que también lo hace fuertemente.
El 95% de serotonina, la hormona de la serenidad, de la paz, se produce en el intestino. Y participa en todos los intercambios que hay entre el cerebro y el intestino a través del nervio vago.
Por lo tanto, la microbiota toma decisiones en donde vos podés tener ansiedad, estrés, depresión y se ha descubierto que acorde a como está tu microbiota, podés tener trastornos de ansiedad y hasta ataques de pánico.
Ustedes fíjense que yo hablé de enfermedades y voy a nombrar una que hoy se considera una enfermedad: la obesidad, también la diabetes y a la celiaquía se las relaciona con la microbiota. Y desde lo psicológico hasta la depresión. Una mirada distinta en un mundo distinto.
Uno de los mecanismos de interacción entre el cerebro y los intestinos, son los metabolitos de triptófano, que esa sustancia se convierte en serotonina como neurotransmisor. Y dijimos, la serotonina es la hormona de la paz, la tranquilidad y la felicidad.
Por eso, a veces en lo que es este nuevo mundo, se habla de la psico biota. Psico de psiquismo. O sea, ya no es algo raro hablar de esto.
Lo que se llama hoy en el mundo de la medicina una inflamación sistémica, se ha observado que arranca desde un desequilibrio de la microbiótica intestinal para generar una inflamación intestinal y después una inflamación sistémica. Y se ha descubierto que hasta está relacionado con la depresión de las personas.
Pero hoy no. Porque se habla de ese microbioma en mal funcionamiento. Inclusive más, se analiza hasta lo que se llama el intestino permeable. El intestino permeable aumenta la permeabilidad y disminuye la función de barrera intestinal. Esa barrera previene que los microbios y otros agentes inflamatorios se vuelvan a través del epitelio, de todos los epitelios. Pero hay un montón de bacterias que, justamente fortalecen esa barrera y esa respuesta de inflamación hace tener una respuesta en mi sistema inmune no positiva.
Para dar una idea, varias bacterias del ácido láctico se van a asociar con emociones positivas y más elevadas. Se ha probado con 300 bebés esa funcionalidad, experimentan mayor felicidad, placer. Y los bebés con bacterias positivas de ese ácido, tienen una vida hasta más extrovertida y en equilibrio.
Lo importante es la mayor diversidad de bacterias. También lo contrario, que es el miedo, la tensión, emocionalidad negativa tiene que ver con esa variación de microbiota. Y por lo tanto después, enfermedades y una personalidad distinta.
¿De qué manera yo puedo tener una microbiota correcta?
La realidad, es con una buena alimentación porque con una buena alimentación yo voy a tener probióticos y prebióticos.
La diferencia fundamental entre ambos es que el probiótico son microorganismos vivos que van a generar un extraordinario beneficio para la salud. Pero están vivos, el yogurt es un ejemplo. Ahora, un prebiótico son sustancias que le llaman no dirigibles, que en realidad lo que va a hacer es estimular los microorganismos autóctonos. Una cosa es, te mando microorganismos y otra cosa es, te mando para que estimule lo que es. Esta es la diferencia.
Los probióticos son por ejemplo: los yogures. Habrán conocido el famoso lactobacillus, que lo habrán escuchado hasta en las propagandas. Y hay un montón de otros tipos de bacilos que existen dentro de lo que es la leche. Eso es un probiótico muy conocido. Lo mejor que te puede pasar es comer yogurt porque justamente te habilita todo eso.
¿Qué sería un prebiótico?
Eso es más específico, es más del trabajo de lo que son los métodos químicos, enzimáticos, fructosa, todo lo que son los glicosacaridos, activan lo que es nuestra microbiota.
Un prebiótico natural podría ser la miel, las hortalizas, las aceitunas, las alcachofas, los espárragos, la cebolla, el trigo, la avena.
Por eso, muchas veces se juega con justamente llevarte a que, entre la combinación de probióticos y prebióticos, tengas una salud correcta. Inclusive hay suplementos que se venden en capsulas, no los recomiendo porque no es necesario hacer que gane dinero el laboratorio. Es ahí que la alimentación de lo que son las hortalizas, las verduras, las frutas, frutos con cascara, van a ver como van a activar todo ese lugar. Todo ese microbioma se activa y es muy importante hacerlo.
Uno diría los probióticos únicamente los puedo encontrar en la leche? No, los puedo encontrar en los fermentados, las levaduras, todo lo que es bacteria viva. Cuando uno tiene una buena absorción, cuando uno tiene una buena salud inmunitaria, van a bajar el nivel de colesterol, el nivel de glucosa, bajan un montón de cosas que nuestro cuerpo físico no necesita.
Los microrganismos vivos buenos que ingerimos son extraordinarios. Porque van a mejorar tu absorción de nutrientes, te va a mejorar la metabolización de esos nutrientes, te van a distribuir mejor los carbohidratos, las vitaminas van a estar de una manera increíble. Ahí que a veces, cuando no hay una buena y correcta alimentación, tenés que suplementar con vitaminas.
Quiero fortalecer esta exposición tratando de comprender un poquitito, cuántos son los mecanismos por los cuales la microbiota puede alterar el sistema nervioso central. Por ej.: cuando aparece una alteración de la permeabilidad intestinal, que es lo que hablamos recién. Y ahí volvemos el ida y vuelta, ciertas infecciones o factores estresantes pueden alterar la barrera intestinal. O sea, una infección te altera la barrera intestinal. O factores estresantes, también te alteran esa barrera.
Entonces ¿qué es lo que pasa?
Aparece como digo yo, de un lado o del otro, enfermedades gastrointestinales. Pero también pueden aparecer enfermedades psiquiátricas y la más común es la depresión, el bajón o lo que también se llama síndrome de la fatiga crónica. No solo están cansados, sino aparte están bajoneados.
¿Cómo se trabaja esta permeabilidad intestinal?
Se trabaja con probióticos, eso si con ciertos químicos por ej.: se le da lactobacillus salivarius, que puede revertir la permeabilidad. ¿Hay otros? Sí.
Esa alteración de la microbiota, puede regular la barrera intestinal y yo te puedo hacer una alteración de la microbiota para mejorar esa barrera. Entonces te reduzco la inflamación y estimulo la respuesta inmune. Por lo tanto, a veces si vos tenés una microbiota que no está en equilibrio, yo te la puedo alterar para tu bien. O sea, te cambio la microbiota porque la tuya no viene bien y te cambio tu sistema inmunitario; y te cambio hasta tu manera de sentir las cosas. Ves al mundo más positivo.
La microbiota puede alterar la concentración de un precursor para el metabolismo de lo que hablé recién, que es el triptófano. Es ahí que utilizando los pro y los prebióticos, uno puede regular eso.
Se ha estudiado un montón todo esto. Se ha estudiado en ratones y han cambiado “la personalidad”. Cambiaron la microbiota intestinal y cambiaron el comportamiento social de los ratones y volvieron a comportarse de una manera más social, manejando los micro bióticos y los prebióticos.
Entonces, acá también va algo interesante que abre un gran debate. Las sociedades son lo que son de acuerdo a lo que comen. ¡Fuerte! ¿no?
Por eso, la alimentación es clave. Y ahí entenderán qué terrible es la mala alimentación.
La mala alimentación no tiene que ver con consumir carne o no consumir carne, hace que la sociedad sea lo que es. Y acá no entro en el análisis que es vegetariano, carnívoro, tiene que ver con la calidad de la alimentación y el equilibrio. Porque si vos me decís que hay una persona que se alimenta de lunes a lunes solamente con carne; no está en equilibrio. No estaría bien. Todo es un equilibrio.
Por lo tanto, la microbiota como importante a trabajar es para no vivir siempre en estrés.
Se observa que activan la microbiota, elementos químicos como la adrenalina y el cortisol, que viene de ciertas glándulas. Pero los activadores son la microbiota. Esto genera alto estrés, por lo tanto, fuertemente sin conocer en profundidad cada elemento químico, que esa no era la idea de este curso. Es muy importante la comida saludable.
De hecho, para que uno vea lo fuerte. Cuando se ve dentro de la microbiota una disminución de una bacteria que se llama bacteroidetes o bacteroidota, se observa en la personalidad pacientes depresivos. O sea, la relación es muy fuerte. Sigo insistiendo la profundización de la microbiota, lleva a enfermedades neurodegenerativas por responsabilidad de nuestro intestino.
La realidad que, si uno tuviera que comparar, por eso digo el segundo cerebro, la cantidad de neuronas que no tiene que ver con la cantidad de bacterias. Dije de neuronas dentro de nuestro intestino, que no es lo mismo que la cantidad de bacterias.
La cantidad de neuronas dentro de nuestro intestino seria de 100 o 200 millones de ellas. Si uno tuviera que comparar la cantidad de neuronas que hay en mi cerebro, podría armar con esa cantidad el cerebro de un gato o un perro. O sea, que no es poca cosa lo que tengo en el intestino.
Hoy por hoy, con el tema del COVID se ha descubierto que hubo un cambio dentro de la microbiota. Entonces, hay gente que ha tenido coronavirus cuyo nivel de concentración no es el mismo. Porque la microbiota quedó distinta después del COVID, ahí un agente externo cambió toda la microbiota, que no es poca cosa.
Entonces voy a tratar de mostrarles un esquema del funcionamiento de la microbiota para poder hacer un resumen de lo visto:
Podemos observar en verde, las acciones favorables para que el intestino se complemente con mi cerebro conocido, mientras que en rojo se puede ver las acciones que no favorecen esta interacción.
No podemos vernos como seres totalmente cerebrales. Uno cree que está todo en el cerebro y está en el cerebro y el intestino. Y el cerebro tiene que ayudar al intestino y el intestino ayuda al cerebro. Se retroalimenta.
Observando este esquema puedo tomar conciencia de qué hacer con mi alimentación para tener la microbiota bien y la microbiota genera más bienestar y se retroalimenta con el cerebro.
Lo que no puedo hacer, es que si la microbiota está clamando ordenarme, el cerebro lo niegue. Y ahí está la gran vinculación de los dos cerebros. Tengo que estar en plena armonía. No puedo no escuchar lo que dicen mi cantidad de bacterias vivientes y otras cosas que tenemos. Yo nombré bacterias, pero hay de todos los microorganismos que se imaginen. Nosotros debemos escuchar lo que el cuerpo pide. Porque el cuerpo pide en serio y bien, nosotros dejamos de escuchar lo que está pidiendo. Y ahí está la calve de todo esto, conectarnos con un equilibrio alimenticio. Eso no quiere decir que tiene que ser una persona que, de alguna manera, solo ingiera probióticos o prebióticos, significa un equilibrio. De alguna manera, estas sociedades te llevan a tener un consumo de cosas distintas. Originalmente no funcionábamos así nosotros como seres en este planeta. De hecho, la alimentación era muy natural y equilibrada. Por eso llegamos hasta acá como especie. Debemos respetar fuertemente una buena alimentación. Insisto, no obsesiva. No va por ahí, pero sí va con tratar de mantener ese equilibrio.
Ustedes van a ver que cuando les pasa algo o están vivenciando algo, hasta te agarró miedo y sí, te agarró miedo porque te dio ganas de ir de cuerpo. Pero es así. O cuando estás en una situación de miedo, o de estrés, no tenés ganas de ir de cuerpo. De golpe se te cortaron las ganas de ir al baño, o una situación deportiva.
No nos olvidemos que nuestro sistema inmunitario depende de la mayor fábrica de anticuerpos que está en nuestro intestino.
Si ustedes quieren tener una buena microbiota utilicen algo, para que los que saben háganlo, para aquellos que no saben inténtenlo, que es la meditación. Más allá de lo que hablamos: el deporte, el sol, etc.
Porque la meditación genera ese equilibrio necesario en lo que sería la mente y; por lo tanto, pasaría a la microbiota.
Cuando ustedes meditan, meditan todos juntos, los virus, las bacterias, todos. Teóricamente, la comunidad medita. Somos una comunidad que parece que tuviéramos una persona, pero esa persona está definida por la comunidad. Somos una comunidad. Porque las bacterias son seres; y está bien llevarse bien con la comunidad. Para llevarse bien con la comunidad, hay que cuidarla.
A veces, uno ve gente que quiere salvar al mundo. A ver, contame ¿cómo es eso? Sí mirá, yo reciclo. Qué bueno, ¡qué fuerte eso!
Entonces, vos escarbás un poco y ves que claramente su alimentación no es correcta. Y vos decís: está bueno cuidar al mundo, pero por qué no salvás primero toda tu microbiota, que tenés una gran comunidad. Hacé un acto bueno, cuidate vos, cuidá tu comunidad. Sos el dueño de la comunidad y debés cuidarla.
No podemos vernos como seres totalmente cerebrales. Uno cree que está todo en el cerebro y está en el cerebro y el intestino. Y el cerebro tiene que ayudar al intestino y el intestino ayuda al cerebro. Se retroalimenta.
Observando este esquema puedo tomar conciencia de qué hacer con mi alimentación para tener la microbiota bien y la microbiota genera más bienestar y se retroalimenta con el cerebro.
Lo que no puedo hacer, es que si la microbiota está clamando ordenarme, el cerebro lo niegue. Y ahí está la gran vinculación de los dos cerebros. Tengo que estar en plena armonía. No puedo no escuchar lo que dicen mi cantidad de bacterias vivientes y otras cosas que tenemos. Yo nombré bacterias, pero hay de todos los microorganismos que se imaginen. Nosotros debemos escuchar lo que el cuerpo pide. Porque el cuerpo pide en serio y bien, nosotros dejamos de escuchar lo que está pidiendo. Y ahí está la calve de todo esto, conectarnos con un equilibrio alimenticio. Eso no quiere decir que tiene que ser una persona que, de alguna manera, solo ingiera probióticos o prebióticos, significa un equilibrio. De alguna manera, estas sociedades te llevan a tener un consumo de cosas distintas. Originalmente no funcionábamos así nosotros como seres en este planeta. De hecho, la alimentación era muy natural y equilibrada. Por eso llegamos hasta acá como especie. Debemos respetar fuertemente una buena alimentación. Insisto, no obsesiva. No va por ahí, pero sí va con tratar de mantener ese equilibrio.
Ustedes van a ver que cuando les pasa algo o están vivenciando algo, hasta te agarró miedo y sí, te agarró miedo porque te dio ganas de ir de cuerpo. Pero es así. O cuando estás en una situación de miedo, o de estrés, no tenés ganas de ir de cuerpo. De golpe se te cortaron las ganas de ir al baño, o una situación deportiva.
No nos olvidemos que nuestro sistema inmunitario depende de la mayor fábrica de anticuerpos que está en nuestro intestino.
Si ustedes quieren tener una buena microbiota utilicen algo, para que los que saben háganlo, para aquellos que no saben inténtenlo, que es la meditación. Más allá de lo que hablamos: el deporte, el sol, etc.
Porque la meditación genera ese equilibrio necesario en lo que sería la mente y; por lo tanto, pasaría a la microbiota.
Cuando ustedes meditan, meditan todos juntos, los virus, las bacterias, todos. Teóricamente, la comunidad medita. Somos una comunidad que parece que tuviéramos una persona, pero esa persona está definida por la comunidad. Somos una comunidad. Porque las bacterias son seres; y está bien llevarse bien con la comunidad. Para llevarse bien con la comunidad, hay que cuidarla.
A veces, uno ve gente que quiere salvar al mundo. A ver, contame ¿cómo es eso? Sí mirá, yo reciclo. Qué bueno, ¡qué fuerte eso!
Entonces, vos escarbás un poco y ves que claramente su alimentación no es correcta. Y vos decís: está bueno cuidar al mundo, pero por qué no salvás primero toda tu microbiota, que tenés una gran comunidad. Hacé un acto bueno, cuidate vos, cuidá tu comunidad. Sos el dueño de la comunidad y debés cuidarla.
Taller: "Eje intestino cerebro, su relación con las emociones y la salud"
Sábado 11 de Junio 2022
A cargo del Profesor Claudio Marzan.