Tanto el trastorno bipolar como la depresión pueden causar que las personas pasen por periodos de tristeza extrema y desolación, e incluso a expertos en salud mental se les dificulta distinguir entre ambos trastornos. Sin embargo, una nueva investigación, de la Universidad de Amsterdam, sugiere que éstas condiciones pueden mostrar patrones de actividad cerebral muy distintos.
En el estudio, los investigadores realizaron tomografías del cerebro de 42 pacientes con depresión clínica, 35 con trastorno bipolar y 36 individuos sanos, y midieron las capacidad de los participantes para regular sus emociones.
Mostraron fotografías cuyos protagonistas representaban distintas emociones (tristeza, felicidad, miedo, neutralidad). Los científicos ordenaron a los participantes que experimentaran pasivamente las imágenes o regularan activamente sus emociones distanciándose de lo que veían. Los participantes calificaron como se sentían después de cada foto. Los investigadores midieron la habilidad de los participantes para regular sus emociones.
Los experimentos se llevaron a cabo cuando los pacientes estaban en un estado normal y posteriormente cuando se encontraban deprimidos, y ninguno de los participantes estaba tomando medicamentos psiquiátricos.
Los datos revelaron que cuando los participantes no estaban deprimidos, a los participantes con trastorno bipolar les costaba más trabajo regular las emociones de alergia y tristeza que a aquellos con depresión. Pero cuando se encontraban deprimidos, los pacientes bipolares resultaron mejores al regular las emociones de alegría. Ambos grupos tuvieron un desempeño similar al tratar de regular emociones de tristeza al encontrarse en estado de depresión.
La inhabilidad para diferenciar entre los dos trastornos es un problema por que los antidepresivos generalmente no son efectivos para tratar a personas con trastorno bipolar. Dichos medicamentos incluso pueden aumentar el riesgo de que un paciente sufra de un episodio maníaco. Durante un episodio maníaco una persona con trastorno bipolar se puede tornar ansiosa, agitada, eufórica y algunas veces psicótica.
Los resultados, publicados en el diario JAMA Psychiatry, podrían conducir a una mejor manera de diagnosticar y tratar a pacientes con ambos trastornos.
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