Un nuevo estudio, liderado por Bin Luo y Niel Brandt (Penn State University, Pennsylvania), y Jianfeng Wu (Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics), publicado en Astrophysical Journal, indica que algunos agujeros negros podrían consumir enormes cantidades de materia, superiores a lo previsto hasta ahora. Esta nueva propuesta podría ayudar a explicar como los mayores agujeros negros fueron capaces de crecer tan rápidamente en el universo temprano.
El nuevo estudio señala que algunos podrían devorar materia a un ritmo 5 a 10 veces superior al estimado generalmente para los quásares. Para ello han usado el observatorio espacial de rayos X Chandra de la NASA y han estudiado 51 quásares situados a una distancia de 5.000 a 11.500 millones de años luz de la Tierra. Estos quásares fueron elegidos debido a la pobre emisión en longitudes de onda ultravioleta de ciertos elementos, como el carbono. De ellos, el 65% son más débiles en rayos X que los quásares típicos. Hasta 40 veces más débiles.
Con los datos y tras una simulación observaron que si hay mucha materia en el disco que rodea el agujero negro, la presión hace que parte del material sea expulsado formando un toro alrededor de la zona inmediatamente después del disco. Este toro sería el responsable del debilitamiento observado en las longitudes de onda ultravioleta y de rayos X.
Así pues los investigadores creen que los agujeros negros estarían devorando la materia a altísima velocidad y que este tipo de quásar podría ser habitual en el universo temprano, a partir de 1.000 millones de años después del Big Bang.
Se puede ampliar información en el artículo "Chandra suggests black holes gorging at excessive rates" de Phys.org.
Fuente VEGA 0.0