Un agujero negro gigante y voraz ha arrojado una burbuja de viento cósmico tan poderoso que podría cambiar el destino de toda una galaxia, según nuevas observaciones.
El agujero negro supermasivo que liberó este viento cósmico se encuentra en el centro de la galaxia PDS 456. Los astrónomos han visto estos vientos antes pero los autores de la investigación dicen que es la primera observación de un viento alejándose desde el centro en todas direcciones, creando una forma esférica.
El viento podría tener un enorme impacto en el futuro de la galaxia, ya que reducirá el suministro de alimentos del agujero negro, y ralentizará la formación estelar en el resto de la galaxia, dijeron los investigadores. Y es posible que los fuertes vientos cósmicos sean una parte común de la evolución galáctica; podrían ser responsables de transformar brillantes galaxias activas en galaxias de mediana edad.
El agujero negro supermasivo del centro de PDS 456 se alimenta de una enorme cantidad de materia, la cual, conforme cae hacia el agujero, irradia luz. Este agujero devora tanta materia que la radiación resultante brilla más que cualquier estrella de la galaxia. Este tipo de galaxias jóvenes y brillantes es conocido como quásar: una galaxia con un centro increíblemente brillante, alimentado por un voraz agujero negro supermasivo.
Nuevas observaciones de PDS 456 han revelado una burbuja de gas alejándose del agujero negro. Usando los observatorios NuSTAR (Nuclear Spectroscopic Telescope Array) de NASA y XMM-Newton de ESA, los autores de la nueva investigación obtuvieron imágenes de la galaxia en cinco ocasiones distintas en 2013 y 2014. Los investigadores dicen que pueden demostrar que los fotones de luz emitidos por la materia que cae hacia el agujero está empujando el gas cercano, creando el viento.
Los científicos han estudiado estos vientos cósmicos anteriormente, pero los autores del nuevo estudio dicen que su investigación va un paso más allá al demostrar que el viento fluye en todas direcciones mientras se aleja del agujero, arrastrando una gran cantidad de masa.
Según un comunicado de NASA, la galaxia PDS 456 posee vientos que cada segundo cargan más energía de la que emite un billón de soles. Estos vientos tan poderosos pueden cambiar el paisaje completo de PDS 456, dicen los investigadores. En primer lugar, el viento pasará a través del disco de materia que rodea al agujero negro, reduciendo significativamente o destruyendo dicho disco. En otras palabras, el agujero negro puede quedarse sin alimento.
Sin materia cayendo al agujero negro, la radiación también cesaría. El centro brillante del quásar se atenuará. Al disminuir el suministro de material del agujero negro, los quásares y otras “galaxias activas” como PDS 456 pueden convertirse en galaxias inactivas como la Vía Láctea. Los científicos teóricos han propuesto que los vientos cósmicos podrían explicar por qué hay más galaxias activas jóvenes que antiguas.
Además de extinguir la radiación de un agujero negro activo, estos vientos cósmicos pueden disminuir la formación estelar en las galaxias. Con el paso de millones de años, el viento cósmico podría pasar a través de regiones abundantes en gas y polvo donde se forman las estrellas, y dispersar esta “tierra fértil” para la formación de estrellas.
Así, tras millones de años, este viento estelar apagará la formación estelar y creará galaxias como la nuestra, donde aún se forman estrellas, pero no a un ritmo tan alto como el de muchas galaxias jóvenes.
El estudio “Black hole feedback in the luminous quasar PDS 456” fue publicado en la edición del 20 de febrero de 2015 de la revista Science.
Fuente COSMO NOTICIAS
El agujero negro supermasivo del centro de PDS 456 se alimenta de una enorme cantidad de materia, la cual, conforme cae hacia el agujero, irradia luz. Este agujero devora tanta materia que la radiación resultante brilla más que cualquier estrella de la galaxia. Este tipo de galaxias jóvenes y brillantes es conocido como quásar: una galaxia con un centro increíblemente brillante, alimentado por un voraz agujero negro supermasivo.
Nuevas observaciones de PDS 456 han revelado una burbuja de gas alejándose del agujero negro. Usando los observatorios NuSTAR (Nuclear Spectroscopic Telescope Array) de NASA y XMM-Newton de ESA, los autores de la nueva investigación obtuvieron imágenes de la galaxia en cinco ocasiones distintas en 2013 y 2014. Los investigadores dicen que pueden demostrar que los fotones de luz emitidos por la materia que cae hacia el agujero está empujando el gas cercano, creando el viento.
Los científicos han estudiado estos vientos cósmicos anteriormente, pero los autores del nuevo estudio dicen que su investigación va un paso más allá al demostrar que el viento fluye en todas direcciones mientras se aleja del agujero, arrastrando una gran cantidad de masa.
Según un comunicado de NASA, la galaxia PDS 456 posee vientos que cada segundo cargan más energía de la que emite un billón de soles. Estos vientos tan poderosos pueden cambiar el paisaje completo de PDS 456, dicen los investigadores. En primer lugar, el viento pasará a través del disco de materia que rodea al agujero negro, reduciendo significativamente o destruyendo dicho disco. En otras palabras, el agujero negro puede quedarse sin alimento.
Sin materia cayendo al agujero negro, la radiación también cesaría. El centro brillante del quásar se atenuará. Al disminuir el suministro de material del agujero negro, los quásares y otras “galaxias activas” como PDS 456 pueden convertirse en galaxias inactivas como la Vía Láctea. Los científicos teóricos han propuesto que los vientos cósmicos podrían explicar por qué hay más galaxias activas jóvenes que antiguas.
Además de extinguir la radiación de un agujero negro activo, estos vientos cósmicos pueden disminuir la formación estelar en las galaxias. Con el paso de millones de años, el viento cósmico podría pasar a través de regiones abundantes en gas y polvo donde se forman las estrellas, y dispersar esta “tierra fértil” para la formación de estrellas.
Así, tras millones de años, este viento estelar apagará la formación estelar y creará galaxias como la nuestra, donde aún se forman estrellas, pero no a un ritmo tan alto como el de muchas galaxias jóvenes.
El estudio “Black hole feedback in the luminous quasar PDS 456” fue publicado en la edición del 20 de febrero de 2015 de la revista Science.
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