Aunque grandes valles y océanos secos sugerían que el agua había desaparecido hacía mucho tiempo de la superficie de Marte, tal vez ese planeta no sea el mundo polvoriento que cautivó a los astrónomos e inspiró tantas novelas y películas de ciencia ficción. Al contrario de lo que se creía, en su superficie oxidada podría fluir agua líquida.
Durante una conferencia de prensa realizada ayer por la NASA, el equipo liderado por Lujendra Ojha, del Instituto de Tecnología de Georgia, presentó lo que se consideran las evidencias más sólidas obtenidas hasta ahora para probarlo. "Nuestra misión en Marte fue «seguir el rastro del agua»; tenemos pruebas convincentes que validan lo que sospechábamos desde hacía mucho -dijo John Grunsfeld, administrador asociado de la agencia espacial norteamericana-. Esto parece confirmar que el agua, aunque sea en la forma de una salmuera, fluye hoy en la superficie de Marte."
Por medio de imágenes obtenidas con un espectrómetro ubicado a bordo de la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO), que orbita el planeta desde hace una década, se detectó la "firma química" que es característica de ciertas sales hidratadas en misteriosas estrías oscuras del terreno marciano, que habían sido observadas en 2011.
Dado que estas manchas se advierten durante la primavera y el verano, y desaparecen en invierno, ya se había especulado que podrían ser cauces de agua que se congelan cuando las temperaturas bajan.
Pero las nuevas mediciones otorgan mayor credibilidad a las presunciones: los científicos creen que esas vetas podrían conducir agua líquida gracias a que las sales permiten temperaturas más bajas de congelamiento; en Marte, hasta -23° Celsius. Aprovechando un efecto similar, aquí en la Tierra se echa sal a las rutas para acelerar el derretimiento de la nieve y el hielo.
"Con un analizador de espectros, se encontraron evidencias de la presencia de sales en lo que podrían ser lechos de ríos secos, y eso sugiere que podría haber existido agua fluyente -explica el astrónomo uruguayo Gonzalo Tancredi, vicepresidente de la División de Sistemas Planetarios de la Unión Astronómica Internacional (UAI)-.Estudiaron las zonas más oscuras y encontraron signos de sales hidratadas, más precisamente, percloratos, asociados con depósitos de agua, que quedan depositados en el fondo del lecho. Sería el mismo proceso que se da en las salinas, a medida que se evapora el agua."
Para Romina Di Sisto, investigadora del Conicet y especialista en ciencias planetarias de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de la Plata, "la sal es un indicador de la presencia de agua reciente en esa zona, que son áreas cambiantes, en las que se advierten modificaciones luego de varios pasajes de las sondas".
En el estudio que aportan estas pruebas, publicado ayer en Nature Geoscience, los científicos analizaron también muy detalladamente las imágenes tomadas por una cámara asombrosamente precisa de la MRO, llamada Hirise, de varias formaciones y cráteres situados en áreas por debajo del ecuador marciano. Ojha había descubierto por primera vez esas desconcertantes vertientes mientras era estudiante, en 2010, pero ya hay miles de ellas documentadas en la geografía marciana.
Sin embargo, incluso si este descubrimiento se confirmara, probablemente defraudará a quienes esperen encontrar ríos y lagos a la manera de la Tierra. La presión de la atmósfera marciana es tan baja que el agua líquida que pueda haber en la superficie inmediatamente se vaporiza. La evidencia actual apunta a rastros, tal vez moléculas de agua.
El gran misterio es de dónde viene Por ahora, no se sabe. Los investigadores especulan que los percloratos podrían estar actuando como una esponja y absorbiendo agua de la atmósfera. O podría provenir de depósitos subterráneos.
"El problema que hay en Marte es que se ha detectado agua en fase sólida en los casquetes polares, y en otras zonas, también en fase gaseosa -explica Tancredi-. Pero debido a las bajas presiones de su atmósfera, el rango de condiciones para que ocurra agua en fase líquida son muy estrechas. Lo relevante del agua líquida es que resulta imprescindible para el proceso de formación y desarrollo de la vida tal como lo concebimos. Por eso, el gran objetivo de las misiones de la NASA a Marte fue la detección de agua líquida."
Ésa sería la buena noticia: el hallazgo vuelve a plantear la posibilidad de que podría haber vida en nuestro vecino planetario, aunque para que el agua se mantenga líquida en Marte tendría que ser tan salada que lo haría extremadamente difícil.
"Se supone que Marte tiene agua en su interior -afirma Di Sisto-. Lo que interesa es si existe en la superficie para saber si puede haber microorganismos, ya que hay algunos que podrían vivir en un medio ambiente de salinidad extrema."
Buscar vida en Marte, sin embargo, es más complicado de lo que parece. De hecho, una revisión conjunta de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y la Fundación Europea de la Ciencia publicada la semana pasada acaba de concluir que la humanidad no está preparada para hacerlo. Los instrumentos humanos podrían llevar microbios terrestres y depositarlos en las áreas en las que se pretende encontrar microorganismos extraterrestres.
Como escribe Lee Billings en Scientific American, "la contaminación podría sabotear la búsqueda de marcianos nativos".
Por eso, antes de que una nave espacial pueda visitar otro planeta, deberá ser esterilizada de acuerdo con reglas estrictas, lo que agregará no sólo tiempo de desarrollo, sino también muchos millones de dólares a las misiones. "Incluso entonces -dice Billings-, los protocolos pueden no ser suficientemente estrictos, ya que las técnicas actuales son incapaces de eliminar completamente los microbios de una nave espacial, y nadie sabe realmente las condiciones de umbral para que las bacterias puedan crear colonias autosuficientes en Marte, o en la Tierra."
De todos modos, la NASA tiene planeada una misión con un rover igual al Curiosity para 2020 que realizará mediciones, llevará equipo de radar para detectar acuíferos subterráneos e intentará tomar muestras.
"Como todavía no podemos resolver el problema de la completa esterilización de los equipos -cuenta Miguel San Martín, el ingeniero argentino que fue precisamente responsable del descenso del Curiosity, una misión destinada a encontrar elementos orgánicos en el planeta rojo-, está planeado que el nuevo rover tome muestras y las ponga en un tarrito para que después otra misión las busque y las ponga en órbita terrestre. Después, una tercera nave debería ir a buscarlas y traerlas a la Tierra. Es muy complicado. Vamos planeando una misión por vez."
Para Tancredi, este nuevo hallazgo "es un paso importante, pero no una confirmación total. Uno quisiera ver fluir el agua. Lo que pasa es que se trata de un proceso intermitente, que puede durar días o meses. Ahora habrá que monitorear con más detalle estas regiones. La presencia de agua líquida es importante si uno proyecta instalar colonias en Marte. Sin duda es un paso más. No el definitivo, pero son evidencias fuertes".
"Hay que tomarlo con cautela -coincide Di Sisto-, porque no es evidencia directa, pero parece consistente. Esos surcos pueden ser hilos de agua con sal que tiene temperatura de congelamiento más bajas."
"No hay que exagerar demasiado -opina San Martín-. Esto no es un río. Es una situación muy interesante, pero no cambia mucho lo que haremos en el futuro."
Por medio de imágenes obtenidas con un espectrómetro ubicado a bordo de la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO), que orbita el planeta desde hace una década, se detectó la "firma química" que es característica de ciertas sales hidratadas en misteriosas estrías oscuras del terreno marciano, que habían sido observadas en 2011.
Dado que estas manchas se advierten durante la primavera y el verano, y desaparecen en invierno, ya se había especulado que podrían ser cauces de agua que se congelan cuando las temperaturas bajan.
Pero las nuevas mediciones otorgan mayor credibilidad a las presunciones: los científicos creen que esas vetas podrían conducir agua líquida gracias a que las sales permiten temperaturas más bajas de congelamiento; en Marte, hasta -23° Celsius. Aprovechando un efecto similar, aquí en la Tierra se echa sal a las rutas para acelerar el derretimiento de la nieve y el hielo.
"Con un analizador de espectros, se encontraron evidencias de la presencia de sales en lo que podrían ser lechos de ríos secos, y eso sugiere que podría haber existido agua fluyente -explica el astrónomo uruguayo Gonzalo Tancredi, vicepresidente de la División de Sistemas Planetarios de la Unión Astronómica Internacional (UAI)-.Estudiaron las zonas más oscuras y encontraron signos de sales hidratadas, más precisamente, percloratos, asociados con depósitos de agua, que quedan depositados en el fondo del lecho. Sería el mismo proceso que se da en las salinas, a medida que se evapora el agua."
Para Romina Di Sisto, investigadora del Conicet y especialista en ciencias planetarias de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de la Plata, "la sal es un indicador de la presencia de agua reciente en esa zona, que son áreas cambiantes, en las que se advierten modificaciones luego de varios pasajes de las sondas".
En el estudio que aportan estas pruebas, publicado ayer en Nature Geoscience, los científicos analizaron también muy detalladamente las imágenes tomadas por una cámara asombrosamente precisa de la MRO, llamada Hirise, de varias formaciones y cráteres situados en áreas por debajo del ecuador marciano. Ojha había descubierto por primera vez esas desconcertantes vertientes mientras era estudiante, en 2010, pero ya hay miles de ellas documentadas en la geografía marciana.
Sin embargo, incluso si este descubrimiento se confirmara, probablemente defraudará a quienes esperen encontrar ríos y lagos a la manera de la Tierra. La presión de la atmósfera marciana es tan baja que el agua líquida que pueda haber en la superficie inmediatamente se vaporiza. La evidencia actual apunta a rastros, tal vez moléculas de agua.
El gran misterio es de dónde viene Por ahora, no se sabe. Los investigadores especulan que los percloratos podrían estar actuando como una esponja y absorbiendo agua de la atmósfera. O podría provenir de depósitos subterráneos.
"El problema que hay en Marte es que se ha detectado agua en fase sólida en los casquetes polares, y en otras zonas, también en fase gaseosa -explica Tancredi-. Pero debido a las bajas presiones de su atmósfera, el rango de condiciones para que ocurra agua en fase líquida son muy estrechas. Lo relevante del agua líquida es que resulta imprescindible para el proceso de formación y desarrollo de la vida tal como lo concebimos. Por eso, el gran objetivo de las misiones de la NASA a Marte fue la detección de agua líquida."
Ésa sería la buena noticia: el hallazgo vuelve a plantear la posibilidad de que podría haber vida en nuestro vecino planetario, aunque para que el agua se mantenga líquida en Marte tendría que ser tan salada que lo haría extremadamente difícil.
"Se supone que Marte tiene agua en su interior -afirma Di Sisto-. Lo que interesa es si existe en la superficie para saber si puede haber microorganismos, ya que hay algunos que podrían vivir en un medio ambiente de salinidad extrema."
Buscar vida en Marte, sin embargo, es más complicado de lo que parece. De hecho, una revisión conjunta de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y la Fundación Europea de la Ciencia publicada la semana pasada acaba de concluir que la humanidad no está preparada para hacerlo. Los instrumentos humanos podrían llevar microbios terrestres y depositarlos en las áreas en las que se pretende encontrar microorganismos extraterrestres.
Como escribe Lee Billings en Scientific American, "la contaminación podría sabotear la búsqueda de marcianos nativos".
Por eso, antes de que una nave espacial pueda visitar otro planeta, deberá ser esterilizada de acuerdo con reglas estrictas, lo que agregará no sólo tiempo de desarrollo, sino también muchos millones de dólares a las misiones. "Incluso entonces -dice Billings-, los protocolos pueden no ser suficientemente estrictos, ya que las técnicas actuales son incapaces de eliminar completamente los microbios de una nave espacial, y nadie sabe realmente las condiciones de umbral para que las bacterias puedan crear colonias autosuficientes en Marte, o en la Tierra."
De todos modos, la NASA tiene planeada una misión con un rover igual al Curiosity para 2020 que realizará mediciones, llevará equipo de radar para detectar acuíferos subterráneos e intentará tomar muestras.
"Como todavía no podemos resolver el problema de la completa esterilización de los equipos -cuenta Miguel San Martín, el ingeniero argentino que fue precisamente responsable del descenso del Curiosity, una misión destinada a encontrar elementos orgánicos en el planeta rojo-, está planeado que el nuevo rover tome muestras y las ponga en un tarrito para que después otra misión las busque y las ponga en órbita terrestre. Después, una tercera nave debería ir a buscarlas y traerlas a la Tierra. Es muy complicado. Vamos planeando una misión por vez."
Para Tancredi, este nuevo hallazgo "es un paso importante, pero no una confirmación total. Uno quisiera ver fluir el agua. Lo que pasa es que se trata de un proceso intermitente, que puede durar días o meses. Ahora habrá que monitorear con más detalle estas regiones. La presencia de agua líquida es importante si uno proyecta instalar colonias en Marte. Sin duda es un paso más. No el definitivo, pero son evidencias fuertes".
"Hay que tomarlo con cautela -coincide Di Sisto-, porque no es evidencia directa, pero parece consistente. Esos surcos pueden ser hilos de agua con sal que tiene temperatura de congelamiento más bajas."
"No hay que exagerar demasiado -opina San Martín-. Esto no es un río. Es una situación muy interesante, pero no cambia mucho lo que haremos en el futuro."
Fuente LA NACION