El trastorno por déficit de atención tiene un factor genético del 70%


El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tiene un factor genético o de heredabilidad del 70%, según diversos estudios realizados mediante técnicas de biología molecular sobre gemelos y en familiares que presentaban esta afección. El TDAH fue descrito por primera vez en las publicaciones médicas en el año 1902 y consiste en un «trastorno neuropsicobiológico más frecuente en la infancia, que ocupa un lugar destacado en adultos», según explica Pedro Javier Rodríguez Hernández, pediatra del hospital universitario Nuestra Señora de Candelaria de Tenerife. «Su importancia no solo radica en que causa sufrimiento en los niños afectos, sino que también interfiere con el desarrollo social y educacional. Pueden conducir a problemas sociales y psicológicos que duran toda la vida», añade el especialista, miembro del grupo de trabajo de TDAH de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria.
 
Además de a su origen hereditario hay estudios de neuroimagen que muestran diferencias estructurales y funcionales en los cerebros de niños con y sin TDAH. Estos presentan menor volumen cerebral y un menor grosor cortical. Además, otras investigaciones relacionan el trastorno con la presencia ambiental de metales pesados y el consumo de tabaco o exposición al mismo durante la gestación. Este hábito tóxico incrementa un 2,5% el riesgo de padecer TDAH.

La mayoría de los estudios indican que este trastorno afecta al 5% de los niños en edad escolar en España (6% para niños y 3% en adolescentes). En cuanto a la distribución por sexos, el diagnóstico se realiza en cuatro niños por cada niña. Por este motivo, los expertos llaman la atención para realizar un pronto diagnóstico del trastorno. Y para ello son fundamentales tanto los padres como los educadores, los primeros en detectar un comportamiento anómalo de los menores.

El TDAH afecta a la función ejecutiva del individuo necesaria para realizar tareas fundamentales en la actividad cotidiana tales como prestar atención, planificar y organizar los distintos pasos para conseguir un objetivo, reflexionar sobre las posibles consecuencias antes de hacer algo o inhibir la respuesta inadecuada por lo hecho y cambiarla por otra más apropiada.

Tipos de trastorno

El trastorno se caracteriza por la existencia de déficit de atención, acompañado, en ocasiones, por hiperactividad e impulsividad. Estos factores no aparecen siempre a la vez, por lo que se establecen tres subtipos: inatento, en el que predomina el déficit de atención; hiperactivo e impulsivo, en el que predominan la hipercinesis y la impulsividad; y el combinado en el que aparecen los tres síntomas en igualdad grado.

Estas pautas de comportamiento repercuten en el funcionamiento académico, laboral, familiar y social. El déficit de atención interfiere en la adquisición de conocimientos y, por lo tanto, en el rendimiento académico, cuando no en el fracaso. La hiperactividad-impulsividad compromete el cumplimiento de las normas de convivencia, generando conflictos frecuentes, tanto con iguales como con figuras de autoridad. De hecho, diversos estudios destacan una elevada presencia de casos de TDAH entre la población reclusa.

Por otro lado, siete de cada diez pacientes con diagnóstico de TDAH sufren otros trastornos, como negativista desafiante, ansiedad, estado de ánimo, trastorno disocial y trastornos de aprendizaje. Aunque el TDAH se enmarca dentro de los cuadros psiquiátricos infantiles, persiste en el 30% de los pacientes diagnosticados en la niñez. Así, en el adulto, se reconoce por el estrés debido a la elevada exigencia, la baja adaptación y el humor negativo.

Los expertos explican que tanto el tratamiento farmacológico como el no farmacológico han demostrado una efectividad, especialmente cuando se utilizan de manera conjunta. El tratamiento no farmacológico se debe realizar con los padres, con los niños (según la edad) y también con el colegio. Se trata de explicarles en qué consiste el trastorno, por qué se produce y qué pueden hacer para mejorarlo.
 
Fuente PSIQUIATRIA
 
 
 
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