Los paneles solares que más lejos del Sol han logrado funcionar


La sonda Juno de la NASA, que se aproxima al planeta Júpiter tras años de viaje, ha batido un récord al convertirse en el emisario de la humanidad energizado por energía solar más alejado. El hito sucedió a las 19:00 UTC del 13 de enero, cuando la Juno alcanzó una distancia al Sol de aproximadamente 793 millones de kilómetros.

El récord anterior lo tenía la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea, cuya órbita alcanzó la marca máxima de 792 millones de kilómetros en octubre de 2012, durante su aproximación al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.

Lanzada en 2011, la Juno es la primera nave espacial alimentada con energía solar diseñada para operar a una distancia tan grande del Sol. Esta es la razón por la que el área de superficie de los paneles solares necesaria para generar la cantidad adecuada de energía para los sistemas de a bordo es tan grande. La sonda Juno, de 4 toneladas de peso, precisa de paneles solares de 8 metros de largo, tachonados con 18.698 células solares individuales. A la distancia que en la Tierra nos separa del Sol, las células solares tienen el potencial de generar aproximadamente 14 kilovatios de electricidad. Pero transportar esos mismos rectángulos de silicio y arseniuro de galio hasta el lejano Júpiter es una situación muy diferente.

Júpiter está cinco veces más lejos del Sol que la Tierra, y la luz solar que alcanza esa región tiene una intensidad 25 veces menor. Si bien los enormes paneles solares de la Juno generarán solo 500 vatios cuando la nave llegue a Júpiter, esta fue diseñada muy bien y gracias a ello esa potencia eléctrica será más que suficiente para llevar a cabo el trabajo requerido.

Antes de la Juno, ocho naves espaciales han surcado el gélido y oscuro espacio profundo, llegando al menos tan lejos como la órbita de Júpiter. Todas han usado fuentes de energía nuclear para poder abastecer de la electricidad suficiente a los sistemas de a bordo. La energía solar es posible en la Juno debido al gran avance registrado durante los últimos años en tecnología de energía solar, lo que se ha traducido en un rendimiento mejorado de las células solares, y otros avances han permitido disfrutar de unos instrumentos y sistemas de a bordo energéticamente eficientes, de un diseño de misión que evita la sombra de Júpiter, y de una órbita polar que minimiza la radiación total.

Fuente NCYT



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