La civilización de la Isla de Pascua que construyó los moais no desapareció por una guerra


El misterio sobre el ocaso de la cultura que construyó las inquietantes estatuas de la Isla de Pascua (conocidas como moais) sigue sin ninguna explicación clara y definitiva, al refutarse en un estudio reciente la teoría ampliamente aceptada de que una guerra fue lo que destruyó esa sofisticada y extraña civilización.

Entre los años 1200 y 1500 de nuestra era, esta pequeña y remota isla, también conocida como Rapa Nui, y ubicada a 3.000 kilómetros de la costa chilena, estaba habitada por más de 10.000 personas, las cuales se habían organizado en una sociedad bastante avanzada y tecnológicamente sofisticada. Durante ese lapso, los pobladores usaron grandes embarcaciones para la pesca y la navegación, construyeron numerosos edificios y las mundialmente famosas estatuas gigantes (conocidas como moais o Dioses Tiki). Sin embargo, a fines del siglo XVIII, cuando los exploradores europeos arribaron por primera vez a la isla, la población había caído hasta unas 2.000 personas, quienes además vivían en condiciones casi primitivas, sin apenas restos de la rica cultura anterior.

¿A qué se debió esta rara involución? Esta pregunta se la llevan haciendo desde hace mucho tiempo arqueólogos, antropólogos, historiadores y otros científicos.

Un reciente análisis de unos objetos encontrados en las orillas de la Isla de Pascua que originalmente se creyó que se habían usado como puntas de lanza indica que con toda probabilidad se trataba de herramientas de uso general, lo cual contradice la creencia muy extendida de que la antigua civilización fue destruida por la guerra.

La historia tradicional respecto a Rapa Nui sostiene que su pueblo, antes de que llegaran los europeos, agotó sus recursos y que, como resultado, sus integrantes se entregaron a numerosas luchas intestinas, que llevaron al colapso. Esta teoría se ha venido apoyando mucho en los miles de objetos triangulares de obsidiana encontrados en la superficie, conocidos como mata'a. Debido a su gran número y a que están hechos de vidrio cortante, muchos asumieron que los mata'a son las armas de guerra que emplearon los habitantes de la isla para agredirse mutuamente.

El equipo de Carl Lipo, profesor de antropología en la Universidad de Binghamton en Nueva York, Estados Unidos, analizó la variabilidad morfológica de un conjunto de más de 400 mata'a recogidas de la isla y fotografiadas. El análisis se hizo usando una técnica llamada morfometría, que les permitió a los autores del estudio caracterizar las formas de una manera cuantitativa. Con arreglo a la amplia variabilidad de formas en los mata'a y sus diferencias con respecto a otras armas tradicionales, el equipo ha determinado que su función no era la de piezas de armas, y que no representan por tanto las huellas armamentísticas de la guerra.

Según Lipo, los resultados de la nueva investigación apoyan de forma contundente la idea de que esa antigua civilización nunca sufrió esos conflictos bélicos sobre los que se ha teorizado a menudo.

Lipo y sus colegas opinan que los mata'a se encuentran por todo el territorio debido a que se trata en realidad de herramientas para diversas tareas, desde tatuaje ritual, hasta actividades domésticas como el procesamiento de productos vegetales.

Fuente NCYT



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