Las nubes actuales quizá no son como las de antes de la Revolución Industrial


Las partículas en suspensión conocidas como “aerosoles” influyen mucho en la forma en que se forman y cambian las nubes, pero captar de manera precisa este efecto en los modelos climáticos por ordenador ha demostrado ser notablemente difícil. Un nuevo estudio sugiere por qué: o los modelos no consiguen captar con el detalle suficiente los procesos que actúan en las nubes, o los aerosoles son ahora tan omnipresentes en la atmósfera debido a la polución actual que sus efectos concretos sobre las nubes son difíciles de precisar.

Un problema clave es que generalmente carecemos de datos sobre nubes de la era preindustrial, antes de que hubiera contaminación, para poderlas comparar con las nubes de hoy en día. Dado que las nubes son una parte esencial del sistema climático de la Tierra, averiguar cómo se comportaban antes de la Era Industrial podría en última instancia ayudarnos a determinar mejor cuánto llegará a calentarse el mundo por culpa del cambio climático global.

El estudio realizado por el equipo de Steve Ghan, del Laboratorio Nacional estadounidense del Pacífico Noroeste (PNNL), en Richland, Washington, señala al menos dos formas para mejorar potencialmente cómo se simulan las nubes en modelos climáticos. Una es diferenciar mejor los tipos de nubes en los modelos, para tener en cuenta su variabilidad. Otra sería estudiar las nubes que no se ven influenciadas por la contaminación que los humanos hemos ido propagando desde que se inició la era industrial.

Se necesitan investigaciones adicionales para averiguar cuál de las dos hipótesis sobre por qué las nubes preindustriales difieren de las actuales es la correcta.

Una de las hipótesis es que las nubes podrían ser más complejas que el modo en que son representadas en los modelos. Por ejemplo, las nubes podrían tener capas que los científicos no han considerado en ellos, las cuales complican la transferencia de la luz solar hacia dentro y hacia fuera del sistema. En este caso, las nubes antiguas y actuales serían realmente iguales, pero significaría que los modelos carecen de la complejidad esencial necesaria para simular cómo interactúan ellas y los aerosoles.

La otra hipótesis es que las nubes de hoy en día en las regiones del mundo donde se hacen observaciones nunca son tan limpias como lo fueron en la época preindustrial. Los científicos pueden explorar esta posibilidad estudiando nubes situadas sobre las regiones más inmaculadas del mundo, como la situada entre los 40 y 50 grados de latitud en el hemisferio sur.

Fuente NCYT



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