La Tierra es el único planeta que reúne las condiciones específicas y necesarias para preservar la vida tal como la conocemos. Sin embargo, dada la pasión y curiosidad del ser humano por descubrir nuevos horizontes, científicos han conjeturado que necesitamos modificar nuestros genes si queremos sobrevivir en el espacio y tratar de conquistar la última frontera.
Qué dicen los científicos sobre los genes humanos
La doctora Lisa Nip, del MIT de Massachussets, ha indicado que para sobrevivir en condiciones de microgravedad, poco aire y alta radiación de iones durante un largo espacio de tiempo, los humanos necesitamos pedir prestados los genes de algunos de los organismos más duros y resistentes de nuestro planeta, la Tierra.
Según la doctora Nip, usando las herramientas que provee la biología sintética, los científicos podrían modificar genéticamente los mecanismos humanos, así como las plantas y bacterias que que portaríamos al espacio, aún logrando en el proceso las condiciones terrestres en otros planetas, lo que se conoce como terraformación.
Nip añade que este método es más eficiente que la citada terraformación, así como la creación de ambientes herméticos y respirables para el humano en territorios inhóspitos.
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Las limitaciones humanas
Los humanos, tras miles de años de evolución, estamos perfectamente adaptados a las condiciones de este planeta, a su oxígeno, temperatura y singularidades.
No obstante, los exploradores espaciales tendrán que hacer frente a condiciones mucho más duras. Por poner un ejemplo, la microgravedad puede dañar el corazón humano y debilitar los huesos.
Si quisiéramos marchar hasta Marte, el planeta más habitable del Sistema Solar tras la Tierra, tendríamos que hacer frente a una atmósfera muy tenue que no es capaz de protegernos de la radiación, unas temperaturas extremas y nada de lluvia.
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Cambiar los trajes espaciales por cuerpos humanos más resistentes
La doctora Nip propone cambiar las célebres carcasas y trajes espaciales pesados e incómodos por seres humanos más resistentes y evolucionados. Para ello, se ha fijado en una bacteria extremófila llamada Deinococcus radiodurans, que es capaz de aguantar 100 veces más radiación solar que un ser humano.
Como es lógico, un humano con la capacidad de aguantar ambientes extremos tendrá muchas más posibilidades de resistir la dureza de un largo viaje espacial en condiciones muy complejas y duras.
Nip añade que la biología sintética puede alterar el cuerpo humano facilitando la colonización espacial. Además, las plantas pueden ser modificadas para resistir condiciones extremas de frío en otros planetas.
¿Te atreverías a presentarte como cobaya para ser genéticamente modificado y lanzarte a la colonización espacial como un humano superior y más resistente? De momento no es más que una teoría, pero el mundo avanza veloz y a pasos agigantados...
Fuente BATANGA