Como bien sabrás, si eres un habitual lector de Batanga (y si no es así, ¿a qué esperas?), las posibilidades de encontrar vida fuera del planeta Tierra se multiplican con cada nuevo hallazgo que se conoce.
En este caso nos centramos en un misterioso planeta enano de nuestro propio Sistema Solar. Hablamos del pequeño Ceres, ubicado en el Cinturón de Asteroides y con un prometedor futuro por delante.
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¿Cómo es Ceres?
Ceres un un planeta enano que, puesto que su ubicación en el Cinturón de Asteroides, entre Júpiter y Marte, fue considerado durante muchos años como un asteroide propiamente dicho, dada su localización.
Sin embargo, este hecho no siempre fue así. En sus inicios, tras ser descubierto por Giuseppe Piazzi en 1801, era tenido como un planeta más del Sistema Solar. Así pues, se degradó a asteroide años después para volver a subir a la categoría de planeta enano.
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Los misterios de Ceres
Pero Ceres es mucho más que un pequeño planeta en el Cinturón de Asteroides. Pese a su tamaño de tan solo 960 kilómetros de diámetro y una superficie similar a lo que sería Argentina o la India, tiene una masa que supone en 33 % de todo el citado cinturón en el que se localiza y una enorme cantidad de agua congelada.
Se cree que el manto en el que se encuentra el agua congelada es de unos 100 kilómetros de grosor. Sin embargo, dado que en su superficie la temperatura máxima no sube de los 34 grados bajo cero, sí se especula con la existencia de microorganismos.
Se cree que puede contener unos 200 millones de kilómetros cúbicos de agua dulce y en 2014 se descubrió vapor de agua al acercarse al Sol.
Parece evidente pensar que el pequeño Ceres es mucho más de lo que su tamaño y ubicación nos muestran. El problema tal vez surja en que este planeta enano tiene días de unas 9 horas de duración y tarda 4,5 años en dar una vuelta completa al Sol, por lo que sus momentos de máxima temperatura son escasos.
Sin embargo, si que ha conseguido tener un tamaño casi esférico, algo único en todo el Cinturón de Asteroides. Según los científicos, este hecho podría deberse a que esta formación cósmica no deja de ser un proyecto de planeta que finalmente fracasó, dejando las piedras en órbita alrededor del Sol.
Mientras tanto, nos conformaremos especulando sobre las luces que aparecieron en su superficie o vislumbrando el enorme cráter, bautizado como Piazzi en honor a su descubridor.
Fuente BATANGA