Cambios en los pliegues del cerebro a lo largo de la vida de la persona


Una nueva investigación ha explorado la forma en que los pliegues (circunvoluciones) del cerebro humano cambian con la edad.

El estudio es obra de especialistas de la Universidad de Newcastle en el Reino Unido y la Universidad Federal de Río de Janeiro en Brasil.

Al detectar una relación entre el cambio de los pliegues cerebrales con la tensión mecánica en la corteza cerebral (la capa más externa del tejido neuronal en nuestros cerebros), el equipo de Yujiang Wang, de la Universidad de Newcastle, halló que, a medida que envejecemos, la tensión en la corteza parece disminuir. Este efecto fue más pronunciado en personas con el Mal de Alzheimer.

Esta nueva investigación aporta nuevos y reveladores datos sobre los mecanismos que afectan a los pliegues cerebrales y podrían ser usados en el futuro para ayudar a diagnosticar enfermedades del cerebro.

Uno de los rasgos esenciales del cerebro mamífero son los surcos y pliegues sobre la superficie (conformando un patrón que recuerda mucho al de la parte interna comestible de una nuez), pero hasta ahora nadie ha conseguido medir este plegamiento de una forma adecuada.

Cartografiando los pliegues cerebrales de más de 1.000 personas, el equipo de investigación ha mostrado que nuestros cerebros se pliegan conforme a una sencilla ley universal.

En el nuevo estudio se ha investigado la forma en que se pliega el cerebro humano y cómo este “plegamiento cortical” cambia con la edad. En la imagen aparece Yujiang Wang. (Foto: Newcastle University)

Se ha sabido desde hace mucho que el tamaño y grosor de la corteza cambian con la edad, pero la existencia de una ley general para el plegamiento revela ahora una manera de combinar estas mediciones en una única medición del citado plegamiento que puede después ser comparada entre géneros, grupos de edad y estados de salud.

El equipo también ha encontrado que los cerebros masculinos y femeninos difieren en tamaño, área de superficie y el grado de plegamiento. Efectivamente, los cerebros femeninos tienden a estar ligeramente menos plegados que los masculinos de la misma edad. A pesar de eso, ambos parecen seguir exactamente la misma ley.

Fuente NCYT



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