El calentamiento global afecta más a los insectos que a las plantas

Un estudio modeliza la vulnerabilidad de más de 700 especies de animales y plantas de Europa

El cambio climático puede tener más de un efecto negativo sobre la biodiversidad del que se pensaba hasta ahora, según un estudio que ha modelizado la vulnerabilidad de más de 700 especies de animales y plantas de Europa. El estudio ha descubierto que los insectos son más sensibles a las desapariciones de las plantas que éstas a la extinción de polinizadores.

Cuando las plantas desaparecen debido al cambio climático, se pierden también muchas especies animales. Los insectos que dependen de las interacciones con sus socios vegetales son especialmente sensibles a las desapariciones de las plantas de las que dependen. Sin embargo, las plantas son menos sensibles a la desaparición de los aliados animales, según un estudio publicado en “Nature Communication”.

La Campanula es una planta que se verá seriamente afectada por el cambio climático. Es una fuente de alimento esencial para una especie de abeja conocida como Chelostoma rapunculi. La desaparición de Campanula implicaría la desaparición de esta especie de abeja.

Como todas las especies animales y vegetales, son un elemento esencial de las redes ecológicas complejas en las que cada especie está interconectada, por lo que la extinción local de animales o plantas puede desencadenar una reacción en cadena de otras extinciones en el interior de estas redes, por ejemplo como consecuencia del cambio climático, según Matthias Schleuning, del “Senckenberg Biodiversity and Climate Research Centre” en Alemania, primer premier autor del estudio.

El equipo de investigadores realizó una modelización de la vulnerabilidad ante el futuro cambio climático de más de 700 especies animales y vegetales presentes en Europa. Por primera vez, los investigadores han combinado estos modelos con datos sobre las interacciones reales que existen entre las plantas, por un lado, y sus polinizadores y dispersores de polen, por otro.

Estas simulaciones indican que el primer detonante que provoca las cascadas de extinciones vinculadas al cambio climático procede esencialmente de las plantas y son transferidas indirectamente a los animales.

Este efecto dominó es particularmente importante para las especies animales especializadas en interactuar con un reducido grupo de plantas, ya que estas son más sensibles a los cambios climáticos que las especies animales generalistas.

En el futuro, estas especies animales especialistas van a sufrir un doble riesgo de desaparición, ya que tienen pequeños nichos climáticos expuestos al aumento de las temperaturas. La abeja Chelostoma rapunculi está directamente afectada debido al cambio climático, pero también debido a la desaparición de sus principales recursos alimenticios como la campanule, señalan los investigadores.

Menos efectos de los animales sobre las plantas

Por el contrario, los investigadores sólo han detectado un pequeño impacto de la cascada de extinciones en animales sobre las plantas, ya que los animales más afectados por los cambios climáticos interactúan generalmente con un reducido grupo de especies de plantas.

Por ejemplo, la Campanula es visitada por numerosos polinizadores diferentes y por ello no es de esperar que se vea especialmente afectada por la desaparición de un pequeño grupo de polinizadores, destacan los investigadores.

Abejas como Chelostoma rapunculi podrían escapar a la tragedia de su desaparición si pudieran establecer relaciones con nuevos aliados vegetales, pero la capacidad de estos animales para reconstruir sus relaciones con el entorno no es todavía bien conocida.

Los animales que dependen especialmente de algunas especies de plantas durante su ciclo de desarrollo son los que están más expuestos a su extinción. Por ello, los insectos polinizadores como las abejas son los más proclives a su extinción en relación por ejemplo con los pájaros, que tienden a ser más flexibles en la elección de sus recursos alimenticios.

Este estudio demuestra que el cambio climático tiene un impacto directo sobre muchas especies animales, pero también un efecto indirecto. En consecuencia, el cambio climático puede tener más de un efecto negativo sobre la biodiversidad del que se pensaba hasta ahora, según los investigadores.
Fuente NCYT



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