Es probable que la vida en la Tierra tal como la conocemos no terminará por el impacto de un meteorito gigante como el que borró a los dinosaurios de la faz de nuestro planeta hace 65 millones de años.
La sexta extinción masiva, la cual tendrá la capacidad de eliminar entre el 70 y 90% de los animales y plantas del planeta, tendrá un sólo responsable: el ser humano.
Eso es lo que cree el reconocido investigador mexicano Gerardo Ceballos, quien sostiene que esa sexta extinción.
La sexta extinción masiva, la cual tendrá la capacidad de eliminar entre el 70 y 90% de los animales y plantas del planeta, tendrá un sólo responsable: el ser humano.
Eso es lo que cree el reconocido investigador mexicano Gerardo Ceballos, quien sostiene que esa sexta extinción.
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El estudio, que abarca 27.600 especies de vertebrados, afirma que 32% de ellas decrecieron tanto en tamaño de población como en distribución geográfica entre 1900 y 2015.
Los mamíferos en particular perdieron 30% o más de su rango geográfico y 40% de las especies sufrieron bajas severas en su población, superando el 80% en algunos casos.
Para el investigador titular del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México "es más grave que el impacto de un meteorito porque está siendo causada por nosotros, es decir, podríamos evitar esta extinción".
Extinción normal vs. extinción masiva
La desaparición de especies es parte un proceso natural. Unas mueren y otras surgen a lo largo de periodos de millones de años. Es tan usual que los científicos la llaman "extinción normal".
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En las extinciones masivas, en cambio, la amplia mayoría de las plantas y animales desaparecen de manera catastrófica por algún fenómeno natural, como el impacto de un meteorito, el vulcanismo o cambios en la configuración de los mares.
La sexta extinción masiva es más grave que el impacto de un meteorito porque está siendo causada por nosotros, es decir, podríamos evitar esta extinción"
Gerardo Ceballos, investigador titular del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México
Gerardo Ceballos, investigador titular del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México
En un trabajo de 2015, Ceballos había demostrado que en el último siglo se extinguieron casi 200 especies de vertebrados.
Sin embargo, según la tasa de extinción en los últimos 2 millones de años, la desaparición de esas 200 especies debería haber tomado 10.000 años.
"Las tasas actuales de extinción están muy por encima de las tasas 'normales' que prevalecen entre las cinco extinciones masivas anteriores", había escrito Ceballos hace dos años.
Tan sólo en las últimas dos décadas, varias especies de mamíferos consideradas comunes ingresaron a las listas rojas de conservación.
La población de leones africanos (Panthera leo) cayó 43% desde 1993 y sólo quedan 7.000 guepardos (Acinonyx jubatus) viviendo en el 9% de lo que era su territorio histórico, por citar algunos ejemplos.
En el nuevo estudio, el investigador mexicano demuestra que la extinción poblacional es hoy de una magnitud mayor y más frecuente que la de especies.
Las extinciones poblacionales son un preludio de las de especies y, por eso, según el trabajo, "el sexto episodio de extinción masiva en la Tierra está más avanzado de lo que la mayoría asume".
Todas están disminuyendo
Dentro de las 27.600 especies de vertebrados estudiadas, está el rango completo de estado de conservación: hay especies en peligro crítico, en peligro, vulnerables, casi amenazadas y de preocupación menor.
"Es todo el abanico de abundancia que puedes encontrar en la naturaleza", dice Ceballos, cuyo estudio se basa en datos científicos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
De acuerdo con su investigación, 8.851 de esas especies perdieron población en el último siglo.
Allí hay mamíferos, anfibios, aves y reptiles grandes y pequeños, muy comunes o en peligro de extinción, con extensos o restringidos rangos geográficos y de todas partes del planeta.
La disminución poblacional va desde menos de 100 ejemplares en especies en peligro crítico de extinción como el gibón de Hainan (Nomascus hainanus) hasta varios millones de individuos en especies comunes como la golondrina (Hirundo rustica).
Lo mismo pasa con la distribución geográfica. La caída de ejemplares puede verse en especies restringidas a pequeñas áreas como el semillero azul (Amaurospiza carrizalensis), cuyo hábitat es de menos de 1 kilómetro cuadrado en el norte de Venezuela.
Pero la caída también se registra en especies distribuidas en cientos de miles de kilómetros cuadrados, como el perro venadero o de monte (Speothos venaticus), que habita en América del Sur.
Ceballos afirma: "Por eso llegamos a la conclusión de que es una extinción masiva".
Sin embargo, según la tasa de extinción en los últimos 2 millones de años, la desaparición de esas 200 especies debería haber tomado 10.000 años.
"Las tasas actuales de extinción están muy por encima de las tasas 'normales' que prevalecen entre las cinco extinciones masivas anteriores", había escrito Ceballos hace dos años.
Tan sólo en las últimas dos décadas, varias especies de mamíferos consideradas comunes ingresaron a las listas rojas de conservación.
La población de leones africanos (Panthera leo) cayó 43% desde 1993 y sólo quedan 7.000 guepardos (Acinonyx jubatus) viviendo en el 9% de lo que era su territorio histórico, por citar algunos ejemplos.
En el nuevo estudio, el investigador mexicano demuestra que la extinción poblacional es hoy de una magnitud mayor y más frecuente que la de especies.
Las extinciones poblacionales son un preludio de las de especies y, por eso, según el trabajo, "el sexto episodio de extinción masiva en la Tierra está más avanzado de lo que la mayoría asume".
Todas están disminuyendo
Dentro de las 27.600 especies de vertebrados estudiadas, está el rango completo de estado de conservación: hay especies en peligro crítico, en peligro, vulnerables, casi amenazadas y de preocupación menor.
"Es todo el abanico de abundancia que puedes encontrar en la naturaleza", dice Ceballos, cuyo estudio se basa en datos científicos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
De acuerdo con su investigación, 8.851 de esas especies perdieron población en el último siglo.
Allí hay mamíferos, anfibios, aves y reptiles grandes y pequeños, muy comunes o en peligro de extinción, con extensos o restringidos rangos geográficos y de todas partes del planeta.
La disminución poblacional va desde menos de 100 ejemplares en especies en peligro crítico de extinción como el gibón de Hainan (Nomascus hainanus) hasta varios millones de individuos en especies comunes como la golondrina (Hirundo rustica).
Lo mismo pasa con la distribución geográfica. La caída de ejemplares puede verse en especies restringidas a pequeñas áreas como el semillero azul (Amaurospiza carrizalensis), cuyo hábitat es de menos de 1 kilómetro cuadrado en el norte de Venezuela.
Pero la caída también se registra en especies distribuidas en cientos de miles de kilómetros cuadrados, como el perro venadero o de monte (Speothos venaticus), que habita en América del Sur.
Ceballos afirma: "Por eso llegamos a la conclusión de que es una extinción masiva".
"Pequeña ventana"
No toda la comunidad científica acepta que la sexta extinción masiva ya comenzó.
Stuart Pimm, investigador de la Universidad Duke, en Estados Unidos, dijo al periódico inglés The Guardian que, si bien la conclusión general del estudio de Ceballos es correcta, la extinción masiva "todavía no empezó": "Estamos en el borde".
Para Ceballos esa diferencia es menor. Y es que, según su estudio, "la ventana para una acción eficaz es muy corta, probablemente dos o tres décadas como mucho".
"Habría muchas razones para evitar la extinción masiva: éticas, filosóficas, morales, religiosas, económicas", dice a BBC Mundo.
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"Pero la razón más importante, que es la que nos preocupa a los científicos, es que si se siguen perdiendo especies a este ritmo, lo más seguro es que haya un colapso de la civilización. Y a largo plazo puede incluso amenazar la existencia misma de la humanidad".
Fuente BBC MUNDO