Las actividades humanas dejan una huella sísmica

Es diferente según se trate de un partido del Barça o de un concierto de Springsteen

Determinadas actividades humanas, como un partido del Barça o un concierto de Bruce Springsteen, generan pequeños movimientos sísmicos con diferentes estructuras armónicas, según la gente salte de alegría por un gol o baile una canción. Los sismómetros pueden monitorizar también los niveles de tráfico o la circulación del metro y ayudar así a la planificación urbanística.

Una investigación desarrollada en el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (ICTJA) de Barcelona ha descubierto que determinadas actividades humanas provocan ligeros movimientos sísmicos y que el impacto de estas actividades es diferente según la naturaleza de esta actividad.

Los autores de esta investigación han podido determinar que el registro sísmico no es el mismo cuando se marca un gol de Messi en el Camp Nou que cuando Bruce Springsteen interpreta una de sus canciones en el mismo estadio.

Lo han descubierto al instalar un sismógrafo a 500 metros del Camp Nou, con la finalidad de medir el impacto telúrico de las actividades humanas. Así han podido medir los microtemblores generados por la circulación del metro y del tráfico rodado, además de los causados por los conciertos de rock y determinados partidos de fútbol.

Las conclusiones son sorprendentes, según ha explicado esta semana en Viena uno de los autores de esta investigación, Jordi Díaz. Señaló que el sismógrafo se activa cada vez que el Barça marca un gol significativo en el Camp Nou: en ese momento, la gente salta y el estadio tiembla.

El pico del sismógrafo es diferente según la importancia del gol, añade. Y también cuando registra un concierto en vez de un partido de fútbol: el impacto de la gente brincando de alegría por un gol es diferente al del público que baila durante un concierto.

Aparecen estructuras armónicas, energía localizada en amplitudes precisas, para cada experiencia, explicó. Incluso estas estructuras armónicas varían dependiendo de la naturaleza de una canción, ya que cada una de ellas tiene un patrón particular, como comprobaron durante un concierto de Bruce Springsteen el año pasado.

Díaz señala en un comunicado del ICTJA que la señal obtenida durante ese concierto de Bruce Springsteen es “una de las más interesantes, ya que contiene mucha información. Los registros nos permiten incluso distinguir las diferentes canciones interpretadas durante el concierto, ya que cuando cambia el ritmo y la intensidad de la música, cambia también la manera como el público hace vibrar el suelo”.

Tráfico rodado y ferroviario

El sismómetro detecta asimismo las vibraciones generadas por la circulación del metro o el tráfico rodado. El trabajo muestra como el sismómetro detecta las variaciones en el paso de vehículos por la avenida Diagonal, una de las principales arterias de acceso a la ciudad.

Díaz asegura que "la señal nos muestra la evolución del tráfico a lo largo de la semana y del día. Observamos en ella los picos que se producen cada mañana a primera hora y el descenso del paso de vehículos durante la noche o los fines de semana".

Según el artículo, el sismómetro puede también captar la circulación de los convoyes de la Línea 3 del metro. "El Instituto se encuentra a unos 150 metros de la estación de metro de Palau Reial así que podemos detectar el paso de cada uno de los trenes", indica Jordi Díaz.

Herramienta complementaria

Los autores del estudio han podido observar en la señal registrada “las variaciones en la frecuencia de paso de los convoyes a los largo del día y de la semana. A partir de las diez de la noche y los fines de semana podemos ver como los intervalos entre los picos de máxima intensidad de la señal se incrementan”.

El trabajo muestra, según Díaz, que “los sismómetros pueden ser utilizados como una herramienta complementaria para monitorizar de forma fácil determinados procesos del entorno urbano, como los niveles de tráfico o la circulación del metro”.

Asimismo, este análisis aporta información de interés para los arquitectos sobre el comportamiento de los edificios, según los autores de esta investigación, ya que tanto los partidos de fútbol, como los conciertos, los maratones, las ráfagas de viento o las olas del mar, tienen cada una su propia firma sísmica.




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