Científicos han detectado la presencia de grandes moléculas de carbono, cuyo origen podría estar incluso en la presencia de seres vivos. Esto constata que la luna de Saturno tiene todos los ingredientes necesarios para la vida
Encélado es una luna de Saturno que apenas mide 500 kilómetros de diámetro y que tiene el aspecto de una enorme bola de nieve. Hace unos años no parecía ser un lugar muy interesante, pero las observaciones, sobre todo de la ya perdida sonda Cassini, han revelado que Encélado es uno de los lugares del Sistema Solar más prometedores para encontrar vida extraterrestre. En primer lugar, porque bajo una corteza de hielo que rodea todo el mundo, existe un océano global de agua líquida. Y en segundo lugar, porque allí se han encontrado indicios de la presencia de actividad hidrotermal y de pequeñas moléculas orgánicas. De hecho, en Encélado solo falta detectar azufre y fósforo para que existan todos los ingredientes necesarios para la aparición de la vida tal y como la conocemos, compuesta de proteínas, lípidos o nucleótidos –de la que no conocemos no podemos decir mucho–.
Un estudio que se acaba de publicar en Nature ha detectado una nueva huella de que Encélado es un lugar aparentemente idóneo para el desarrollo de vida extraterrestre. Científicos del «Soutwest Research Institute» (SwRI) (Estados Unidos) y de la Universidad de Heidelberg (Alemania) han detectado en esta luna la presencia de grandes moléculas orgánicas, compuestas por largos «esqueletos» de carbono, como los que forman parte de las biomoléculas. Los indicios apuntan a que en el océano de la pequeña luna existe una enorme variedad de moléculas basadas en el carbono.
«Esto muestra que Encélado tiene los tres ingredientes básicos necesarios para albergar vida»
«Encontrar moléculas orgánicas complejas en Encélado muestra que esta luna tiene los tres ingredientes básicos necesarios para albergar vida: el agua líquida, una fuente de energía y moléculas orgánicas», ha explicado a ABC Christopher Glein, coautor del estudio e investigador en el SwRI. «Además de la Tierra, no había otro lugar en el Sistema Solar donde se hubieran descubierto estas tres pruebas y que pudiera albergar vida en el presente».
¿Cómo son dichas moléculas? Según ha explicado a ABC Nozair Khawaja, primer autor del estudio junto a Frank Postberg, ambos de la Universidad de Heidelberg, por lo que se sabe de momento «muestran una estructura típica de moléculas orgánicas muy complejas». Según ha proseguido Khawaja: «Estas moléculas enormes contienen una compleja red de cientos de átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno y probablemente nitrógeno y forman estructuras con forma de anillos y cadenas».
De ahí la importancia de este estudio: «Es la primera vez que se detectan moléculas tan grandes y complejas en un mundo acuático extaterrestre. Por eso, esto sugiere fuertemente la necesidad de volver a Encélado para explorar su océano sub-superficial con instrumentos modernos», ha sugerido el primer autor del estudio.
Antes de ser desintegrada en la atmósfera de Saturno en septiembre de 2017, la sonda Cassini, de la NASA, cumplió una de sus últimas misiones. Pasó por las proximidades del polo sur de Encélado para volver a analizar la composición de las «plumas», grandes penachos de hielo y vapor de origen crio-volcánico que brotan del interior del mundo a través de unas fracturas en el hielo.
Las «plumas» de Encélado
En esta ocasión, un espectrómetro de masas de la Cassini detectó la presencia de moléculas orgánicas de más de 200 unidades de masa, diez veces más masivas que el metano. Estos datos sugieren, según los investigadores, la presencia de una fina capa de moléculas orgánicas sobre la superficie del océano y bajo el hielo. Estas estarían constantemente removidas por las burbujas y el agitado interior de Encélado, de forma que ven muy probable que se formen grumos o escamas de materiales orgánicos e incluso gotas de agua salada. ¿Sería este un buen caldo de cultivo para seres vivos?
La vida, una posible explicación
«Nuestro equipo ha detectado la presencia de grandes macromoléculas ricas en carbono», ha proseguido Glein. «Aún no comprendemos cómo se formaron, pero en el artículo repasamos un rango de posibilidades, desde una síntesis abiótica a partir de precursores inorgánicos, la ruptura de moléculas preexistentes a la la síntesis biológica impulsada por la riqueza de hidrógeno en el océano».
En 2015, la NASA confirmó en Encélado la presencia de hidrógeno molecular, una pequeña molécula que sugiere que allí hay actividad hidrotermal y un desequilibrio geoquímico que en la Tierra es fundamental para que los microbios puedan vivir.
«En la Tierra, el hidrógeno es una fuente de enerquía química para los microorganismos que viven en las chimeneas hidrotermales», ha dicho Hunter Waite, coautor del estudio y principal investigador de uno de los instrumentos de la Cassini. «Esto es como identificar la potencial fuente de comida para los microbios. Así que, la próxima pregunta es: ¿cuál es la naturaleza de las moléculas orgánicas en este océano? Por eso, creo que este artículo es el primer paso en la tarea de comprender esto».
Tal como ha dicho Glein, ahora tratarán de refinar los modelos para averiguar cuál puede ser el origen de estas moléculas orgánicas. En un futuro lejano, una nave robótica podría aterrizar en esta luna. «Estamos trabajando en conceptos para enviar naves a Encélado, de forma que podamos obtener información más detallada sobre la composición de las moléculas orgánicas. Hemos detectado las cosas importantes; ¡ahora solo nos queda entenderlas!».
Por encima de todo, lo que más les intriga es si lo que han detectado puede ser una señal de actividad biológica. «Encélado es una mina de oro para la astrobiología», ha dicho Christopher Glein.
Por su parte, Nozair Khawaja ha recordado que los instrumentos de Cassini fueron diseñados cuando los científicos ni siquiera sabían que en Encélado había «plumas» de hielo y vapor. «Estos instrumentos probablemente no tienen la capacidad de distinguir entre el origen biótico y abiótico de las moléculas. Pero con la tecnología de hoy, podemos construir instrumentos modernos para explorar la habitabilidad de Encélado», ha dicho el primer autor del estudio. «Por eso, el próximo paso lógico es volver a Encélado para buscar vida extraterrestre».
Importante para los exoplanetas
En la actualidad existen varios candidatos prioritarios para buscar vida fuera de la Tierra. Estos son Marte, Europa (una luna de Júpiter) y Titán (otra de las lunas de Saturno). Pero solo Encélado tiene, además de agua líquida y moléculas orgánicas, un ciclo biogeoquímico capaz de proporcionarle a los seres vivos una fuente de energía.
Esto es especialmente relevante para la investigación en astrobiología en exoplanetas (planetas más allá del Sistema Solar), puesto que este tipo de fenómenos pueden permitir el desarrollo de la vida en océanos no superficiales. Esto conlleva que puede aparecer vida lejos de la zona de habitabilidad de las estrellas, la región donde las estrellas permiten que exista agua líquida en superficie en sus planetas. Además, hace posible que las estrellas que emiten grandes cantidades de radiación puedan acoger planetas en cuyo interior se desarrolle la vida.
En la Tierra, el hidrógeno molecular y el dióxido de carbono son una fuente de energía para microorganismos en chimeneas hidrotermales, en las profundidades de los océanos donde los rayos de Sol no llegan jamás. Pero, ¿está ocurriendo algo así en Encélado? El hallazgo, en 2017, de hidrógeno molecular y de un ciclo biogeoquímico no permiten concluirlo, pero sí que aumentan las esperanzas de que así sea.
Hunter Waite, el primer autor del estudio que detectó el hidrógeno dijo: «No podemos concluir que Encélado alberga seres vivos, y es difícil hacer predicciones, porque no sabemos si el origen de la vida es inevitable o algo que ocurre una vez en el Universo», dijo por entonces. «¡Esto es precisamente lo que nos motiva a explorar más!».
Pero, qué ocurriría si, con todas las precauciones, ¿se detectara vida en esta pequeña y remota luna de Saturno? «Si la vida está presente en Encélado, esto cambiaría para siempre la comprensión de cuál es lugar que ocupa la Humanidad en el Universo», dijo Waite.
Encélado es una luna de Saturno que apenas mide 500 kilómetros de diámetro y que tiene el aspecto de una enorme bola de nieve. Hace unos años no parecía ser un lugar muy interesante, pero las observaciones, sobre todo de la ya perdida sonda Cassini, han revelado que Encélado es uno de los lugares del Sistema Solar más prometedores para encontrar vida extraterrestre. En primer lugar, porque bajo una corteza de hielo que rodea todo el mundo, existe un océano global de agua líquida. Y en segundo lugar, porque allí se han encontrado indicios de la presencia de actividad hidrotermal y de pequeñas moléculas orgánicas. De hecho, en Encélado solo falta detectar azufre y fósforo para que existan todos los ingredientes necesarios para la aparición de la vida tal y como la conocemos, compuesta de proteínas, lípidos o nucleótidos –de la que no conocemos no podemos decir mucho–.
Un estudio que se acaba de publicar en Nature ha detectado una nueva huella de que Encélado es un lugar aparentemente idóneo para el desarrollo de vida extraterrestre. Científicos del «Soutwest Research Institute» (SwRI) (Estados Unidos) y de la Universidad de Heidelberg (Alemania) han detectado en esta luna la presencia de grandes moléculas orgánicas, compuestas por largos «esqueletos» de carbono, como los que forman parte de las biomoléculas. Los indicios apuntan a que en el océano de la pequeña luna existe una enorme variedad de moléculas basadas en el carbono.
«Esto muestra que Encélado tiene los tres ingredientes básicos necesarios para albergar vida»
«Encontrar moléculas orgánicas complejas en Encélado muestra que esta luna tiene los tres ingredientes básicos necesarios para albergar vida: el agua líquida, una fuente de energía y moléculas orgánicas», ha explicado a ABC Christopher Glein, coautor del estudio e investigador en el SwRI. «Además de la Tierra, no había otro lugar en el Sistema Solar donde se hubieran descubierto estas tres pruebas y que pudiera albergar vida en el presente».
¿Cómo son dichas moléculas? Según ha explicado a ABC Nozair Khawaja, primer autor del estudio junto a Frank Postberg, ambos de la Universidad de Heidelberg, por lo que se sabe de momento «muestran una estructura típica de moléculas orgánicas muy complejas». Según ha proseguido Khawaja: «Estas moléculas enormes contienen una compleja red de cientos de átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno y probablemente nitrógeno y forman estructuras con forma de anillos y cadenas».
De ahí la importancia de este estudio: «Es la primera vez que se detectan moléculas tan grandes y complejas en un mundo acuático extaterrestre. Por eso, esto sugiere fuertemente la necesidad de volver a Encélado para explorar su océano sub-superficial con instrumentos modernos», ha sugerido el primer autor del estudio.
Antes de ser desintegrada en la atmósfera de Saturno en septiembre de 2017, la sonda Cassini, de la NASA, cumplió una de sus últimas misiones. Pasó por las proximidades del polo sur de Encélado para volver a analizar la composición de las «plumas», grandes penachos de hielo y vapor de origen crio-volcánico que brotan del interior del mundo a través de unas fracturas en el hielo.
Las «plumas» de Encélado
Estas «plumas» expulsan vapor y partículas a alta velocidad y forman uno de los anillos de Saturno, el E, a medida que Encélado gira en torno al gigantesco planeta gaseoso. Pero, aparte de eso, estos chorros son un incomparable atajo para los científicos que quieren entender cómo es el interior de Encélado sin aterrizar allí con una nave, puesto que sacan a la luz lo que se esconde bajo el hielo de la luna.
La vida, una posible explicación
«Nuestro equipo ha detectado la presencia de grandes macromoléculas ricas en carbono», ha proseguido Glein. «Aún no comprendemos cómo se formaron, pero en el artículo repasamos un rango de posibilidades, desde una síntesis abiótica a partir de precursores inorgánicos, la ruptura de moléculas preexistentes a la la síntesis biológica impulsada por la riqueza de hidrógeno en el océano».
En 2015, la NASA confirmó en Encélado la presencia de hidrógeno molecular, una pequeña molécula que sugiere que allí hay actividad hidrotermal y un desequilibrio geoquímico que en la Tierra es fundamental para que los microbios puedan vivir.
«En la Tierra, el hidrógeno es una fuente de enerquía química para los microorganismos que viven en las chimeneas hidrotermales», ha dicho Hunter Waite, coautor del estudio y principal investigador de uno de los instrumentos de la Cassini. «Esto es como identificar la potencial fuente de comida para los microbios. Así que, la próxima pregunta es: ¿cuál es la naturaleza de las moléculas orgánicas en este océano? Por eso, creo que este artículo es el primer paso en la tarea de comprender esto».
Tal como ha dicho Glein, ahora tratarán de refinar los modelos para averiguar cuál puede ser el origen de estas moléculas orgánicas. En un futuro lejano, una nave robótica podría aterrizar en esta luna. «Estamos trabajando en conceptos para enviar naves a Encélado, de forma que podamos obtener información más detallada sobre la composición de las moléculas orgánicas. Hemos detectado las cosas importantes; ¡ahora solo nos queda entenderlas!».
Por encima de todo, lo que más les intriga es si lo que han detectado puede ser una señal de actividad biológica. «Encélado es una mina de oro para la astrobiología», ha dicho Christopher Glein.
Por su parte, Nozair Khawaja ha recordado que los instrumentos de Cassini fueron diseñados cuando los científicos ni siquiera sabían que en Encélado había «plumas» de hielo y vapor. «Estos instrumentos probablemente no tienen la capacidad de distinguir entre el origen biótico y abiótico de las moléculas. Pero con la tecnología de hoy, podemos construir instrumentos modernos para explorar la habitabilidad de Encélado», ha dicho el primer autor del estudio. «Por eso, el próximo paso lógico es volver a Encélado para buscar vida extraterrestre».
Importante para los exoplanetas
En la actualidad existen varios candidatos prioritarios para buscar vida fuera de la Tierra. Estos son Marte, Europa (una luna de Júpiter) y Titán (otra de las lunas de Saturno). Pero solo Encélado tiene, además de agua líquida y moléculas orgánicas, un ciclo biogeoquímico capaz de proporcionarle a los seres vivos una fuente de energía.
Esto es especialmente relevante para la investigación en astrobiología en exoplanetas (planetas más allá del Sistema Solar), puesto que este tipo de fenómenos pueden permitir el desarrollo de la vida en océanos no superficiales. Esto conlleva que puede aparecer vida lejos de la zona de habitabilidad de las estrellas, la región donde las estrellas permiten que exista agua líquida en superficie en sus planetas. Además, hace posible que las estrellas que emiten grandes cantidades de radiación puedan acoger planetas en cuyo interior se desarrolle la vida.
En la Tierra, el hidrógeno molecular y el dióxido de carbono son una fuente de energía para microorganismos en chimeneas hidrotermales, en las profundidades de los océanos donde los rayos de Sol no llegan jamás. Pero, ¿está ocurriendo algo así en Encélado? El hallazgo, en 2017, de hidrógeno molecular y de un ciclo biogeoquímico no permiten concluirlo, pero sí que aumentan las esperanzas de que así sea.
Hunter Waite, el primer autor del estudio que detectó el hidrógeno dijo: «No podemos concluir que Encélado alberga seres vivos, y es difícil hacer predicciones, porque no sabemos si el origen de la vida es inevitable o algo que ocurre una vez en el Universo», dijo por entonces. «¡Esto es precisamente lo que nos motiva a explorar más!».
Pero, qué ocurriría si, con todas las precauciones, ¿se detectara vida en esta pequeña y remota luna de Saturno? «Si la vida está presente en Encélado, esto cambiaría para siempre la comprensión de cuál es lugar que ocupa la Humanidad en el Universo», dijo Waite.
De momento, habrá que esperar para buscar las posibles huellas de vida en Encélado. Cassini no estaba diseñada para encontrar su rastro y, en todo caso, ya hace meses que se desintegró. «Necesitaremos una próxima misión para responder a las preguntas astrobiológicas que ha despertado esta investigación. Una misión llamada "Enceladus Life Finder" (ELF) está bajo estudio, pero aún está compitiendo por conseguir su oportunidad para volar», dijo Hunter Waite, en 2017. ¿Qué descubriremos si viajamos a Encélado en las próximas décadas?
Fuente ABC CIENCIA