Eta Carinae es la más brillante y la más considerable estrella en un radio de 10.000 años luz. Constantemente emite una gran cantidad rayos cósmicos, informa un nuevo estudio. En un pasado no tan lejano era imposible realizar ciertos descubrimientos debido a los insuficientes avances tecnológicos.
Ahora, al combinar los datos recolectados previamente con los provenientes de nuevas observaciones, los investigadores de la NASA lograron encontrar una nueva fuente de rayos cósmicos, cuyos orígenes fueron tema de debate.
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Los rayos cósmicos son partículas cargadas de mucha energía que alcanzan nuestro planeta desde fuera del sistema solar. No obstante, estas partículas suelen tener una carga eléctrica y, debido a ella, cambian su rumbo al encontrarse con campos magnéticos. Esto dificulta la búsqueda de sus orígenes.
Hasta el momento se desconocía si los rayos cósmicos procedían de estrellas que explotan en la Vía Láctea, de las nubes de gas en galaxias lejanas o de la descomposición de materia oscura en el centro de la galaxia.
"Sabemos que las ondas de impacto de estrellas que explosionan pueden acelerar las partículas de rayos cósmicos a velocidades cercanas a la velocidad de la luz, es un increíble impulso de energía", explicó Kenji Hamaguchi, el autor del estudio.
De acuerdo con él, procesos similares pueden ocurrir en otros ambientes extremos. El análisis publicado en Nature Astronomy indica que Eta Carinae presenta condiciones semejantes.
Eta Carinae se encuentra a unos 7.500 años luz de la Tierra y se hizo famosa por un estallido que la hizo visible desde la Tierra en el siglo XIX. En aquella ocasión fue la segunda estrella más brillante en el cielo nocturno.
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En detalle, se trata de un sistema compuesto por dos estrellas de distintos tamaños. La más grande tiene una masa de 90 soles de nuestro sistema solar y la de menor tamaño, alrededor de 30.
Según explican los investigadores, ambas estrellas emiten unos potentes vientos solares, que se colisionan regularmente y crean nubes gaseosas. Pero su estudio se vio dificultado por la "mala agudeza de visión" del telescopio espacial de rayos gamma Fermi.
Ahora, gracias al nuevo telescopio NuSTAR, los científicos pudieron correlacionar los datos ya existentes con los nuevos para estudiar los vientos solares de Eta Carinae.
Resulta que la temperatura que alcanza el lugar de colisión de los vientos solares de las dos estrellas llega a los 40 millones de grados Celsius. Al mismo tiempo, el nuevo telescopio detectó una radiación de rayos X que es tres veces más alta de lo que podría explicarse por los vientos en colisión.
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En el estudio, los científicos explicaron esta potente emisión de rayos X y gamma por una potente aceleración de electrones que se produce en estas nubes gaseosas. Según ellos, algunos de estos electrones superrápidos, y otras partículas aceleradas, escapan del sistema solar e incluso podrían llegar hasta la Tierra, donde se detectarían como rayos cósmicos.
Ahora, al combinar los datos recolectados previamente con los provenientes de nuevas observaciones, los investigadores de la NASA lograron encontrar una nueva fuente de rayos cósmicos, cuyos orígenes fueron tema de debate.
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Hasta el momento se desconocía si los rayos cósmicos procedían de estrellas que explotan en la Vía Láctea, de las nubes de gas en galaxias lejanas o de la descomposición de materia oscura en el centro de la galaxia.
"Sabemos que las ondas de impacto de estrellas que explosionan pueden acelerar las partículas de rayos cósmicos a velocidades cercanas a la velocidad de la luz, es un increíble impulso de energía", explicó Kenji Hamaguchi, el autor del estudio.
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Eta Carinae se encuentra a unos 7.500 años luz de la Tierra y se hizo famosa por un estallido que la hizo visible desde la Tierra en el siglo XIX. En aquella ocasión fue la segunda estrella más brillante en el cielo nocturno.
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Resulta que la temperatura que alcanza el lugar de colisión de los vientos solares de las dos estrellas llega a los 40 millones de grados Celsius. Al mismo tiempo, el nuevo telescopio detectó una radiación de rayos X que es tres veces más alta de lo que podría explicarse por los vientos en colisión.
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En el estudio, los científicos explicaron esta potente emisión de rayos X y gamma por una potente aceleración de electrones que se produce en estas nubes gaseosas. Según ellos, algunos de estos electrones superrápidos, y otras partículas aceleradas, escapan del sistema solar e incluso podrían llegar hasta la Tierra, donde se detectarían como rayos cósmicos.
La investigadora jefa de NuSTAR y profesora de astronomía, Fiona Harrison, dijo que era cosa sabida que una potente emisión de energía provenía de la región de Eta Carinae. No obstante, "antes de que NuSTAR lograra localizar la radiación, el origen era todo un misterio", concluyó la investigadora.
Fuente MUNDO SPUTNIK