Una hipótesis es que la culpa fue de una prolongada sequía, y ahora tenemos la mejor evidencia de que este fue el caso. El análisis de “agua fósil” ha demostrado que hubo la mitad de la lluvia que entre el año 800 y el 1000, y que en ocasiones durante este período hubo un 70 por ciento menos de lluvia.
Mientras que el análisis isotópico ha existido durante décadas, el equipo de Evans ha desarrollado un método que por primera vez permite medir simultáneamente los niveles de todos los diferentes isótopos de oxígeno e hidrógeno, revelando una gran cantidad de información: niveles de lluvia, temperatura del agua e incluso niveles de humedad.
“Obtenemos la imagen climática completa”, dice Evans, quien la usa para estudiar el clima pasado en muchos otros lugares y dice que incluso podría revelar cómo era Marte en el pasado.
Si bien este trabajo no puede probar causa y efecto, cada vez hay más evidencia de que en todo el mundo muchos períodos de agitación y guerra coincidieron con el cambio climático. La sequía podría haber tenido un efecto dominó, dice Evan, con la falta de alimentos que conduce a disturbios, guerras y desintegración política, y la caída eventual de la elite gobernante de los mayas.