Después de habernos alimentado por milenios, los simpáticos cerdos están cerca de prestar un nuevo servicio a la humanidad. La fascinante ruta tecnológica hacia el trasplante de órganos animales en seres humanos dio recientemente un paso trascendental, que te invitamos a conocer.
Nuestros parientes más próximos serían pésimos donantes
Los xenotrasplantes, también llamados heterotrasplantes o trasplantes heterólogos, son una especialidad en franco desarrollo, consistente en trasplantar el órgano de una especie a otra, aunque puede darse también con un alcance menor, como el trasplante de células o de tejidos. Cuando el trasplante ocurre entre individuos de una misma especie, por ejemplo, una madre que dona un riñón a su hija, se habla de alotrasplantes.
Apartando las consideraciones éticas, podría pensarse que para resolver el déficit de órganos para trasplantes humanos, el camino más sencillo sería extraerlos de nuestros familiares más próximos, los primates. Por ejemplo, el ser humano comparte un 98,9 % de su genoma con el chimpancé. El problema con los chimpancés y en general con los primates, es su facilidad para transmitir enfermedades, haciendo inviables los trasplantes. Por sorprendente que pueda parecer, el animal ideal para xenotraspantes a humanos es el humilde cerdo.
También te recomendamos leer: «¿Cuánto cuesta un cuerpo humano?»
Hígados de cerdo que ya ayudan a sobrevivir
Cada año se realizan en el mundo cerca de 120 000 trasplantes de órganos, pero las listas de espera son enormes, lo que dio entrada a la nefasta práctica del tráfico de partes orgánicas. Los órganos del cerdo son parecidos en tamaño a los de los seres humanos, se cuentan entre los menos incompatibles con el hombre y se trata de un animal fácil de criar, por lo que el suministro de glándulas para trasplante sería inagotable, terminando con el delito del tráfico de órganos. Ya desde el pasado siglo se realizan implantes de válvulas cardiacas de cerdos en corazones humanos. Incluso, hay pacientes que han sobrevivido con un hígado de cerdo externamente conectado a su organismo, mientras esperaban la llegada del ansiado hígado humano para el trasplante.
También te recomendamos leer: «¿Cuáles son los órganos sin los que podemos vivir?»
Entre virus y retrovirus
Los seres vivos portamos virus y retrovirus. Los virus son más fáciles de eliminar; en cambio, con los retrovirus la cosa es más complicada. Uno de los problemas con los trasplantes de órganos de animales a seres humanos es que los retrovirus siguen incorporados a la estructura genética de la parte orgánica del donante y pueden desencadenar su acción destructiva tan pronto reconocen que están en un cuerpo extraño. Pero recientemente se ha dado un paso vital.
Científicos de la Universidad de Harvard, el Instituto Wyss de Boston y la Universidad de Zhejiang en Hangzhou, China, han logrado desactivar todos los 62 genomas retrovirales integrados al genoma porcino, un hecho sin precedentes en la ciencia genética. Después de este logo, pareciera que no están tan lejos unas granjas de cerdos inmaculadamente limpias, destinadas a la crianza de órganos.
También puedes leer: «¿Qué es un virus?»
El cerdo logra poner de acuerdo a las principales religiones
El mundo ha sufrido y sigue sufriendo muerte y desolación por los fanatismos religiosos. Al menos en este caso, las principales religiones no discrepan, lo que quizá sea una mala noticia para los cerdos pero muy buena para la humanidad. Los cristianos nunca han tenido problemas para comer cerdo y mucho menos los tendrían para portar un hígado o un riñón porcino. El Islam y el Judaísmo desprecian al cerdo como pitanza por ser carne impura, pero ya algunos de sus militantes aclararon que llevar un hígado de cerdo no es lo mismo que comérselo.
Los hinduistas han dicho que siempre que no sea un riñón de vaca, no tienen problemas en ayudarse a orinar con la glándula de cualquier otro animal. Habrá que declarar al cerdo como gran benefactor de la humanidad. Aparte de las vidas que podrá salvar como donante universal de órganos, quizá se convierta en figura de la concordia religiosa.
Nuestros parientes más próximos serían pésimos donantes
Los xenotrasplantes, también llamados heterotrasplantes o trasplantes heterólogos, son una especialidad en franco desarrollo, consistente en trasplantar el órgano de una especie a otra, aunque puede darse también con un alcance menor, como el trasplante de células o de tejidos. Cuando el trasplante ocurre entre individuos de una misma especie, por ejemplo, una madre que dona un riñón a su hija, se habla de alotrasplantes.
Apartando las consideraciones éticas, podría pensarse que para resolver el déficit de órganos para trasplantes humanos, el camino más sencillo sería extraerlos de nuestros familiares más próximos, los primates. Por ejemplo, el ser humano comparte un 98,9 % de su genoma con el chimpancé. El problema con los chimpancés y en general con los primates, es su facilidad para transmitir enfermedades, haciendo inviables los trasplantes. Por sorprendente que pueda parecer, el animal ideal para xenotraspantes a humanos es el humilde cerdo.
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Hígados de cerdo que ya ayudan a sobrevivir
Cada año se realizan en el mundo cerca de 120 000 trasplantes de órganos, pero las listas de espera son enormes, lo que dio entrada a la nefasta práctica del tráfico de partes orgánicas. Los órganos del cerdo son parecidos en tamaño a los de los seres humanos, se cuentan entre los menos incompatibles con el hombre y se trata de un animal fácil de criar, por lo que el suministro de glándulas para trasplante sería inagotable, terminando con el delito del tráfico de órganos. Ya desde el pasado siglo se realizan implantes de válvulas cardiacas de cerdos en corazones humanos. Incluso, hay pacientes que han sobrevivido con un hígado de cerdo externamente conectado a su organismo, mientras esperaban la llegada del ansiado hígado humano para el trasplante.
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Entre virus y retrovirus
Los seres vivos portamos virus y retrovirus. Los virus son más fáciles de eliminar; en cambio, con los retrovirus la cosa es más complicada. Uno de los problemas con los trasplantes de órganos de animales a seres humanos es que los retrovirus siguen incorporados a la estructura genética de la parte orgánica del donante y pueden desencadenar su acción destructiva tan pronto reconocen que están en un cuerpo extraño. Pero recientemente se ha dado un paso vital.
Científicos de la Universidad de Harvard, el Instituto Wyss de Boston y la Universidad de Zhejiang en Hangzhou, China, han logrado desactivar todos los 62 genomas retrovirales integrados al genoma porcino, un hecho sin precedentes en la ciencia genética. Después de este logo, pareciera que no están tan lejos unas granjas de cerdos inmaculadamente limpias, destinadas a la crianza de órganos.
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El cerdo logra poner de acuerdo a las principales religiones
El mundo ha sufrido y sigue sufriendo muerte y desolación por los fanatismos religiosos. Al menos en este caso, las principales religiones no discrepan, lo que quizá sea una mala noticia para los cerdos pero muy buena para la humanidad. Los cristianos nunca han tenido problemas para comer cerdo y mucho menos los tendrían para portar un hígado o un riñón porcino. El Islam y el Judaísmo desprecian al cerdo como pitanza por ser carne impura, pero ya algunos de sus militantes aclararon que llevar un hígado de cerdo no es lo mismo que comérselo.
Los hinduistas han dicho que siempre que no sea un riñón de vaca, no tienen problemas en ayudarse a orinar con la glándula de cualquier otro animal. Habrá que declarar al cerdo como gran benefactor de la humanidad. Aparte de las vidas que podrá salvar como donante universal de órganos, quizá se convierta en figura de la concordia religiosa.
Fuente VIX