Visto por última vez en 1958, probablemente enterrado bajo metros de capas y capas de hielo, se encuentra uno de los vehículos más fascinantes, enormes y espectaculares de la historia: el Antarctic Snow Cruiser. Mirá el video.
En enero del 1940 un gigante llegó a la Antártida. Se trataba de un vehículo totalmente diferente a cualquier otro construido hasta la fecha. Sus dimensiones eran inmensas: 17 metros de largo, 5 de altura y 6 de ancho. Su creador estaba convencido de que sería capaz de recorrer miles de kilómetros propulsado por sus 4 ruedas de 3 metros de diámetro. Había llegado el momento de comprobar si el Antartic Snow Cruiser pasaría a la historia como una revolucionaria invención, o como uno de los más ingenuos fracasos, según Cabovolo.
La Segunda Guerra Mundial era ya inminente, en 1939, y una expedición alemana llevaba un año explorando la costa antártica. Aunque, supuestamente, la expedición tenía fines científicos, los americanos sospechaban que su verdadero objetivo era el establecimiento de una base para posteriormenteproclamar la soberanía alemana sobre la zona.
El gobierno norteamericano decidió financiar una expedición conjunta a la Antártida. Habría dos campos base, trineos tirados por perros, soporte y reconocimiento aéreo, radio, excavadoras y tractores para transportar los suministros.
La llegada del enorme vehículo a la Antártida.
Al poco de iniciarse los preparativos, Thomas Poulter ideó un nuevo concepto de transporte. Físico de profesión, se había convertido en una figura reputada cuando en el invierno de 1934 y después de recorrer con un tractor 160 kilómetros atravesando una gran ventisca y sufriendo temperaturas de hasta 57 grados bajo cero rescató a una expedición.
Poulter ideó el vehículo de transporte antártico ideal. Tendría que disponer de una autonomía de entre 6.500 y 9.500 kilómetros y ser capaz de atravesar grietas en el hielo de hasta 4,6 de ancho. Además, debería de poder transportar medios para la observación aérea, un pequeño avión cargado en el techo del vehículo, poder viajar todo el año y de forma ininterrumpida durante las 24 horas del día, moviéndose a no menos de 8km/h.
Debería poder albergar una tripulación de 4 a 6 miembros, con habitáculos para dormir, comer, realizar experimentos científicos y transportar todas las provisiones para, por lo menos, un año. Por último, tenía que estar equipado con equipos de radios para estar en contacto permanente con los Estados Unidos.
Y llegó a un acuerdo con el gobierno estadounidense.
Una vez acabado el diseño del Snow Cruiser, Poulter encargó su fabricación a la Pullman Company, un conocido fabricante de material ferroviario de Chicago. Tal vez, por eso, el vehículo final tenía un cierto aire de tren-cama. El gigante descansaba sobre cuatro ruedas gigantes equipadas con neumáticos. En su interior podían dormir 4 personas, y había un pequeño taller de soldadura, un cuarto oscuro, una cocina y una sala de control. Tanto el cuarto de radio como el de navegación eran suficientemente grandes para albergar a todos los miembros de la tripulación simultáneamente. Aún así, sobraba espacio para guardar todas las provisiones necesarias para un año, dos ruedas de repuesto y dos motores diésel, otros dos eléctricos, y dos bombas hidráulicas. Los depósitos podían almacenar más de 16.000 litros de varios tipos de combustible.
La estructura del "Pingüino", como también era conocido el Snow Cruiser, era de vigas de acero bajo en carbono, material seleccionado por su resistencia a las bajas temperaturas. La "piel" era de chapa de acero, escogido por ser un material ligero, según los diseñadores.
El costo total había sido de 150.000 dólares (casi tres actuales). Sin tiempo para realizar grandes ensayos o pruebas, partió hacia Chicago para ser exhibido en público durante un día. Incluso con escolta policial, el trayecto por la calles de Chicago creó numerosos problemas de tráfico.
Luego fue llevado a Boston. El Snow Cruiser congregaba multitudes por donde pasaba. En las carreteras principales, la policía tenía que cortar el tráfico porque el Snow Cruiser ocupaba ambos carriles.
El viaje estuvo marcado por una multitud de pequeños problemas mecánicos: la rotura de una rueda, problemas con los circuitos del aceite o el recalentamiento del sistema de frenos, que ardió, bajando una pendiente y hasta la caída al río pasando por un puente demasiado estrecho.
Finalmente, el 13 de noviembre el Snow Cruiser llegó a Boston. Había recorrido1.640 km, una media de 240 kilómetros al día. A la mañana siguiente fue embarcado en el North Star, y al día siguiente empezaba su camino hacia la Antártida. En el viaje se le instalaron brújulas giroscópicas, pequeños generadores, el equipamiento de la cocina y el de la sala de máquinas, también se equiparon las zonas de descanso y las de día.
A principios de enero de 1940, el Snow Cruiser llegó a su destino, la Bahía de Ballenas, en la Antártida. Bastó un corto trayecto sobre la nieve para comprobar que algunas de las suposiciones hechas sobre el comportamiento de la nieve no eran exactas. Las ruedas, sin dibujo, giraban sin control y se hundían en la nieve, para sorpresa de Poulter, la nieve no era compacta, sino que estaba bastante blanda y suelta.
Los siguientes intentos por seguir avanzando aún dieron peores resultados. Las ruedas se hundían aún más y el Cruiser quedó bloqueado. En uno de los últimos intentos de ese verano, el Cruiser tardó 15 horas en cubrir una distancia de kilómetro y medio.
Los periódicos lo llamaban "completo fracaso" o "dinosaurio sobre ruedas". El último intento fue a principios de primavera. Los circuitos hidráulicos estaban atascados, tuvo una serie de averías en las bombas, los fusibles. El Snow Cruiser había dado sus últimos pasos sobre la nieve. La máxima distancia que había cubierto eran 154 km, todos marcha atrás, pues la tripulación había descubierto que yendo marcha atrás mejoraba la tracción.
A principios de enero de 1940, el Snow Cruiser llegó a su destino, la Bahía de Ballenas, en la Antártida.
El Snow Cruiser demostró cuáles eran sus verdaderas virtudes: sus cómodos y cálidos habitáculos. Su sistema de calefacción funcionaba bastante bien y a la tripulación les bastaban unas mantas ligeras para dormir. Durante el invierno antártico, los científicos aprovecharon el tiempo haciendo algunos experimentos sismológicos, mediciones de rayos cósmicos y tomando muestras del hielo a diferentes profundidades.
A principios de 1941, la falta de fondos provocó la cancelación de la misión y con ella el retorno de la expedición a Estados Unidos. El Snow Cruiser quedó solo y abandonado. No se volvió a saber nada de él hasta que en 1958, otra expedición volvió a toparse con él. Aunque estaba cubierto por una buena capa de nieve, una caña de bambú marcaba su posición y ayudó a encontrarlo. El interior se encontraba tal como lo había dejado su tripulación, periódicos, revistas y cigarrillos estaban dispersos por su interior.
En 1958, otra expedición volvió a toparse con él. Aunque estaba cubierto por una buena capa de nieve, una caña de bambú marcaba su posición y ayudó a encontrarlo. El interior se encontraba tal como lo había dejado su tripulación, periódicos, revistas y cigarrillos estaban dispersos por su interior. Fue la última vez que se lo vio.
Esta fue la última vez que alguien vio el Snow Cruiser, las expediciones posteriores no encontraron ni rastro de él. Se especuló sobre la posibilidad de que la Unión Soviética lo hubiera rescatado y se lo hubiera llevado. Sin embargo, parece ser que lo más probable es que se encuentre en el fondo del océano o enterrado bajo una buena capa de hielo y nieve. A mediados de la década de 1960, una parte bastante considerable de la Barrera de Hielo de Ross, en la que se encontraba el Snow Cruiser se desprendió y quedó a la deriva. La rotura ocurrió muy cerca de la base americana de Little America, pero se desconoce en qué lado estaba el Snow Cruiser.
En enero del 1940 un gigante llegó a la Antártida. Se trataba de un vehículo totalmente diferente a cualquier otro construido hasta la fecha. Sus dimensiones eran inmensas: 17 metros de largo, 5 de altura y 6 de ancho. Su creador estaba convencido de que sería capaz de recorrer miles de kilómetros propulsado por sus 4 ruedas de 3 metros de diámetro. Había llegado el momento de comprobar si el Antartic Snow Cruiser pasaría a la historia como una revolucionaria invención, o como uno de los más ingenuos fracasos, según Cabovolo.
La Segunda Guerra Mundial era ya inminente, en 1939, y una expedición alemana llevaba un año explorando la costa antártica. Aunque, supuestamente, la expedición tenía fines científicos, los americanos sospechaban que su verdadero objetivo era el establecimiento de una base para posteriormenteproclamar la soberanía alemana sobre la zona.
El gobierno norteamericano decidió financiar una expedición conjunta a la Antártida. Habría dos campos base, trineos tirados por perros, soporte y reconocimiento aéreo, radio, excavadoras y tractores para transportar los suministros.
La llegada del enorme vehículo a la Antártida.
Al poco de iniciarse los preparativos, Thomas Poulter ideó un nuevo concepto de transporte. Físico de profesión, se había convertido en una figura reputada cuando en el invierno de 1934 y después de recorrer con un tractor 160 kilómetros atravesando una gran ventisca y sufriendo temperaturas de hasta 57 grados bajo cero rescató a una expedición.
Poulter ideó el vehículo de transporte antártico ideal. Tendría que disponer de una autonomía de entre 6.500 y 9.500 kilómetros y ser capaz de atravesar grietas en el hielo de hasta 4,6 de ancho. Además, debería de poder transportar medios para la observación aérea, un pequeño avión cargado en el techo del vehículo, poder viajar todo el año y de forma ininterrumpida durante las 24 horas del día, moviéndose a no menos de 8km/h.
Debería poder albergar una tripulación de 4 a 6 miembros, con habitáculos para dormir, comer, realizar experimentos científicos y transportar todas las provisiones para, por lo menos, un año. Por último, tenía que estar equipado con equipos de radios para estar en contacto permanente con los Estados Unidos.
Y llegó a un acuerdo con el gobierno estadounidense.
Una vez acabado el diseño del Snow Cruiser, Poulter encargó su fabricación a la Pullman Company, un conocido fabricante de material ferroviario de Chicago. Tal vez, por eso, el vehículo final tenía un cierto aire de tren-cama. El gigante descansaba sobre cuatro ruedas gigantes equipadas con neumáticos. En su interior podían dormir 4 personas, y había un pequeño taller de soldadura, un cuarto oscuro, una cocina y una sala de control. Tanto el cuarto de radio como el de navegación eran suficientemente grandes para albergar a todos los miembros de la tripulación simultáneamente. Aún así, sobraba espacio para guardar todas las provisiones necesarias para un año, dos ruedas de repuesto y dos motores diésel, otros dos eléctricos, y dos bombas hidráulicas. Los depósitos podían almacenar más de 16.000 litros de varios tipos de combustible.
La estructura del "Pingüino", como también era conocido el Snow Cruiser, era de vigas de acero bajo en carbono, material seleccionado por su resistencia a las bajas temperaturas. La "piel" era de chapa de acero, escogido por ser un material ligero, según los diseñadores.
El costo total había sido de 150.000 dólares (casi tres actuales). Sin tiempo para realizar grandes ensayos o pruebas, partió hacia Chicago para ser exhibido en público durante un día. Incluso con escolta policial, el trayecto por la calles de Chicago creó numerosos problemas de tráfico.
Luego fue llevado a Boston. El Snow Cruiser congregaba multitudes por donde pasaba. En las carreteras principales, la policía tenía que cortar el tráfico porque el Snow Cruiser ocupaba ambos carriles.
El viaje estuvo marcado por una multitud de pequeños problemas mecánicos: la rotura de una rueda, problemas con los circuitos del aceite o el recalentamiento del sistema de frenos, que ardió, bajando una pendiente y hasta la caída al río pasando por un puente demasiado estrecho.
Finalmente, el 13 de noviembre el Snow Cruiser llegó a Boston. Había recorrido1.640 km, una media de 240 kilómetros al día. A la mañana siguiente fue embarcado en el North Star, y al día siguiente empezaba su camino hacia la Antártida. En el viaje se le instalaron brújulas giroscópicas, pequeños generadores, el equipamiento de la cocina y el de la sala de máquinas, también se equiparon las zonas de descanso y las de día.
A principios de enero de 1940, el Snow Cruiser llegó a su destino, la Bahía de Ballenas, en la Antártida. Bastó un corto trayecto sobre la nieve para comprobar que algunas de las suposiciones hechas sobre el comportamiento de la nieve no eran exactas. Las ruedas, sin dibujo, giraban sin control y se hundían en la nieve, para sorpresa de Poulter, la nieve no era compacta, sino que estaba bastante blanda y suelta.
Los siguientes intentos por seguir avanzando aún dieron peores resultados. Las ruedas se hundían aún más y el Cruiser quedó bloqueado. En uno de los últimos intentos de ese verano, el Cruiser tardó 15 horas en cubrir una distancia de kilómetro y medio.
Los periódicos lo llamaban "completo fracaso" o "dinosaurio sobre ruedas". El último intento fue a principios de primavera. Los circuitos hidráulicos estaban atascados, tuvo una serie de averías en las bombas, los fusibles. El Snow Cruiser había dado sus últimos pasos sobre la nieve. La máxima distancia que había cubierto eran 154 km, todos marcha atrás, pues la tripulación había descubierto que yendo marcha atrás mejoraba la tracción.
A principios de enero de 1940, el Snow Cruiser llegó a su destino, la Bahía de Ballenas, en la Antártida.
El Snow Cruiser demostró cuáles eran sus verdaderas virtudes: sus cómodos y cálidos habitáculos. Su sistema de calefacción funcionaba bastante bien y a la tripulación les bastaban unas mantas ligeras para dormir. Durante el invierno antártico, los científicos aprovecharon el tiempo haciendo algunos experimentos sismológicos, mediciones de rayos cósmicos y tomando muestras del hielo a diferentes profundidades.
A principios de 1941, la falta de fondos provocó la cancelación de la misión y con ella el retorno de la expedición a Estados Unidos. El Snow Cruiser quedó solo y abandonado. No se volvió a saber nada de él hasta que en 1958, otra expedición volvió a toparse con él. Aunque estaba cubierto por una buena capa de nieve, una caña de bambú marcaba su posición y ayudó a encontrarlo. El interior se encontraba tal como lo había dejado su tripulación, periódicos, revistas y cigarrillos estaban dispersos por su interior.
En 1958, otra expedición volvió a toparse con él. Aunque estaba cubierto por una buena capa de nieve, una caña de bambú marcaba su posición y ayudó a encontrarlo. El interior se encontraba tal como lo había dejado su tripulación, periódicos, revistas y cigarrillos estaban dispersos por su interior. Fue la última vez que se lo vio.
Esta fue la última vez que alguien vio el Snow Cruiser, las expediciones posteriores no encontraron ni rastro de él. Se especuló sobre la posibilidad de que la Unión Soviética lo hubiera rescatado y se lo hubiera llevado. Sin embargo, parece ser que lo más probable es que se encuentre en el fondo del océano o enterrado bajo una buena capa de hielo y nieve. A mediados de la década de 1960, una parte bastante considerable de la Barrera de Hielo de Ross, en la que se encontraba el Snow Cruiser se desprendió y quedó a la deriva. La rotura ocurrió muy cerca de la base americana de Little America, pero se desconoce en qué lado estaba el Snow Cruiser.
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