Los resultados de estudios previos indican que practicar la meditación con regularidad puede ayudar a aliviar algunos síntomas en personas que sufren de dolores crónicos.
En un nuevo estudio, los investigadores han comprobado que las personas que durante ocho semanas fueron entrenadas para la meditación, resultaron ser más capaces de controlar un tipo específico de ondas cerebrales, las ondas alfa.
Las ondas alfa ayudan a suprimir la información sensorial irrelevante o que nos distrae de lo verdaderamente importante.
Para este estudio, reclutaron a 12 individuos que nunca habían practicado la meditación. La mitad de los participantes fueron entrenados en una técnica llamada MBSR durante un período de ocho semanas, mientras que a la otra mitad se les pidió que no meditasen.
Los investigadores escanearon el cerebro de los sujetos antes de comenzar el estudio, transcurridas tres semanas desde el inicio del mismo, y al final del periodo de ocho semanas.
A las ocho semanas, los sujetos que habían sido entrenados para practicar la meditación mostraron grandes cambios en el tamaño (amplitud) de sus ondas alfa cuando se les pedía que prestaran atención a, por ejemplo, una parte de su cuerpo. Estos cambios en el tamaño de las ondas también se produjeron más rápidamente en las personas que practicaban la meditación.
Los participantes en este estudio no sufrían de dolores crónicos, pero, según Christopher Moore del MIT y sus colaboradores, los resultados del estudio sugieren que en las personas que sufren de dolor crónico y encuentran alivio del mismo al practicar la meditación, esos efectos beneficiosos pueden provenir de su habilidad aprendida para, esencialmente, reducir el nivel de intensidad de las señales de dolor.
Por otra parte, los sujetos entrenados en la meditación también declararon sentir menos estrés que quienes no hicieron meditación.
En un nuevo estudio, los investigadores han comprobado que las personas que durante ocho semanas fueron entrenadas para la meditación, resultaron ser más capaces de controlar un tipo específico de ondas cerebrales, las ondas alfa.
Las ondas alfa ayudan a suprimir la información sensorial irrelevante o que nos distrae de lo verdaderamente importante.
Para este estudio, reclutaron a 12 individuos que nunca habían practicado la meditación. La mitad de los participantes fueron entrenados en una técnica llamada MBSR durante un período de ocho semanas, mientras que a la otra mitad se les pidió que no meditasen.
Los investigadores escanearon el cerebro de los sujetos antes de comenzar el estudio, transcurridas tres semanas desde el inicio del mismo, y al final del periodo de ocho semanas.
A las ocho semanas, los sujetos que habían sido entrenados para practicar la meditación mostraron grandes cambios en el tamaño (amplitud) de sus ondas alfa cuando se les pedía que prestaran atención a, por ejemplo, una parte de su cuerpo. Estos cambios en el tamaño de las ondas también se produjeron más rápidamente en las personas que practicaban la meditación.
Los participantes en este estudio no sufrían de dolores crónicos, pero, según Christopher Moore del MIT y sus colaboradores, los resultados del estudio sugieren que en las personas que sufren de dolor crónico y encuentran alivio del mismo al practicar la meditación, esos efectos beneficiosos pueden provenir de su habilidad aprendida para, esencialmente, reducir el nivel de intensidad de las señales de dolor.
Por otra parte, los sujetos entrenados en la meditación también declararon sentir menos estrés que quienes no hicieron meditación.
Fuente ALFAOMEGA MC