Acciones como comprender y recordar estarían más asociadas con el hipocampo (el área del cerebro responsable de la memoria y la navegación espacial). Las funciones cognitivas de nivel superior, como crear, evaluar, analizar y aplicar, involucrarían a las áreas corticales responsables de la toma de decisiones, asociación y motivación. Los procesos de pensamiento más complejos serían más beneficiosos para el aprendizaje porque implican más conexiones neuronales y más "interacciones" neurológicas.
El aprendizaje activo (o proactivo, mejor dicho) aprovecharía esta conversación cruzada, estimulando una variedad de áreas del cerebro y promoviendo una memoria sólida. Después de la teorización de Benjamin Bloom hace casi 70 años, se construyó un conocimiento nuevo e importante; Es probable que el tema, bastante interesante, experimente importantes adiciones a la neurociencia en el futuro.
