La explosión de una supernova habría causado una extinción masiva en la Tierra hace 359 millones de años. Provocó el calentamiento del clima, el colapso de la capa de ozono y la desaparición del 83% de las especies.
Un estudio de la Universidad de Illinois ha llegado a la conclusión de que eventos astronómicos provocados por una supernova fueron los responsables de la extinción masiva de especies que tuvo lugar en la Tierra hace 359 millones de años, durante el Devónico tardío.
La extinción masiva del Devónico es una de las cinco grandes extinciones que se han producido en la historia de la Tierra: el 83% de las especies se extinguieron entonces.
La nueva investigación plantea que la extinción ocurrió cuando la Tierra experimentó un colapso repentino de la capa de ozono, provocado por un rápido calentamiento del clima de la Tierra. Además, el planeta habría estado expuesto a una repentina explosión de radiación solar.
Según los investigadores, es posible que la explosión de una supernova provocara el agotamiento del ozono que habría provocado la extinción. Consideran que la explosión de escombros de esa supernova habría sometido al planeta a una irradiación de larga duración.
Después de analizar varias causas posibles del agotamiento de la capa de ozono por eventos espaciales, como impactos de meteoritos, explosiones de rayos gamma y erupciones solares, consideran que la pista de la supernova es la más coherente para explicar la crisis de la capa de ozono y la subsiguiente extinción: es poco probable que alguno de estos eventos haya tenido un impacto duradero en el ozono.
“Más bien creemos que una o más explosiones de supernovas, a unos 65 años luz de la Tierra, podrían ser responsables de la pérdida prolongada de ozono”, explica el director de este estudio, Brian Fields, un comunicado.
Rayos cósmicos asesinos
Consideran que rayos cósmicos asesinos procedentes de supernovas cercanas podrían ser los causantes de la extinción masiva del Devónico: ciertos isótopos radiactivos en el registro de rocas de la Tierra confirmarían este escenario.
Esas rocas contienen cientos de miles de generaciones de esporas de plantas que parecen haber sido quemadas por la luz ultravioleta, evidencia de un evento de agotamiento del ozono de larga duración.
Los investigadores plantean que una o más explosiones de supernovas, ocurridas a unos 65 años luz de distancia de la Tierra, podrían haber sido las responsables de la pérdida prolongada de ozono y de la subsiguiente extinción masiva de especies.
Los investigadores señalan a la estrella Betelgeuse, que se encuentra a más de 600 años luz de distancia, en la constelación de Orión, como referente del supuesto episodio cósmico que ocurrió hace 359 millones de años y afectó a la Tierra.
Betelgeuse, referente
Betelgeuse ha pasado ya la etapa más importante de su vida: está agotando el combustible de su núcleo, que le proporcionaba energía para crecer hasta las enormes dimensiones actuales, y está expuesta a una explosión cósmica. Podría estar a punto de convertirse en supernova.
Si Betelgeuse estuviera más cerca de la Tierra, su explosión inmediatamente bañaría nuestro planeta con rayos ultravioleta, rayos X y rayos gamma dañinos. Más tarde, la explosión de los escombros de la supernova golpearía al sistema solar, sometiendo al planeta a una irradiación de larga duración de rayos cósmicos acelerados por la supernova. El daño a la Tierra y su capa de ozono podría durar hasta 100.000 años.
Algo así debió ocurrir cuando se produjo la extinción masiva del Devónico-Carbonífero, consideran los investigadores, aunque la evidencia fósil sugiere la posibilidad de múltiples catástrofes, tal vez incluso múltiples explosiones de supernovas.
«Esto es completamente posible», explica el coautor del estudio, Jesse Miller. «Las estrellas masivas suelen aparecer en cúmulos con otras estrellas masivas, y es probable que se produzcan otras supernovas poco después de la primera explosión», añade.
Isótopos clave
El equipo dijo que la clave para demostrar que ocurrió una supernova sería encontrar los isótopos radiactivos plutonio-244 y samario-146 en las rocas y fósiles depositados en el momento de la extinción.
Los investigadores aún tienen que buscar Pu-244 o Sm-146 en rocas del límite Devónico-Carbonífero. El equipo de Fields dijo que su estudio tiene como objetivo definir los patrones de evidencia en el registro geológico que apuntarían a explosiones de supernovas.
«El mensaje general de nuestro estudio es que la vida en la Tierra no existe de forma aislada», dijo Fields. «Somos ciudadanos de un cosmos más grande, y el cosmos interviene en nuestras vidas, a menudo de manera imperceptible, pero a veces con ferocidad», concluye.
Un estudio de la Universidad de Illinois ha llegado a la conclusión de que eventos astronómicos provocados por una supernova fueron los responsables de la extinción masiva de especies que tuvo lugar en la Tierra hace 359 millones de años, durante el Devónico tardío.
La extinción masiva del Devónico es una de las cinco grandes extinciones que se han producido en la historia de la Tierra: el 83% de las especies se extinguieron entonces.
La nueva investigación plantea que la extinción ocurrió cuando la Tierra experimentó un colapso repentino de la capa de ozono, provocado por un rápido calentamiento del clima de la Tierra. Además, el planeta habría estado expuesto a una repentina explosión de radiación solar.
Según los investigadores, es posible que la explosión de una supernova provocara el agotamiento del ozono que habría provocado la extinción. Consideran que la explosión de escombros de esa supernova habría sometido al planeta a una irradiación de larga duración.
Después de analizar varias causas posibles del agotamiento de la capa de ozono por eventos espaciales, como impactos de meteoritos, explosiones de rayos gamma y erupciones solares, consideran que la pista de la supernova es la más coherente para explicar la crisis de la capa de ozono y la subsiguiente extinción: es poco probable que alguno de estos eventos haya tenido un impacto duradero en el ozono.
“Más bien creemos que una o más explosiones de supernovas, a unos 65 años luz de la Tierra, podrían ser responsables de la pérdida prolongada de ozono”, explica el director de este estudio, Brian Fields, un comunicado.
Rayos cósmicos asesinos
Consideran que rayos cósmicos asesinos procedentes de supernovas cercanas podrían ser los causantes de la extinción masiva del Devónico: ciertos isótopos radiactivos en el registro de rocas de la Tierra confirmarían este escenario.
Esas rocas contienen cientos de miles de generaciones de esporas de plantas que parecen haber sido quemadas por la luz ultravioleta, evidencia de un evento de agotamiento del ozono de larga duración.
Los investigadores plantean que una o más explosiones de supernovas, ocurridas a unos 65 años luz de distancia de la Tierra, podrían haber sido las responsables de la pérdida prolongada de ozono y de la subsiguiente extinción masiva de especies.
Los investigadores señalan a la estrella Betelgeuse, que se encuentra a más de 600 años luz de distancia, en la constelación de Orión, como referente del supuesto episodio cósmico que ocurrió hace 359 millones de años y afectó a la Tierra.
Betelgeuse, referente
Betelgeuse ha pasado ya la etapa más importante de su vida: está agotando el combustible de su núcleo, que le proporcionaba energía para crecer hasta las enormes dimensiones actuales, y está expuesta a una explosión cósmica. Podría estar a punto de convertirse en supernova.
Si Betelgeuse estuviera más cerca de la Tierra, su explosión inmediatamente bañaría nuestro planeta con rayos ultravioleta, rayos X y rayos gamma dañinos. Más tarde, la explosión de los escombros de la supernova golpearía al sistema solar, sometiendo al planeta a una irradiación de larga duración de rayos cósmicos acelerados por la supernova. El daño a la Tierra y su capa de ozono podría durar hasta 100.000 años.
Algo así debió ocurrir cuando se produjo la extinción masiva del Devónico-Carbonífero, consideran los investigadores, aunque la evidencia fósil sugiere la posibilidad de múltiples catástrofes, tal vez incluso múltiples explosiones de supernovas.
«Esto es completamente posible», explica el coautor del estudio, Jesse Miller. «Las estrellas masivas suelen aparecer en cúmulos con otras estrellas masivas, y es probable que se produzcan otras supernovas poco después de la primera explosión», añade.
Isótopos clave
El equipo dijo que la clave para demostrar que ocurrió una supernova sería encontrar los isótopos radiactivos plutonio-244 y samario-146 en las rocas y fósiles depositados en el momento de la extinción.
Los investigadores aún tienen que buscar Pu-244 o Sm-146 en rocas del límite Devónico-Carbonífero. El equipo de Fields dijo que su estudio tiene como objetivo definir los patrones de evidencia en el registro geológico que apuntarían a explosiones de supernovas.
«El mensaje general de nuestro estudio es que la vida en la Tierra no existe de forma aislada», dijo Fields. «Somos ciudadanos de un cosmos más grande, y el cosmos interviene en nuestras vidas, a menudo de manera imperceptible, pero a veces con ferocidad», concluye.
Fuente TENDENCIAS 21