La interrupción del sueño es un factor reconocido en todos los trastornos de ansiedad.
Por otro lado, las oscilaciones del sueño no REM ofrecen un beneficio ansiolítico y mejoran estas redes cerebrales después de una buena noche de sueño.
Incluso las pequeñas reducciones nocturnas del sueño pueden predecir los consiguientes aumentos de los niveles de estrés al día siguiente.
Estos hallazgos contribuyen a una mayor comprensión del vínculo íntimo entre el sueño y la ansiedad.
Un estudio publicado en Nature Human Behavior investigó los mecanismos cerebrales básicos que subyacen al impacto ansiogénico de la pérdida del sueño.El insomnio está relacionado con la actividad alterada de la corteza prefrontal medial y cambios en su conectividad con las regiones límbicas.
Por otro lado, las oscilaciones del sueño no REM ofrecen un beneficio ansiolítico y mejoran estas redes cerebrales después de una buena noche de sueño.
Incluso las pequeñas reducciones nocturnas del sueño pueden predecir los consiguientes aumentos de los niveles de estrés al día siguiente.
Estos hallazgos contribuyen a una mayor comprensión del vínculo íntimo entre el sueño y la ansiedad.
Fuente ALFA OMEGA MC