Un extraño resplandor cósmico proveniente del espacio profundo emite una luz que hasta el momento no había sido detectada en el universo. Podría tratarse del eco lumínico de estrellas lejanas y muertas o, incluso, de la colisión de partículas de materia oscura.
Quizás el universo no sea tan oscuro como lo imaginamos y en realidad oculte en sus profundidades una enigmática fuente de luz que, poco a poco, los científicos están descubriendo. Un estudio realizado por un grupo de astrónomos de la NASA recoge datos del telescopio de la nave espacial New Horizons para elaborar una sugerente teoría: existe un resplandor que no se ha tenido en cuenta hasta hoy entre las fuentes de luz presentes en el universo.
La misteriosa emisión podría provenir de estrellas muertas ubicadas en galaxias extremadamente lejanas o ser una manifestación de un extraño fenómeno ligado con la materia oscura, según un artículo publicado en NPR y que reinterpretan sitios como VICE, entre otros.
¿Es en realidad el universo tan negro como el petróleo que emana de las profundidades de la Tierra? ¿O quizás posee mucha más luz de la que se ha detectado hasta el momento y que no es visible desde nuestra ubicación en el cosmos? En concreto, una investigación publicada en el repositorio arXiv y que ha sido aceptada para su próxima inclusión en The Astrophysical Journal sostiene que una fuente de luz proveniente del espacio profundo, cuyo origen aún no ha podido ser explicado, ilumina el universo más allá de todas las estrellas, objetos cósmicos y elementos que se conocen hasta hoy.
En otras palabras, si súbitamente se “apagaran” todas las estrellas y ningún cuerpo reflejara luz, una misteriosa emanación lumínica proveniente del espacio profundo seguiría brillando y alumbrando. Aún es una incógnita su origen, incluso para los científicos a cargo de este estudio, pero su luz ha sido detectada a partir de la interpretación de imágenes obtenidas por el telescopio de la nave espacial New Horizons.
Lejos del Sol
Diseñada en principio para explorar Plutón, la misión New Horizons pasó de largo por el planeta enano y continuó su viaje. En este momento se encuentra ubicada a 4 mil millones de millas de la Tierra, siendo la nave espacial más alejada del Sol dotada con un telescopio. Dada esta condición, se erige en la candidata ideal para obtener imágenes en búsqueda del cálculo de la totalidad de la luz que puede detectarse al observar una fracción aleatoria del universo, el desafío que originalmente se fijó el equipo de astrónomos.
Mientras más lejos se encuentre el punto de observación del Sol y de otras fuentes de luz, más posibilidades habrá de apreciar la oscuridad del universo y de detectar emisiones lumínicas que no se observan desde posiciones más centrales, según explicaron los científicos. Por eso, la ubicación de New Horizons en este momento es ideal para este objetivo, ya que elimina la influencia de reflejos o del polvo cósmico.
Al interpretar las imágenes obtenidas por el telescopio de la nave espacial, los astrónomos fueron identificando y registrando la energía proveniente de todas las estrellas y fuentes de luz visibles y conocidas. Posteriormente, incluyeron la luz dispersa de la Vía Láctea y, por último, cualquier fuente de luz que pudiera provenir de las características de la cámara que acompaña al telescopio.
Un resplandor, una incógnita
La sorpresa fue que además de todo ese conjunto de emisiones lumínicas encontraron una inexplicable fuente de luz proveniente del espacio profundo, un resplandor que hasta el momento nunca había sido detectado. Los astrónomos estudian distintas posibilidades para explicar el fenómeno, y se entusiasman con el uso del telescopio espacial James Webb para poder obtener imágenes de mayor calidad.
Por el momento, una explicación sería que la misteriosa luz es producto de lejanas estrellas muertas, ubicadas en los confines del universo. Sin embargo, algunos se animan a sostener una postura más compleja: la enigmática fuente lumínica estaría originada en la colisión de partículas de materia oscura, ese extraño fenómeno que la astronomía aún no ha podido explicar.
Quizás el universo no sea tan oscuro como lo imaginamos y en realidad oculte en sus profundidades una enigmática fuente de luz que, poco a poco, los científicos están descubriendo. Un estudio realizado por un grupo de astrónomos de la NASA recoge datos del telescopio de la nave espacial New Horizons para elaborar una sugerente teoría: existe un resplandor que no se ha tenido en cuenta hasta hoy entre las fuentes de luz presentes en el universo.
La misteriosa emisión podría provenir de estrellas muertas ubicadas en galaxias extremadamente lejanas o ser una manifestación de un extraño fenómeno ligado con la materia oscura, según un artículo publicado en NPR y que reinterpretan sitios como VICE, entre otros.
¿Es en realidad el universo tan negro como el petróleo que emana de las profundidades de la Tierra? ¿O quizás posee mucha más luz de la que se ha detectado hasta el momento y que no es visible desde nuestra ubicación en el cosmos? En concreto, una investigación publicada en el repositorio arXiv y que ha sido aceptada para su próxima inclusión en The Astrophysical Journal sostiene que una fuente de luz proveniente del espacio profundo, cuyo origen aún no ha podido ser explicado, ilumina el universo más allá de todas las estrellas, objetos cósmicos y elementos que se conocen hasta hoy.
En otras palabras, si súbitamente se “apagaran” todas las estrellas y ningún cuerpo reflejara luz, una misteriosa emanación lumínica proveniente del espacio profundo seguiría brillando y alumbrando. Aún es una incógnita su origen, incluso para los científicos a cargo de este estudio, pero su luz ha sido detectada a partir de la interpretación de imágenes obtenidas por el telescopio de la nave espacial New Horizons.
Lejos del Sol
Diseñada en principio para explorar Plutón, la misión New Horizons pasó de largo por el planeta enano y continuó su viaje. En este momento se encuentra ubicada a 4 mil millones de millas de la Tierra, siendo la nave espacial más alejada del Sol dotada con un telescopio. Dada esta condición, se erige en la candidata ideal para obtener imágenes en búsqueda del cálculo de la totalidad de la luz que puede detectarse al observar una fracción aleatoria del universo, el desafío que originalmente se fijó el equipo de astrónomos.
Mientras más lejos se encuentre el punto de observación del Sol y de otras fuentes de luz, más posibilidades habrá de apreciar la oscuridad del universo y de detectar emisiones lumínicas que no se observan desde posiciones más centrales, según explicaron los científicos. Por eso, la ubicación de New Horizons en este momento es ideal para este objetivo, ya que elimina la influencia de reflejos o del polvo cósmico.
Al interpretar las imágenes obtenidas por el telescopio de la nave espacial, los astrónomos fueron identificando y registrando la energía proveniente de todas las estrellas y fuentes de luz visibles y conocidas. Posteriormente, incluyeron la luz dispersa de la Vía Láctea y, por último, cualquier fuente de luz que pudiera provenir de las características de la cámara que acompaña al telescopio.
Un resplandor, una incógnita
La sorpresa fue que además de todo ese conjunto de emisiones lumínicas encontraron una inexplicable fuente de luz proveniente del espacio profundo, un resplandor que hasta el momento nunca había sido detectado. Los astrónomos estudian distintas posibilidades para explicar el fenómeno, y se entusiasman con el uso del telescopio espacial James Webb para poder obtener imágenes de mayor calidad.
Por el momento, una explicación sería que la misteriosa luz es producto de lejanas estrellas muertas, ubicadas en los confines del universo. Sin embargo, algunos se animan a sostener una postura más compleja: la enigmática fuente lumínica estaría originada en la colisión de partículas de materia oscura, ese extraño fenómeno que la astronomía aún no ha podido explicar.
Fuente TENDENCIAS 21