El vórtice del hexágono de Saturno

En 2012 la nave espacial Cassini de la NASA capturó en alta resolución y en luz visible el ojo de la tormenta de la gigante tormenta hexagonal del polo norte de Saturno. Este tiene tiene aproximadamente 2.000 kilómetros de ancho, 20 veces más grande que uno medio en la Tierra, y en el borde exterior soplan vientos de 150 metros por segundo.

Los científicos estudian el huracán para conocer mejor los que se producen aquí en la Tierra, que se alimentan de agua caliente del océano. Tanto el huracán terrestre como el de Saturno tienen un ojo central sin nubes o nubes muy bajas, rodeado de una pared de nubes altas y otras que giran en espiral.

Pero el huracán de Saturno es mucho más grande y gira sorprendentemente rápido. El viento sopla cuatro veces más rápido que los vientos huracanados de la Tierra y, a diferencia de los huracanes terrestres, que tienden a moverse hacia al norte, este se mantiene quieto, atascado ya tan al norte como es posible.
Los científicos creen que la enorme tormenta se ha estado produciendo desde hace años, incluso cuando Cassini llegó al sistema de Saturno en 2004. Pero entonces la nave no pudo ver el fenómeno porque el polo norte estaba a oscuras, en pleno invierno. Solo cuando la luz solar comenzó a inundar el hemisferio norte del planeta hace algunos años fue posible apreciarlo. Para fotografiarlo por fin, la Cassini tuvo que cambiar su órbita, una maniobra complicada que implica sobrevolar Titán, una de las lunas de Saturno, y que requiere años de planificación.

La vista se adquirió a una distancia de aproximadamente 419,000 kilómetros de Saturno
Para explicar este curioso fenómeno, el Departamento de Ciencias Planetarias y Terrestres de Harvard usó un modelo de predicción que duró un mes en el que se analizaron todas las tormentas y los cambios térmicos producidos en el planeta, incluso los que no estaban teniendo lugar ni en la atmósfera ni en la superficie. Ahí es donde en realidad llegó la esperada de respuesta: el hexágono de Saturno podría estar creado por un proceso de convección térmica profundo, generado a miles de kilómetros de profundidad y que nunca antes había sido estudiado.

Imagina que tenemos una tira de goma elástica y colocamos un montón de tiras de goma más pequeñas alrededor de ella para, luego. simplemente apretar todo desde el exterior. Ese anillo central se comprimirá unos centímetros y formará una forma extraña con un cierto número de bordes. Esa es, básicamente, la física de lo que está sucediendo en Saturno.

Básicamente, tormentas más pequeñas se encargan de presionar los extremos exteriores de otra más grandes que existe en la misma zona. Y, en esa lucha por coexistir en el mismo espacio, aquellas más grandes acaban por perder su forma, para convertirse en un hexágono. De hecho, en el modelo de Harvard la geometría que se ofreció no fue la de un hexágono sino la de un polígono nueve grados pero, a pesar de ello, los investigadores están convencidos de que esta predicción ha ofrecido la respuesta correcta: los 'conflictos' entre tormentas generan esa forma hexagonal única en el sistema solar.

Fuente COSMOS



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