Tipos de Nebulosas

Una nebulosa es una nube gigante de polvo y gas en el espacio. Algunas nebulosas provienen del gas y el polvo expulsado por la explosión de una estrella moribunda, como una supernova. Otras nebulosas son regiones donde comienzan a formarse nuevas estrellas. Por esta razón, algunas nebulosas se llaman "viveros de estrellas".

Nebulosa Planetaria: Una burbuja de gas que rodea a una estrella caliente moribunda. La estrella está tan caliente que hace que la nebulosa planetaria brille, lo que permite a los astrónomos verla. La estrella, que antes era el núcleo de una gigante roja, expulsó su atmósfera más externa creando la nebulosa planetaria, que por cierto nada tiene que ver con planetas, pero a través de un telescopio pequeño su presencia parece recordar el disco de un planeta, y de aquí su nombre equívoco. Dentro de este tipo de nebulosas se encuadran también las formadas por los restos remanentes de la explosión de una supernova que se excitan por las emisiones de un púlsar ubicado en su interior. Ejemplo de este segundo tipo de nebulosa planetaria es la nebulosa del Cangrejo (M1) en la constelación de Tauro.

Nebulosa de emisión: Es el tipo de nebulosa más común. Su radiación proviene del polvo y los gases que la componen que se transforman como consecuencia de la intensa radiación ultravioleta y el calentamiento a que se ven sometidas por estrellas cercanas muy calientes. Dependiendo de la naturaleza de la nebulosa de emisión, se subdividen en dos tipos distintos: Objetos Herbig-Haro y Nebulosas planetarias

Nebulosa de Reflexión: Este tipo de nebulosas reciben esta denominación porque reflejan y dispersan la luz de estrellas que se encuentran en sus cercanías. Estas estrellas son poco calientes y no emiten la suficiente radiación ultravioleta como para perturbar los gases de la nebulosa. Como ejemplo podemos observar la nebulosa en torno de la estrella Mérope en el cúmulo abierto de las Pléyades (M45).

Nebulosas oscuras: Estas nebulosas, llamadas también nebulosas de absorción, son nubes con una luminosidad muy limitada o casi nula, debido a que no emiten luz por sí mismas. La causa de esta oscuridad es que el gas y el polvo interestelar que la forman no están perturbados por las radiaciones o la temperatura de ninguna estrella, ya que estas se encuentran muy alejadas de la nube y no pueden calentarla. Su presencia sólo puede ser detectada por el contraste de una zona oscura que destaca sobre un fondo estrellado o una nebulosa de emisión más alejados, ya que absorbe la luz de los objetos que están detrás de ella. Como ejemplo de nebulosas oscuras podemos observar la Cabeza de Caballo en la constelación de Orión y el Saco de Carbón en la constelación de la Cruz del Sur. Así mismo, la franja oscura que atraviesa la Vía Láctea cuando la observamos desde la Tierra es una sucesión de nebulosas de este tipo.

https://spaceplace.nasa.gov/nebula/sp/

Fuente COSMOS



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