Embriones quiméricos mezcla de humanos y monos han sido desarrollados en laboratorio y sobrevivido 20 días, un gran avance para resolver misterios biológicos que hace saltar por los aires la Caja de Pandora de la manipulación genética.
Científicos del Instituto Salk de Estados Unidos, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Kunming, en China, de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, en España, y de la Universidad de Texas en Estados Unidos, lograron inyectar células madre humanas en embriones de primates. De esta forma, los investigadores liderados por el español Juan Carlos Izpisúa Belmonte pudieron concretar el desarrollo de «embriones quiméricos» de humanos-mono durante 20 días de crecimiento. Podrían ser útiles para entender múltiples enfermedades humanas.
A pesar de los dilemas éticos que están relacionados con el tema de la investigación, el estudio tiene el potencial de proporcionar nuevos conocimientos sobre la biología del desarrollo y la evolución. También tiene amplias aplicaciones en cuanto a la comprensión de diferentes enfermedades que afectan al ser humano. La investigación fue publicada recientemente en la revista Cell.
Según una nota de prensa, los denominados «organismos o embriones quiméricos» contienen células de dos o más especies. De acuerdo a los científicos, además de las aplicaciones mencionadas previamente también permitirían abordar la grave escasez de órganos de donantes. En líneas generales, podrían convertirse en una herramienta revolucionaria en el campo de la investigación biomédica y la medicina regenerativa.
Al principio y al final de la vida
Para Izpisúa Belmonte, «los embriones y organismos quiméricos tienen el potencial de concretar un gran avance en la investigación en biología y medicina, no solo en la etapa más temprana de la vida, sino también en la fase final de la existencia», remarcó. El científico indicó que un aprovechamiento integral de este nuevo enfoque podría abarcar tanto el desarrollo humano temprano como la progresión de la enfermedad y el envejecimiento.
En 2017, Izpisúa Belmonte y su equipo habían logrado incorporar células humanas en tejido de cerdo en etapa temprana. Sin embargo, los 90 millones de años de distancia evolutiva entre ambas especies provocaron que los resultados no fueran los esperados: la contribución de las células humanas fue muy escasa. A partir de esta experiencia, los investigadores se pusieron como objetivo desarrollar un embrión quimérico con una especie más cercana al ser humano, como los monos.
En el nuevo estudio, los científicos observaron que las células madre humanas sobrevivieron y se integraron con una mayor eficiencia que en los experimentos anteriores en tejido porcino. El embrión humano-mono se desarrolló en parte debido al progreso obtenido en cuanto a la identificación de las vías de comunicación molecular entre las células de las dos especies.
Tema relacionado: La ciencia ya experimenta con híbridos que son mitad hombres, mitad animales.
Científicos del Instituto Salk de Estados Unidos, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Kunming, en China, de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, en España, y de la Universidad de Texas en Estados Unidos, lograron inyectar células madre humanas en embriones de primates. De esta forma, los investigadores liderados por el español Juan Carlos Izpisúa Belmonte pudieron concretar el desarrollo de «embriones quiméricos» de humanos-mono durante 20 días de crecimiento. Podrían ser útiles para entender múltiples enfermedades humanas.
A pesar de los dilemas éticos que están relacionados con el tema de la investigación, el estudio tiene el potencial de proporcionar nuevos conocimientos sobre la biología del desarrollo y la evolución. También tiene amplias aplicaciones en cuanto a la comprensión de diferentes enfermedades que afectan al ser humano. La investigación fue publicada recientemente en la revista Cell.
Según una nota de prensa, los denominados «organismos o embriones quiméricos» contienen células de dos o más especies. De acuerdo a los científicos, además de las aplicaciones mencionadas previamente también permitirían abordar la grave escasez de órganos de donantes. En líneas generales, podrían convertirse en una herramienta revolucionaria en el campo de la investigación biomédica y la medicina regenerativa.
Al principio y al final de la vida
Para Izpisúa Belmonte, «los embriones y organismos quiméricos tienen el potencial de concretar un gran avance en la investigación en biología y medicina, no solo en la etapa más temprana de la vida, sino también en la fase final de la existencia», remarcó. El científico indicó que un aprovechamiento integral de este nuevo enfoque podría abarcar tanto el desarrollo humano temprano como la progresión de la enfermedad y el envejecimiento.
En 2017, Izpisúa Belmonte y su equipo habían logrado incorporar células humanas en tejido de cerdo en etapa temprana. Sin embargo, los 90 millones de años de distancia evolutiva entre ambas especies provocaron que los resultados no fueran los esperados: la contribución de las células humanas fue muy escasa. A partir de esta experiencia, los investigadores se pusieron como objetivo desarrollar un embrión quimérico con una especie más cercana al ser humano, como los monos.
En el nuevo estudio, los científicos observaron que las células madre humanas sobrevivieron y se integraron con una mayor eficiencia que en los experimentos anteriores en tejido porcino. El embrión humano-mono se desarrolló en parte debido al progreso obtenido en cuanto a la identificación de las vías de comunicación molecular entre las células de las dos especies.
Tema relacionado: La ciencia ya experimenta con híbridos que son mitad hombres, mitad animales.
Embriones híbridos y trasplantes
¿Cómo se llevó adelante el trabajo? En términos concretos, los especialistas etiquetaron células madre pluripotentes humanas, o sea aquellas que son capaces de convertirse en todos los tipos de células del cuerpo, con una proteína fluorescente. Posteriormente, insertaron estas células madre marcadas en embriones de monos macacos en placas de Petri.
Analizando los resultados obtenidos, los investigadores pudieron verificar que el tejido del embrión quimérico había desarrollado diferentes características genéticas y moleculares con respecto a las estructuras de cada especie por separado. Cuando esta «alianza» pueda ser comprendida en profundidad, los organismos quiméricos que contienen células humanas podrían utilizarse para generar órganos para trasplantes, por ejemplo en especies hospedadoras con una mayor distancia evolutiva con el ser humano.
Con respecto al debate ético desencadenado por este desarrollo, que ha hecho saltar por los aires la Caja de Pandora de las posibilidades de la manipulación genética, Izpisúa Belmonte aclara a la revista Time: «No vamos a utilizar monos para crear órganos humanos dentro de los monos».
¿Cómo se llevó adelante el trabajo? En términos concretos, los especialistas etiquetaron células madre pluripotentes humanas, o sea aquellas que son capaces de convertirse en todos los tipos de células del cuerpo, con una proteína fluorescente. Posteriormente, insertaron estas células madre marcadas en embriones de monos macacos en placas de Petri.
Analizando los resultados obtenidos, los investigadores pudieron verificar que el tejido del embrión quimérico había desarrollado diferentes características genéticas y moleculares con respecto a las estructuras de cada especie por separado. Cuando esta «alianza» pueda ser comprendida en profundidad, los organismos quiméricos que contienen células humanas podrían utilizarse para generar órganos para trasplantes, por ejemplo en especies hospedadoras con una mayor distancia evolutiva con el ser humano.
Con respecto al debate ético desencadenado por este desarrollo, que ha hecho saltar por los aires la Caja de Pandora de las posibilidades de la manipulación genética, Izpisúa Belmonte aclara a la revista Time: «No vamos a utilizar monos para crear órganos humanos dentro de los monos».
Fuente TENDENCIAS 21