Una tecnología convierte los pensamientos en palabras escritas

Una tecnología puede leer los pensamientos y convertirlos en palabras escritas. No lee la mente: basta con que una persona que no puede hablar intente decir algo en voz alta para que el mecanismo funcione.

Investigadores de la Oregon Health & Science University han desarrollado un implante neuronal que puede leer los pensamientos de una persona y convertirlos en palabras escritas.

Está pensado especialmente para personas que por cualquier motivo han perdido la capacidad de comunicarse: basta con que intente hablar en voz alta para que el mecanismo funcione.

El sistema capta la intención de la persona, decodifica sus pensamientos en palabras específicas y las refleja en una pantalla que otra persona puede leer.

La tecnología todavía no es perfecta, ya que el algoritmo que realiza esta proeza lo consigue en alrededor del 50 por ciento de las veces.

Sin embargo, el nivel de comunicación aumenta cuando la persona piensa en frases que repetimos con frecuencia y que han sido escritas previamente en una pantalla.

Además, el sistema dispone de una función parecida a la de autocorrección que aumenta la precisión, tanto de las palabras individuales, como de oraciones completas.

La tecnología ha sido testada en un paciente humano que llevaba paralítico desde hacía 20 años y representa toda una innovación: es la primera vez que se consigue descifrar el lenguaje a partir de las señales eléctricas que se generan en el área del habla del cerebro.

El sistema traduce señales destinadas a controlar los músculos del sistema vocal para hablar palabras, en lugar de señales para mover el brazo o la mano para permitir la escritura de una oración, destacan los investigadores en un comunicado. Este enfoque aprovecha los aspectos naturales y fluidos del habla y promete una comunicación más rápida y orgánica, aseguran.

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Historia humana

La historia de esta experiencia la relata The New York Times: cuenta que, hace tres años, este paciente, en la actualidad con 38 años, aceptó trabajar con investigadores en neurociencia.

Su vida había cambiado en 2003 debido a un accidente automovilístico que requirió una intervención quirúrgica. Después de pasar por el quirófano sufrió un derrame cerebral y quedó en coma y sin poder hablar.

Durante años, utilizó otras tecnologías para comunicarse con enormes dificultades, hasta que los científicos le implantaron una lámina rectangular de 128 electrodos, diseñada para detectar señales de procesos sensoriales y motores relacionados con el habla y con la boca, los labios, la mandíbula, la lengua y la laringe.

A través de 50 sesiones desarrolladas durante más de año y medio, todo lo que quería decir el paciente era trasladado a un ordenador mediante un cable conectado a su cabeza.

El sistema traduce la actividad cerebral que normalmente habría controlado su tracto vocal directamente en palabras y oraciones. Puede comunicarse a razón de entre 15 y 18 palabras por minuto, aunque los investigadores piensan que la tecnología se puede perfeccionar hasta alcanzar el ritmo de una conversación típica, que es de 150 palabras por minuto.

Los investigadores destacan también que el sistema mejora con la experiencia: al principio confunde palabras y expresa erróneamente algunos pensamientos, pero con el tiempo va perfeccionando la traslación de las palabras porque el cerebro del paciente se acostumbra a expresarse de esa manera.

No lee la mente

Los investigadores aclaran que los electrodos no leen la mente del paciente, sino que detectan las señales cerebrales correspondientes a cada palabra que intenta decir.

El sistema no capta pensamientos aleatorios, sino los pensamientos asociados a cada palabra.

Los investigadores destacan que esta tecnología está orientada a ayudar a las personas que carecen de la capacidad de hablar y que conservan las vías neuronales relacionadas con el lenguaje oral.

Esta tecnología sería de gran ayuda por tanto para personas con lesiones cerebrales o afecciones como esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o parálisis cerebral, que tienen un control muscular insuficiente para hablar, señala NYT.

En un artículo publicado en The New England Journal of Medicine, los artífices de este desarrollo tecnológico escriben: «la tecnología para restaurar la capacidad de comunicarse en personas paralizadas que no pueden hablar tiene el potencial de mejorar la autonomía y la calidad de vida. Un enfoque que decodifica palabras y oraciones directamente de la actividad cortical cerebral de estos pacientes puede representar un avance sobre los métodos existentes para la comunicación asistida.»




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